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Crédito, tecnología y expansión, las decisiones clave de Botín al frente de Santander

80 días para tomar posesión de Banco Santander

Ana Patricia Botín en su primera Junta General Extraordinaria de Accionistas del Banco de Santander como presidenta.
Ana Patricia Botín en su primera Junta General Extraordinaria de Accionistas del Banco de Santander como presidenta.

La sorprendente sustitución del consejero delegado de Banco Santander, Javier Marín, por el hasta ahora director general de gestión financiera y relación con los inversores del banco, José Antonio Álvarez, ha sido el gran movimiento estratégico de Ana Patricia Botín a la hora de moldear a su parecer el esquema directivo del banco solo dos meses después de tomar posesión.

Este último y fundamental paso, anunciado este martes mediante un comunicado a la CNMV, no es, sin embargo, sino el último de los movimientos que viene haciendo desde que accedió al cargo.

Ana Patricia Botín fue designada para sustituir a su padre, Emilio Botín, apenas unas horas después del fallecimiento de este, el pasado 10 de septiembre, en un movimiento que fue expuesto explícitamente como una garantía de continuidad en la dirección del grupo.

Solo unos días después, en la junta extraordinaria de accionistas del 15 de septiembre, Ana Patricia Botín se comprometía a “mantener la trayectoria de éxito” diseñada por su padre y avalaba la continuidad de Marín como su número dos.

“El consejero delegado y yo hemos trabajado juntos muchos años, y vamos a seguir haciéndolo”, aseguró, entonces, si bien ha terminado sustituyéndole apenas dos meses después.

En estos dos meses, sin embargo, la presidenta ha ido incrementando paulatinamente su mando en plaza, durante dos meses en los que ha aprovechado para conocer de primera mano la situación y el equipo de Santander y para rubricar algunas primeras operaciones de expansión internacional.

Así, en aquella primera junta de accionistas bajo su mandato se aprobó, como ya estaba previsto, la recompra del 25% de acciones de Santander Brasil que estaban a en manos de particulares, para permitir a la matriz recuperar el 100% del capital y tratar de revalorizar una cotización que no ha alcanzado las expectativas esperadas.

Un día después, se hacía pública la compra de Carfinco, una financiera de automóviles, valorada en 210 millones, que permite a Santander poner una pica en Canadá, un país en el que aún no operaba.

Tras 10 en el cargo, la que fuera consejera delegada de la filial de Santander en Reino Unido inició una gira por España, de Barcelona a Sevilla, para reunirse con empresarios y empleados de sus oficinas, a fin de impulsar la concesión de crédito.

Uno de sus pasos siguientes fue impulsar la implantación de wifi en las oficinas del banco, una experiencia exitosamente aplicada ya en las sucursales de Inglaterra, que la nueva presidenta dejó en manos de Marín.

En paralelo, a comienzos de este mismo mes, Ana Patricia era elegida por el ministerio de Economía como vicepresidenta de la Cámara de Comercio de España, el organismo que sustituye al Consejo Superior de Cámaras de Comercio.

Finalmente, 83 días después de su nombramiento, Ana Patricia Botín ha consagrado su toma de posesión como líder del mayor grupo cotizado español eligiendo un nuevo consejero delegado e implantando otros importantes cambios estratégicos en la estructura del grupo.

Aunque los analistas esperaban que la nueva presidenta no iniciara el relevo hasta pasado un tiempo prudencial de su desembarco, apenas dos meses han bastado para que se decida a moldear el grupo a su medida.

Así, el nuevo consejero delegado será sustituido en su cargo de director general de gestión financiera y relaciones con inversores por José García Cantera, que hasta ahora era director general de la división Santander Global Banking & Markets, puesto que ahora ocupará Jacques Ripoll, que se ocupaba de Banca Mayorista Global en Santander Reino Unido.

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