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La vasca paga dividendos y estrena tren de alta velocidad

Talgo frente a CAF, el pulso salta a la Bolsa

Maqueta del nuevo Talgo Avril expuesta en una feria ferroviaria en Alemania.
Maqueta del nuevo Talgo Avril expuesta en una feria ferroviaria en Alemania.
Javier Fernández Magariño

Igual que la salida a Bolsa de Aena parecía una apuesta bastante segura para el inversor, que hoy celebra que la acción se mueve en el entorno de los 100 euros desde los 58 del estreno en febrero, a la OPV de Talgo se le pueden encontrar alicientes. Salvando las distancias en cuanto al volumen de empresa, Aena es el operador aéreo totalmente dominante en España, prácticamente una isla y el segundo mayor receptor del mundo de turismo. Salvo catástrofe, su clientela está asegurada. Y el fabricante de trenes es uno de los contados proveedores mundiales de material rodante de alta y muy alta velocidad, y probablemente el que tiene el producto más probado a la vista de la experiencia del AVE en España, donde también ruedan trenes de Alstom o Siemens. Parte, por tanto, como favorito en los concursos que se abran en cualquier país.

En el mercado escasean los comparables y seguro que es CAF la que más se asemeja a Talgo, a la vista de que franceses, alemanes o canadienses son muy superiores en tamaño y más diversificadoas en segmentos de negocio. Por tanto, el eterno pulso entre los dos fabricantes locales se reedita, ahora en la Bolsa.

Talgo parte con unos ingresos de 388 millones de euros, un resultado bruto de explotación (ebitda) de 90 millones y un ebit de 79 millones en 2014. Buena parte de su éxito en el mercado dependerá de la política de dividendos. Su rival vasco, con 1.450 millones de facturación, un beneficio de 60 millones y con su nuevo tren de alta velocidad Oaris ya a la venta, viene pagando 10,5 euros brutos por acción desde 2010, con un pay out el año pasado del 40%.

Pese a contar con un 51% de free float, el capital de CAF está concentrado en apenas 3,4 millones de acciones que se cambian en el mercado a más de 300 euros. Su valor viene remontando en los últimos meses y se apunta una ganancia del 2,4% en 2015. Uno de los asuntos que rodea a la compañía es si un split le daría mayor vuelo al hacerla más asequible.

Demanda creciente

Talgo se apuntó el proyecto más ambicioso conocido hasta ahora, el AVE del desierto entre La Meca y Medina, con un contrato de 1.600 millones. También estuvo colocado en el consorcio español para equipar el frustrado tren bala entre Río de Janeiro y Sao Paulo, y se le esperaba para competir en México, que también ha paralizado su plan de construir un AVE.

La apuesta en América, donde Estados Unidos construye ya una primera línea de alta velocidad en California, es decidida. El problema que se encuentran los fabricantes es el aplazamiento continuo de los proyectos ante el calado económico de los mismos. En Oriente Medio, pese a las condiciones más adversas por el terreno, parecen más lanzados a sacar adelante este tipo de infraestructuras. Tras el hito del AVE de los peregrinos, la compañía que preside Carlos de Palacio sigue vendiendo en Arabia.

El propio mercado local va a tirar de la demanda. La ministra de Fomento ha manifestado que Renfe va a adquirir 40 trenes, algunas de esas unidades de alta velocidad, por unos 1.100 millones. La licitación, al final de legislatura, supondrá la adquisición progresiva de trenes durante diez años, en función de las necesidades del operador.

Además, la incipiente liberalización del transporte de pasajeros en el corredor de Madrid-Levante, aún en proyecto, ofrece expectativas a largo plazo para este sector industrial de larga tradición en España.

Talgo redobla su apuesta y tiene ya en pruebas en Toledo su modelo de muy alta velocidad Avril, al que atribuye la posibilidad de alcanzar los 380 kilómetros por hora y transportar a 600 pasajeros. Se trata de otra de las palancas que utilizará para convencer de sus bonanzas a los fondos de inversión. Su plan de internacionalización, iniciado en 2005, hace que hoy más del 90% de los nuevos pedidos lleguen del exterior.

Con más de setenta años de historia, esta no va a ser la primera vez que Talgo intente el salto al parqué, aunque sí es la ocasión en que está llegando más lejos. En 2010, 2011 o 2013 los proyectos quedaron varados por un menor apetito inversor durante la crisis o por el accidente de un Alvia de la compañía en Santiago, en el que Talgo quedó libre de culpa.

Además de ser uno de los líderes indiscutibles por producto, la firma también lo quiere ser por diversificación geográfica. Tanto en solitario como acompañada por el Gobierno, Talgo ha sido capaz de llegar a 32 países.

Pese a la OPV se espera que la familia Oriol mantenga su paquete del 20% y que sean los dos fondos presentes en el capital, Trilantic y MCH, quienes vendan en busca de 500 millones. Las valoraciones que están trascendiendo en prensa oscilan entre los 1.200 y los 2.000 millones, poco precisas como para anticipar el porcentaje de la empresa que saldrá a la venta. Lo que parece seguro es que el actual núcleo duro mantendrá más del 50%.

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Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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