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Las expectativas de los inversores son elevadas

Qué puede hacer y qué piensa hacer Mario Draghi

Si bien hace ya tiempo que cada nueva reunión del Banco Central Europeo (BCE) es más importante que la anterior y genera aún más expectativas si cabe en los mercados, la cita de este mes ha cobrado especial relevancia por el tortuoso -e inesperado- camino que ha recorrido la renta variable desde que comenzó el año y el continuo deterioro de las perspectivas de inflación. La ‘pelota’ está en el tejado del BCE y su presidente, Mario Draghi, tiene la difícil tarea de no decepcionar a unos mercados más exigentes que nunca y que no encajarían nada bien que Draghi se quedara ‘corto’ en la implementación de más medidas expansivas.

“Las expectativas son tan altas debido al grado de desconfianza que tiene el mercado respecto a los bancos centrales y la eficacia de las actuaciones que los mismos han llevado a cabo”, considera Jorge López, analista de XTB, que apunta no obstante que el mercado parece señalar una extraña sensación de optimismo, lo que podría llevarnos a creer que el BCE tenga un as en la manga que tal vez Draghi enseñe o sólo diga que lo tiene”.

El mercado lleva esperando desde la pasada reunión las medidas que, previsiblemente, se anunciarán este jueves. Y es que en los últimos años si por algo se ha caracterizado el comportamiento de los inversores es por su elevada dependencia de los bancos centrales. Las medidas de política monetaria han eclipsado a la macroeconomía y los fundamentales de las compañías.

Esta vez no iba a ser un excepción y mucho menos después de que en enero Mario Draghi afirmara en la rueda de prensa que sigue al Consejo de Gobierno del BCE que “no tiene límites”. Desde entonces, y con mayor intensidad en las últimas tres semanas, el mercado ha venido descontando las incitativas que se pueden adoptar mañana. Los analistas se muestran unánimes a la hora de señalar las líneas de actuación del BCE.

Como ya hiciera a finales del año pasado, la primera opción que barajan los expertos es un recorte a la facilidad de depósito. Es decir, que se incremente la cuantía que los bancos tienen que pagar al BCE por dejar su dinero en la hucha de la institución en lugar de prestarlo. Joaquín Robles, analista de XTB, y Ángel Pérez, de Renta 4, creen que la rebaja será de 10 puntos básicos (pasaría del -0,3% actual al -0,4%), mientras otros lo elevan hasta los 20 puntos básicos.

Esta medida, con la que se pretende reanimar la concesión de créditos, presionaría aún más los márgenes de los bancos, por lo que algunos expertos como Pérez creen que es probable que se anuncien iniciativas para compensar este efecto negativo. Siguiendo esto, en Andbank prevén aplicación de tipos diferenciados en función de tramos.

Otra de las medidas con la que Draghi intentará combatir la baja inflación y afianzar la recuperación de la zona euro es la ampliación del programa de compra de activos puesta en marcha hace ahora un año. En los últimos 12 meses, el BCE ha comprado deuda pública por importe de 608.003 millones de euros y, según sus últimas previsiones, espera adquirir 1,5 billones de euros entre deuda pública y privada.

Los expertos señalan dos formas de ampliar el Quantitative Easing (QE). Una de ellas consistiría en un incremento de la cuantía mensual en 10.000 millones o 15.000 millones de euros más sobre los 60.000 millones actuales. Nomura estima un aumento hasta los 70.000 millones por mes. Esta medida, que se esperaba en diciembre, no llegó a materializarse y los inversores que habían puesto muchas esperanzas en el BCE se sintieron defraudados. Para mañana, el mercado da por descontada su aplicación y si al final el aumento alcanza los 20.000 millones, esto serviría de “revulsivo a la renta variable y prolongaría el efímero efecto que en los últimos meses están teniendo las iniciativas de los bancos centrales”, afirma Robles.

La segunda vía es la referida a la extensión del programa entre seis y doce meses, como indica Ángel Pérez. “Tanto el tamaño como la duración tienen una importancia crucial y esperamos que ambas se incrementen. Lo que diga Draghi, incluyendo la forma en que las tasas negativas se van a implementar, será fundamental”, sostiene Salman Ahmed, director de estrategia de Lombard Odier IM.

La lista de medidas a aplicar la cierra la ampliación del abanico de activos. Después de que en diciembre incluyera la deuda de las regiones y ciudades, ahora todas las miradas están puestas en la posibilidad de que comience a adquirir bonos de compañías. Según Pérez, se trataría de empresas participadas por el Estado o, en su defecto, firmas con sólidos fundamentales. Según José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, “de hacerlo, tendría dos argumentos: bajar las primas de riesgo, y tener más opciones de compra de papel y/o diversificar el riesgo”.

En opinión de Renta 4, la medida más relevante y la que podría generar más decepción si no se materializa sería la compra de deuda corporativa.

“Siendo esto lo esperado, lo que no está claro es que las nuevas medidas sirvan para fortalecer el crecimiento económico de la región y/o impulsar la inflación, evitando que ésta entre en deflación”, dicen en Link Securities . “Todas esta medidas no alcanzarán los objetivos marcados por el BCE si no van acompañadas de reformas estructurales y de las políticas fiscales apropiadas, algo que los Gobiernos de la zona no parecen estar dispuestos a realizar dado el elevado coste político que conlleva”, añaden.

Los expertos creen que Draghi no dará un paso más allá de lo necesario, pues, aunque la volatilidad es alta, la situación se ha moderado. Pensando en el futuro, el banquero italiano se guardará una as bajo la manga ante la posibilidad de que la inestabilidad aumente.

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