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Cambios en el primer banco español

José Antonio Álvarez, así es el nuevo consejero delegado de Santander

La presidenta del banco le define como un "líder de gran visión, capacidad de trabajo y experiencia" "Nadie conoce mejor nuestro negocio, nuestro balance, equipos e inversores", asegura

La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, junto al nuevo consejero delegado, José Antonio Álvarez.
La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, junto al nuevo consejero delegado, José Antonio Álvarez.

“Es un banquero a la vieja usanza, muy conservador, correcto en el trato, de la vieja escuela”, resume un analista de la City londinense que conoce bien a José Antonio Álvarez, el flamante consejero delegado de Banco Santander.

Después de todo, Álvarez lleva una década siendo la cara visible del banco ante los inversores internacionales. Estos, no obstante, entienden su elección para sustituir a Javier Marín como una apuesta de Ana Patricia Botín por un perfil de gran calado técnico, que conoce en profundidad la estructura del grupo y sus líneas estratégicas, un hombre que “no da información de más, pero la tiene toda”.

“Nadie conoce mejor” el negocio, el balance, los equipos y los inversores del Banco Santander que él, defendía ayer la propia Ana Patricia Botín en una nota interna de la entidad citada por Efe, en la que define a Álvarez como “un líder de gran visión, capacidad de trabajo y experiencia en el sector financiero”.

“El nuevo número dos no es un desconocido, tiene una amplia trayectoria en la entidad y se está comentando que su perfil, financiero, más estratégico, conocido en foros internacionales, es un buen complemento para el carácter más comercial de Ana Botín”, valora Victoria Torre, responsable de análisis y producto de Self Bank.

Analistas como Nuria Álvarez, de Renta 4, exponen por otra parte que, a priori, la principal diferencia entre Álvarez y Marín es que este último destacaba como comunicador, “por su actitud y desenvoltura”, mientras que el nuevo consejero delegado, al que avala su labor como financiero, es de carácter más reservado.

Nacido en 1960 en Quintana de Fuseros (León), un pueblecito de El Bierzo, Álvarez se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Santiago de Compostela y obtuvo un MBA (máster en administración de empresas) por la Universidad de Chicago. Casado y con dos hijos, su experiencia profesional en el sector financiero se remonta a 30 años atrás, cuando trabajó en el departamento de análisis de Banco de Crédito Industrial, entre 1987 y 1989, tras pasar tres años con el Instituto Nacional de Industria.

A partir de ahí, Álvarez ejerció de vicepresidente en Finanpostal Gestión de Fondos de Inversiones y Pensiones durante otros tres años y pasó luego a la división de gestión financiera de Banco Hipotecario de España. El gran salto lo dio en 1995, cuando se convirtió en director financiero de Argentaria (participando en su salida a Bolsa), hasta su absorción por BBVA en 1999, y como director de gestión financiera de esta otra entidad desde entonces.

Procedía por tanto del principal competidor de Banco Santander cuando, hace ahora 12 años, Álvarez dio el salto al mayor grupo cotizado español, del que ahora pasará a ejercer como número dos. Fichado en su día por entonces responsable financiero Francisco Gómez Roldán, el leonés participó en la salida a Bolsa de Banesto antes de darle el relevo como director general responsable de la división financiera y de relaciones con inversores del banco, cargo que ha ocupado desde 2004.

Un periodo en el que también ha ejercido de presidente del consejo titulizaciones, de miembro del consejo de supervisión de la división de consumo, o de consejero de la filial brasileña del Banco o de ABN Amro.

A sus 54 años, los analistas consideran que la elección de este corpulento hombre supone un movimiento estratégico a medio o largo plazo –“tiene por delante 10 años a máximo nivel en el cargo”, asumen algunos– y un posible intento de reforzar el peso específico que ya tiene la figura del consejero delegado en el grupo.

Después de todo, recuerdan en el entorno financiero, Álvarez no es una persona del círculo de máxima confianza de Ana Patricia Botín, como puede ocurrir con otros valores al alza dentro de la cúpula del banco, sino que es un hombre de Botín padre que, no obstante, será quien ayude a su hija a comenzar a forjar su propio sello al frente de la entidad.

Paradójicamente, está previsto que sea el propio Álvarez quien ofrezca los primeros detalles sobre esta nueva etapa en la presentación ante analistas fijada para el lunes, labor que seguirá siendo su responsabilidad hasta que asuma el puesto de consejero delegado el 1 de enero.

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