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La investigación se suma a la abierta sobre Apple

Bruselas expedienta a Luxemburgo por liberar de impuestos a Amazon

Paquetes de Amazon en Alemania. EFE/Archivo
Paquetes de Amazon en Alemania. EFE/ArchivoEFE

El Gobierno de Luxemburgo y la librería virtual Amazon alcanzaron un acuerdo en 2003 que, según Bruselas, ha permitido a la multinacional estadounidense reducir drásticamente su factura fiscal en Europa. Para lograrlo, Amazon recurrió a un entramado de sociedades domiciliadas en el Gran Ducado (400.000 habitantes) que, a base de operaciones entre ellas, lograban eximir de impuestos a la mayor parte de los beneficios obtenidos en todo el mercado europeo (500 millones de habitantes).

La investigación abierta por Joaquín Almunia, comisario europeo de Competencia, intentará demostrar que esa rebaja fiscal equivale a una ayuda estatal ilegal a favor de Amazon, que habría disfrutado así de una ventaja competitiva frente a sus rivales. Si Bruselas logra demostrar sus acusaciones, la CE podría exigir al Gran Ducado de Luxemburgo que reclame a Amazon el pago de los impuestos no abonados.

La apertura del expediente llega en la recta final del mandato de la actual Comisión, presidida por José Manuel Durão Barroso. El 1 de noviembre, si se cumple el calendario previsto, el luxemburgués Jean-Claude Juncker asumirá la presidencia de la Comisión. Ironías de la historia, Juncker era primer ministro y ministro de Economía de Luxemburgo cuando se cerró el acuerdo presuntamente ilegal con Amazon.

El expediente sobre la plataforma de ecommerce llega solo cuatro meses después de que en junio la Comisión expedientara por motivos similares a Irlanda, Holanda y Luxemburgo por conceder un trato fiscal de favor a Apple, Starbucks y Fiat Trade and Finance, respectivamente. La ofensiva del departamento Almunia parece poner fin a la vista gorda que las autoridades nacionales y europeas habían hecho hasta ahora con unos apaños fiscales conocidos desde hace dos décadas.

Faltan ingresos

Almunia atribuyó la tardanza en abrir las investigaciones a la necesidad de recabar todas la información y las pruebas necesarias. “No puedo inventarme los informes ni los análisis”, señaló. Pero el comisario de Competencia también admitió que Bruselas actúa acuciada por la necesidad de aumentar la recaudación fiscal en una Unión Europea donde varios socios arrastran un déficit público superior al 3% y el conjunto de la UE acumula una deuda de más de 11 billones de euros (87% de su PIB).

“En un momento en que los presupuestos públicos están ajustados y se pide esfuerzos a los ciudadanos y a las pequeñas y medianas empresas, resulta esencial que las multinacionales paguen los impuestos que les corresponden”, señaló Almunia tras anunciar el expediente contra Luxemburgo.

El ataque contra la ingeniería fiscal de las multinacionales llega impulsado también por los acuerdos a nivel internacional para intentar combatir la competencia desleal de algunos países. Almunia citó, en concreto, los acuerdos alcanzados en el G20 y las directrices de la OCDE para evitar el trasvase de beneficios de un país a otro con el único fin de no pagar impuestos.

Una sede con 100 euros de capital social

El tinglado fiscal montado por Amazon en Luxemburgo con permiso de las autoridades de ese país gira en torno a varias sociedades creadas por la multinacional hace una década, alguna de ellas con un capital social inicial de solo 100 euros, como la denominada Amazon Europe Holding Technology.

 

La operación para reducir la factura fiscal, según la Comisión Europea, sería la siguiente: la multinacional trasvasa la mayoría de sus beneficios en Europa con cargo a la sociedad Amazon EU, con domicilio en Luxemburgo. La compañía logra así acogerse al régimen fiscal de Luxemburgo, uno de los más benignos de Europa. Pero no se conforma con eso. Para reducir aún más su factura, Amazon EU paga unos royalties por uso de propiedad intelectual a su hermana Amazon Europe Technology.

La primera se deduce el pago. Y la segunda se acoge a un régimen luxemburgués exento de impuestos. Para colmo, los royalties se hinchan ficticiamente, según la dirección general deCompetencia, lo que permite a Amazon maximizar sus deducciones y sus exenciones. “Como consecuencia”, acusa la CE, “la mayoría de los beneficios de Amazon se computan en Luxemburgo pero no pagan en impuestos en Luxemburgo”. Ni en ninguna parte cabría añadir, porque según una investigación abierta por las autoridades estadounidenses en 2012, Amazon también maquilla las operaciones entre la matriz y Luxemburgo para no pagar tampoco impuestos allí.

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