Clase E: Rojo de alerta máxima por el uso de derivados
La letra E de la clasificación de productos diseñada por la CNMV queda para las inversiones de mayor riesgo, aquellas que incorporan el uso de derivados. Este escalafón va un paso más allá de la simple inversión en Bolsa ya que, al considerar los productos derivados, se está incluyendo la inversión apalancada. En esta categoría se incluyen por tanto productos como los CFD, los warrants o los swaps. Son los productos considerados también como más complejos y sobre los que la CNMV hace una mención más expresa en cuanto al riesgo que se está asumiendo.
Esta categoría es además la que más críticas ha despertado entre los bancos que comercializan este tipo de productos para la clientela más sosfisticada. “Su construcción puede ser complicada, pero entenderlos no tiene por qué serlo”, señalan en una entidad financiera, donde añaden que “son productos arriesgados pero muy líquidos”. Una puntualización que alude a la posibilidad de que un producto clasificado como de menor riesgo puede ser a la vez poco líquido. El sector critica también que, una vez reconocido el uso de derivados, no se haga distinción entre si existe o no una cámara de compensación, aspecto clave para determinar la liquidez.
El rojo de máxima alerta acompaña a este tipo de productos, un distintivo que el sector teme pueda ahuyentar a los inversores de su contratación. Fuentes del regulador replican que si incluyen derivados, con el riesgo de apalancamiento que supone, ha de ser así.