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Productos de nivel bajo de riesgo

Clase B: Instrumentos en otras divisas o a más plazo de vencimiento

La clase B, color verde claro, introduce varias novedades respecto a la anterior en cuanto a duración de la inversión, a la calificación crediticia del emisor y a la divisa en la que esté denominado el producto. Sigue siendo una categoría de productos seguros, la segunda con menos riesgo según la nueva clasificación de la CNMV, pero abre un poco más la mano respecto a la clase anterior.

En concreto, se incluyen en este grupo los “instrumentos financieros de la clase A con plazo de hasta 10 años inclusive y un rating mínimo de investment grade (grado de inversión)” y los “instrumentos financieros de la clase A en divisa con plazo igual o inferior a 3 años y un rating mínimo de investment grade”.

Por partes. En lo referido a los productos de la clase A, se amplía el periodo de la inversión hasta los 10 años y se sitúa la calificación crediticia exigida en el grado de inversión. Esto abre las puertas a bonos, públicos o corporativos, de más de tres años, siempre que estén denominados en euros y cumplan con los anteriores requisitos. Un ejemplo de ello son los bonos a diez años emitidos este año por Adif (el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), una empresa pública con rating de BBB para S&P.

La exigencia de la calificación crediticia, pues, se sitúa en el umbral del grado de inversión: a partir de BBB- para las agencias S&P y Fitch y de Baa para Moody’s (en este último caso, dos escalones por debajo del rating de España). Si nos guiamos por la calificación de S&P, en esta categoría entrarían bonos de la Generalitat de Cataluña y de Valencia con vencimiento en 2020, aunque aquellos no cumpliría el requisito del rating en base a las notas de las otras dos grandes agencias. También serían de la clase B unos bonos de la Comunidad de Madrid con vencimiento en 2019 que cotizan al 1,18%. Por supuesto, cumplen con las condiciones para formar parte de la clase B las emisiones del Tesoro español con vencimientos de hasta diez años.

Más allá de la deuda pública, muchas emisiones de deuda corporativa se incluyen en este punto. Por ejemplo, unos bonos de Volkswagen con vencimiento en 2020, deuda de France Télécom y de ING que vence en 2021 o bonos de Repsol con vencimiento dentro de cinco años que se emitieron con un cupón anual del 4,875% y cotizan al 1,03%, entre otros.

Esto en lo que se refiere al primer grupo de la clase B. El segundo apartado da entrada a productos en otras divisas distintas al euro con un vencimiento igual o inferior a 3 años y con un rating de grado de inversión. Aquí aparecen algunas opciones más “exóticas”, al estar denominadas en otras monedas distintas al euro, algo que no se incluye en la categoría anterior, la considerada de menor riesgo._Los inversores deben tener en cuenta el peligro que se corre al invertir en una divisa distinta, por las variaciones del tipo de cambio.

Dentro de la clase B se encuentra, por ejemplo, un bono emitido por el Banco Europeo de Inversiones con un cupón del 8% y vencimiento en noviembre de 2015 denominado en liras turcas. Este bono ofrece ahora una rentabilidad del 9% en el mercado secundario y cumple todas las condiciones, pues el rating de este organismo es de triple A y su vencimiento es inferior a tres años.

También aparecen en esta categoría de riesgo instrumentos en dólares australianos, como los bonos del Commonwealth Bank y del National Australian Bank con vencimiento en 2016 y rentabilidades del 3,3% y el 3%, respectivamente. En dólares, un ejemplo sería la emisión de deuda corporativa de Ford con un cupón del 1,7% que vence en 2016 y en libras esterlinas, otra de British Telecom que también tiene su vencimiento dentro de dos años y ofrece una rentabilidad del 1,61%.

Con relativa frecuencia, algunas empresas o Estados emiten deuda en divisas distintas a la de su país de origen. En este caso, la calificación crediticia del emisor no es el único factor que cuenta, porque su clasificación dentro del nuevo sistema de riesgo por colores también se ve condicionada por la moneda en la que está denominado el producto, ya que su vencimiento permitido para entrar en la clase B se limitaría a los tres años en caso de que no se haya emitido en euros. Por ejemplo, en esta situación se encontraría un bono del Gobierno belga (triple A) en dólares con vencimiento el próximo año que cotiza al 1,69%.

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