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Baja tipos y anuncia la compra de deuda corporativa

El BCE saca toda su artillería

El banco central europeo aumentará las compras de activos a 80.000 millones de euros al mes El organismo adquirirá también bonos de empresas europeas que tengan grado de inversión Rebaja el tipo de depósito al -0,4%, y habrá préstamos condicionados a la banca a tipos negativos

El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi.
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi.EFE

Golpe de efecto. Después de dos meses de constantes especulaciones sobre lo que podría llegar a hacer el Banco Central Europeo (BCE) hoy se han despejado todas las dudas. Las previsiones de los analistas se han quedado cortas. El consenso esperaba que Mario Draghi interviniera, pero las decisiones tomadas este jueves superan con creces todas las expectativas.

El banquero italiano ha sacado toda su artillería. A la rebaja del precio del dinero se suma el recorte de la facilidad de depósito, la ampliación del programa de compra de deuda, la puesta en marcha de una nueva inyección de liquidez y el esperado QE corporativo. 

A las 13.45 de la mañana saltaba la noticia. Después de 18 meses con el precio del dinero en el 0,05%, el BCE ha decido seguir el ejemplo que han aplicado otros bancos centrales y ha rebajo los tipos de interés al 0%, marcando así un nuevo mínimo histórico. Pero no se ha quedado ahí, como ya hiciera en diciembre ha vuelto a recorta la facilidad de depósito en 10 puntos básicos. De esta forma, la institución europea aplicará una tasa del -0,4% a todas las entidades que depositen su dinero en la caja fuerte del BCE. El objetivo de esta medida es incentivar la concesión de créditos. 

A estos recortes se suman la reducción en 5 puntos básicos de la facilidad marginal de crédito que pasa a ser del 0,25% con efectos a partir del 16 de marzo de 2016. Según señaló Draghi, es de esperar que se mantengan estos niveles “o incluso más bajos” durante un largo periodo de tiempo.

La rebaja de la facilidad de depósito supone una presión añadida para los márgenes de las entidades en un momento en el que el sector bancario encuentra numerosos obstáculos para obtener ingresos y mejorar sus rentabilidades. Para compensar este efecto negativo, el BCE no ha seguido los pasos del Banco de Japón, que supondría establecer diferentes tasas en función de las cantidades. En su lugar, Mario Draghi ha optado por conceder una nueva inyección de liquidez a través de préstamos condicionados a largo plazo, cada uno con una vigencia de cuatro años. Para esta media habrá que esperar al mes de junio. 

Según la información detallada en la rueda de prensa que ha seguido a la reunión, la concesión de préstamos a cuatro años se realizará cada trimestre. La rentabilidad mínima de estos créditos dependerá de en qué nivel se sitúe la facilidad de depósito. Es decir, si a día de hoy se celebrara una ronda de liquidez, el tipo mínimo sería del -0,4%. Esto implicaría que el BCE podría llegar a pagar a los bancos por pedir prestado siempre y cuando el dinero obtenido vaya a parar a las familias y empresas.

A todo lo anterior hay que sumar una ampliación del volumen de compras mensual en 20.000 millones adicionales. A partir del próximo mes de abril, Draghi adquirirá deuda por importe de 80.000 millones en lugar de los 60.000 que venía acostumbrando hasta la fecha. Además, se ha modificado el límite del 33% para cada emisión y se amplía al 50%. Después de la decepción provocada en diciembre, en esta ocasión la institución europea ha dado un paso más allá de lo previsto, pues la mayoría de los expertos fijaban el aumento en 10.000 millones.

Como colofón a todas estas medidas, Draghi ha abierto el abanico de compra de activos. A la deuda gubernamental, de regiones y ciudades se añade ahora la compra de deuda corporativa. El BCE pasará a adquirir bonos emitidos por empresas no financieras que estén denominados en euros, que tengan grado de inversión y no estén controlas por un grupo bancario.

Y es que ya lo aseguró el banquero italiano en su comparecencia de comienzos de año: "no tenemos límites": Como ya hiciera hace en 2015 cuando anunció la puesta en marcha del QE, Draghi está dispuesto a combatir con todas sus armas los bajos precios y ayudar a impulsar la recuperación en un momento en que los caída del crudo han vuelto a reactivar los temores sobre la deflación. Las iniciativas aprobadas este jueves tienen como objetivo devolver la inflación al 2%.

El presidente de la institución afirmó que la decisión de aplicar estas medidas se acordó por “abrumadora mayoría”. Es decir, esta declaración deja entrever que no todos los miembros del Consejo de Gobierno estaban a favor, en alusión indirecta a la oposición del presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, que en la cita de marzo no le correspondía votar. Asimismo, Draghi señaló que si estas iniciativas no resultan eficaces, “no se ha quedado sin munición”.

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