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La reducción en adjudicaciones coincide con proyectos ralentizados

La incertidumbre política enciende las alarmas en las constructoras

Trabajos en la línea de alta velocidad entre Madrid y Extremadura.
Trabajos en la línea de alta velocidad entre Madrid y Extremadura.
Javier Fernández Magariño

La crisis no acaba para el sector de la construcción en España. Y el momento político que atraviesa el país no ayuda a estabilizar una actividad que fue motor del PIB antes de la recesión. Si hace justo un año altos ejecutivos de ACS, Sacyr o FCC aseguraban en público que las constructoras habían tocado suelo en el mercado doméstico, las cuentas de 2015 de los grupos cotizados aún van a aflorar caídas de actividad y contratación, según fuentes de las empresas.

En el primer semestre la cifra de ventas del sector era un 10% menor que la del periodo comparable de 2014, según cálculos que manejan las compañías, y al cierre del ejercicio completo las adjudicaciones de Fomento (1.693 millones) descendieron un 10,1% lastradas por un menor ritmo en la contratación de obras relacionadas con el tren de alta velocidad (885 millones, con un descenso del 18%). Sin duda tendrá reflejo en la cartera local y cifra de negocio del sector.

OHL y Ferrovial arrancan hoy el goteo de presentaciones de resultados por parte de las constructoras. Un momento de exposición a analistas y prensa que será aprovechado por distintos ejecutivos para demandar estabilidad política. “2015 fue peor que 2014 en términos de contratación y ejecución de obra, y 2016 será aún más negativo”, asegura uno de esos directivos a micrófono cerrado. La debacle generalizada en Bolsa, los casos de corrupción que han ido aflorando y obras fallidas que han merecido fuertes provisiones también juegan en contra.

No hay duda de que al sector le pesa la provisionalidad del Gobierno en funciones: “Hay obras en el AVE a Galicia, la Y vasca o el proyecto del Corredor Mediterráneo prácticamente paralizados porque hay que tomar decisiones que pueden afectar a los presupuestos de ejecución, o a la propia licitación, y que un Gobierno en funciones no puede abordar”, añade una de las fuentes consultadas.

A esta situación se suma la incertidumbre sobre la política económica que puede desplegar un hipotético gobierno del cambio. Entre las constructoras agrada el discurso de la reactivación de la inversión pública frente al ajuste y austeridad, pero se rebelan ante el aborto de cualquiera de las reformas emprendidas por el Gobierno de Mariano Rajoy.

En cuanto a la posibilidad de nuevas Elecciones allá por el 26 de junio, desde CEOE, Cepyme o el Círculo de Empresarios ya se ha puesto de manifiesto que sería un rotundo fracaso e iría contra la recuperación económica. Estos colectivos, con los que coinciden las grandes constructoras cotizadas, apuestan por un Ejecutivo de gran consenso.

En el frente de contratistas daban por descontado un ejercicio de parálisis tras las Elecciones. Pasa siempre, de igual modo que la licitación suele acelerarse en el último año de legislatura. Pero cunde la preocupación sobre si la pasividad actual –la parálisis se ha evitado por la existencia de Presupuestos para 2016– puede pasar factura a medio plazo.

Sacyr ha sido la última en mover ficha con un ERE en su constructora local, con 1.400 empleados, justificando los despidos por la previsible atonía del negocio en la próxima legislatura. FCC o Acciona ya dieron el tijeretazo en 2013.

Caída generalizada en las obras de Fomento

La maquinaria de licitación de obras del Ministerio de Fomento aflojó el ritmo considerablemente en 2015. Además del 18% de descenso en el volumen de obra del Adif, relacionada principalmente con el AVE, los trabajos adjudicados en carreteras han caído un 2,8%, hasta los 387 millones; el reparto de actuaciones en la red de puertos descendió un 13,5%, quedándose en 255 millones, y Renfe recortó en un 19,5% la adjudicación de contratos, quedándose en 26 millones.

Entre las principales empresas del entorno de Fomento solo Aena promovió más obra en 2015 que en 2014, concretamente el doble, situando sus adjudicaciones el año pasado en los 136 millones. A pesar de este incremento, la compañía que preside José Manuel Vargas ha atenuado sus inversiones con un techo de 450 millones anuales al menos hasta el final de 2021. Una cifra que está muy lejos de los cerca de 2.000 millones invertidos en 2008 a la vista de que las grandes obras para ampliar la capacidad de pistas y terminales están ya ejecutadas.

Fomento ha concluido 2015 con 1.693 millones, el segundo volumen más bajo de adjudicaciones desde 2004, cuando comienza a elaborarse esta serie histórica. En 2013 la cifra tocó suelo y remontó el vuelo en el siguiente ejercicio, aunque a mucha distancia de los 10.600 millones adjudicados por el Ministerio en 2008.

La consultora PwC ha publicado esta semana un informe sobre el cambiante escenario del sector de la ingeniería y construcción, en el que dan su opinión 133 ejecutivos de 45 países, y entre las conclusiones destaca que la deuda y el déficit de los gobiernos podrían paralizar el crecimiento del sector de la construcción en 2016.

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Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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