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Qué hacer si nos quieren pagar con un ‘pagaré’

Los pagaré se están extendiendo como medio de pago en los últimos años, aunque se deben tener en cuenta una serie de cuestiones antes de aceptar que un cliente nos pague una factura bajo esta modalidad.

Implicaciones de aceptar un pagaré

Un pagaré es una promesa de pago, no un medio. El emisor se compromete abonar una cantidad determinada dentro de una fecha. El problema es que puede cumplirse o no. Este tipo de pago existe hace muchos años, sin embargo, está tomando fuerza y protagonismo estos últimos en los que las dificultades económicas han llevado a que muchos proveedores recurran a él como medio de pago. Cuando un cliente proponga un pagaré, el autónomo o la empresa debe conocer los riesgos que conlleva y a lo que se expone.

Ventajas para el cliente

Para un cliente, optar por un pagaré como medio de pago es una buena opción, ya que si no se dispone de efectivo suficiente a la hora de abonar una obligación, se concede esta especie de “aplazamiento” que le da la oportunidad de reunir el dinero en el plazo que se fije o fraccionarlo en varias entregas. El problema, tal y como señala Juan Antonio Rodriguez Coto, de la asesoría Aselegal, es que llegado el momento del pago, el deudor tenga esa cantidad.

Implicaciones de aceptar un pagaré

Lo que se debe saber a la hora de aceptar un pagaré como medio de pago son las implicaciones que conlleva. En primer lugar, se debe estar conforme, y dejarlo por escrito, con la fecha de pago fijada. Además, el que acepta el pagaré debe gestionar los trámites necesarios para cobrar, además de asumir los gastos de esa gestión. Por último, también se debe tener en cuenta que es posible devolver el pago, ya que los pagarés suelen cobrarse a través de un abono en una cuenta bancaria (no en efectivo), por lo que esa cuenta podría no tener fondos.

Las comisiones son los principales riesgos a los que se expone un autónomo o empresario que acepta el pagaré como medio de pago. Porque además de los gastos de gestión, si el deudor anula el pago, las importantes comisiones que ello acarrea, son responsabilidad de la otra parte. Por todo ello, y aunque tener un pagaré de un deudor es prueba suficiente para reclamar en un juzgado, las consecuencias y el dinero al que se puede llegar a hacer frente no compensa. Desde la asesoría Aselegal advierten que se debe estar muy seguro del cliente al que se le acepta un pagaré.

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