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Normalmente la puja no eleva las tarifas más de un 2%

La rigidez de la subasta eléctrica del jueves elevó un 7% los precios

José María Marín Quemada presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC).
José María Marín Quemada presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC).Álvaro García (EL PAÍS)

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) calcula que el precio resultante de la subasta del pasado jueves fue un 7% superior a la referencia del mercado ibérico el día anterior a la puja, lo que implica el mayor efecto inflacionista registrado hasta la fecha en uno proceso como este, que no suele elevar los precios más del 2%.

Esta presión inflacionista hizo que la subasta cerrase en 61,83 euros por megavatio hora (MWh), lo que implica un incremento del 25,6% con respecto a la revisión de octubre. Si se hubiese tomado el precio del día anterior, de 57,55 euros, el incremento habría sido inferior, por debajo del 20%, y la subida final del recibo no habría sido del 11%, sino de en torno al 8%, 

La conclusión de la CNMC de que el precio final de la subasta fue un 7% superior al cierre del mercado un día antes forma parte del informe del regulador en el que se identifican las circunstancias “atípicas” que concurrieron en la subasta y que condujeron al Ministerio de Industria, Energía y Turismo a suspender el resultado.

Estas circunstancias están siendo objeto de un análisis adicional que el regulador publicará en los próximos días. En paralelo, el Gobierno trabaja en un real decreto que dará a conocer el viernes y que recogerá el nuevo precio de la electricidad.

Al citar en su pronunciamiento los detalles “atípicos” de la subasta, publicado este sábado en el BOE, el regulador también señala que los participantes tuvieron un “conocimiento en rondas muy tempranas” de la escasa oferta en los primeros momentos de la puja.

Por primera vez en las Cesur, los participantes supieron en la tercera ronda que la oferta de venta de electricidad era inferior a lo habitual. Esto hizo que se precipitase el proceso y concluyese en la séptima ronda, cuando hasta ahora nunca había concluido antes de la decimosegunda ronda.

Además, antes de iniciarse la puja se había certificado un volumen de megavatios para vender un 11,58% inferior al de otras subastas similares. Junto a esto, la CNMC indica que las retiradas de volúmenes para la venta fueron muy superiores a otras ocasiones, hasta el punto de superar en un 55% lo habitual para la primera ronda.

Al margen de lo sucedido en la subasta, la CNMC destaca el fuerte incremento de precios registrado en el mercado mayorista desde el pasado 2 de diciembre, que llegaron a niveles desconocidos desde 2002.

Este incremento de precios del 'pool' responde a un escenario de reducida producción eólica, a una mayor demanda de electricidad y a la mayor entrada de centrales de gas, que han marcado precios marginales un 50% superiores.

Además, se produjo una elevada indisponibilidad de centrales de generación, hasta el punto de que en diciembre no funcionaron entre 6.000 y 8.000 megavatios (MW), cuando en el mismo periodo del año pasado solo había entre 2.000 y 4.000 MW fuera del sistema.

Hubo cuatro de los ocho grupos nucleares indispuestos, equivalentes a 3.510 MW de potencia, o el 46% de la potencia nuclear total, así como entre 541 y 2.367 MW de plantas de carbón, entre 1.215 y 2.410 MW de ciclos combinados de gas y entre 1.215 y 2.361 MW de instalaciones hidráulicas sin actividad. 

Por otro lado, la Comisión Nacional de la Energía (CNE), convertida ahora en la CNMC, ha venido reclamando al Ministerio de Industria cambios en las subastas eléctricas Cesur tras la celebración de 23 de las 25 pujas celebradas hasta la fecha.

Aparte de estas peticiones, a mediados de 2012 suscribió un acuerdo con la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para mejorar la supervisión de este mecanismo de revisión de precios y, en concreto, conocer mejor las transacciones que se producen en los mercados no organizados y que se conocen como 'over the counter' (OTC).

En septiembre de 2011, el propio regulador abrió un expediente informativo para analizar esta cuestión, preocupada especialmente por el efecto inflacionistas de la actividad OTC y por las subidas de precios que se detectaban en los días previos a la subasta.

No obstante, casi un año después emitió un informe en el que, tras analizar dos trimestres de 2011, no apreció manipulaciones del mercado en los días previos a las subastas. A la voluntad de la CNE se unió la reclamación del Gobierno también en 2011 de que realizase un análisis de estas características. 

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