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El grado de oscilación se ha disparado desde agosto

Cómo ganar dinero con la Bolsa sumida en la volatilidad

El grado de oscilación del Ibex se ha disparado desde agosto

Volatilidad creciente en la segunda mitad de 20015

El 2015 no fue un buen año para la renta variable española. A lo largo de todo el ejercicio pasado, como está ocurriendo también en el arranque de este 2016, ha sido muchos los factores que han contribuido a aumentar la incertidumbre que rodea a gran parte de los valores cotizados. Los movimientos registrados en el Ibex 35, tanto al alza como a la baja, se vienen produciendo de forma violenta. La volatilidad, calculada como el coste para un inversor de comprar opciones que le protejan de los vaivenes bursátiles, aumentó en 26,5 puntos desde agosto –cuando el lunes negro dejó entrever la amenaza que aún supone la debilidad de China– hasta el cierre de 2015, con la rentabilidad desplomándose al mismo ritmo y un descenso anual del -7,15%.

El índice de referencia de la Bolsa española sufrió una sangría especialmente acusada en los últimos meses del año. En el arranque del año, el Ibex se las prometía felices y había alcanzado los objetivos anuales para abril, superando los 11.800 puntos, pero ahí acabo todo. Conforme la volatilidad iba en aumento, el sueño dorado de los inversores, que apuntaban ya al 12.000, fue convirtiéndose en una auténtica pesadilla. Para diciembre, coincidiendo con el mayor dato de volatilidad, el Ibex encadenó la peor racha de su historia (diez sesiones en negativo), en su mayor caída en un diciembre desde el de 2002. Hoy, el Ibex ha perdido incluso la cota de los 9.000 puntos.

“La desaceleración de China ha sido uno de los principales factores de aumento de la volatilidad”, señala José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citigroup en España. El gigante asiático sigue creciendo a un gran nivel, aunque bastante menor que el registrado en los últimos años. “China es el mayor demandante de materias primas y su retroceso es el origen de la caída de sus precios y uno de los principales desencadenantes de la crisis de los países emergentes”, explica el experto. Así, cuando el 24 de agosto se desencadenaron las dudas acerca del gigante asiático, el Ibex 35 cayó más de un 5% y dio comienzo esta etapa de creciente volatilidad.

El Ibex 35 es, además, especialmente sensible a los mercados emergentes. Muchos de los pesos pesados del selectivo tienen una fuerte presencia en estos países que durante los tiempos de crisis del mercado interno español les aseguraron una importante rentabilidad, pero que ahora lastran sus balances. El problema con los mercados emergentes no se encuentra tanto en el mal comportamiento de sus economías como en la devaluación de sus monedas. Así, por ejemplo, la caída del real brasileño ha provocado que, al cambio con el euro, los beneficios procedentes del gigante latinoamericano hayan quedado mermados, al igual que la cotización de las empresas con fuerte presencia en el país.

El factor petróleo también ha contribuido enormemente a la inestabilidad de los mercados. Pese a que no hace tanto tiempo el crudo era considerado un valor refugio a la altura de las divisas más fuertes, la guerra de precios iniciada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), con el objetivo de expulsar del mercado a los productores menos eficientes, ha desplomado el precio del oro negro en más de un 70% desde los máximos de 2014. La peor parte se la han llevado las economías cuyos ingresos se basan en el petróleo, como Venezuela o Rusia, pero los países importadores también han sufrido daños. “La violencia con la que se han producido las caídas del precio del petróleo tiene asustados a los inversores, y eso nunca es positivo, de ahí que se produzca el paralelismo entre las caídas de la Bolsa y del crudo”. La creciente tensión entre Arabia Saudí e Irán no parece que vaya a añadir moderación.

De otra aparte, las Elecciones Generales en España y su desenlace, que obliga a repetirlas o a formar Gobierno a través de alambicados pactos, también han sido un factor que ha lastrado al Ibex frenet a otros parqués europeos.

Valores más afectados

“En periodos de gran volatilidad hay que tener mucho cuidado con las empresas que dependen mucho de un único factor, como las materias primas” explica Jaime Díez analista de XTB. Es lo que ha ocurrido este año con, entre otras, Repsol y las dos acereras del Ibex, Acerinox y ArcelorMittal.

“La fuerte incertidumbre en relación al petróleo y a los metales exige inversores muy atentos, porque cualquier rumor puede llevar fuertemente al alza o a la baja al valor”, señala Díez, que advierte de que, pese a las enormes subidas que han registrado estas compañías en días puntuales, es complicado anticipar estos movimientos para sacarles rentabilidad. 

Otro de los factores que contribuye a una mayor exposición de las empresas a los vaivenes bursátiles es una menor liquidez de sus acciones. “Cuanto menos se negocia una acción, más probabilidades existen de que la compra o la venta de un paquete grande haga subir o bajar mucho su cotización”, explica el experto.

Compañías como OHL o Sacyr, se han visto perjudicadas, además, por las dudas en lo que a su negocio se refiere. “Si los inversores no tienen claro si se va a conseguir los contratos en juego o no, se genera una situación de incertidumbre que acaba disparando la volatilidad”, cuenta Díez.

Pero no toda la volatilidad es necesariamente negativa, Gamesa, el valor con mayor crecimiento en el parqué español en 2015, se ha beneficiado de una gran volatilidad alcista para avanzar un 110%.

Dónde invertir sin miedo

Para evitar sobresaltos en una época de fuertes cambios y riesgos, los analistas recomiendan apostar ahora por compañías que se encuentren en una posición clara de monopolio u oligopolio. “Grifols es una de las que más nos gusta, tiene fuertes barreras naturales a la entrada de competencia y se ha beneficiado a lo largo de todo 2015 de la fortaleza del dólar”, aconseja el analista de XTB.

Para los inversores de renta fija más conservadores, Díez también aconseja apostar por el sector energético. “Las eléctricas, aún con la fluctuación de sus beneficios, son valores bastante poco volátiles por su gran liquidez y por su importante posición de dominio del mercado”. Asimismo, el experto sostiene que, en busca de una menor volatilidad, los inversores deben acudir a empresas de un negocio medio. “Se tiende a buscar el valor refugio en compañías como Repsol o Telefónica, pero nosotros creemos que hay menor riesgo en empresas de un perfil ligeramente más pequeño”.

Pero no todo son ventajas si se quiere invertir sin temor a que la cotización se desplome. “Por supuesto, un menor riesgo conlleva, por lo general, una rentabilidad menor, así que todo depende de a lo que quiera exponerse el inversor”, concluye Díez.

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