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Algunos bancos son partidarios ya de la liquidación

Las ofertas por Pescanova contemplan quitas de hasta el 95%

Sede principal de Pescanova.
Sede principal de Pescanova.EFE

Las ofertas de inyección de capital en Pescanova, valoradas el miércoles por el consejo de administración del grupo gallego, contemplan quitas de entre el 80% y el 95% de la deuda. De acuerdo a fuentes conocedoras del proceso, de las cuatro ofertas presentadas, la de Damm, que ha acudido junto al fondo Luxempart, KKR y Ergon Capital Partners, pide pagar el 20% de la deuda, las de Centerbridge y BlueCrest entre el 10% y el 20% y la de York Capital, hasta incluso tan solo el 5%.

La compañía tenía previsto comunicar ayer a la CNMV sobre el contenido de la reunión del miércoles del consejo de administración –diezmado por cuestiones relacionadas con determinadas incompatibilidades: solo acudieron tres consejeros independientes y el presidente, Juan Manuel Urgoiti– e informar sobre cuál de las ofertas consideraba “más idónea”, de acuerdo a fuentes cercanas a la empresa. Al cierre de esta edición la CNMV no había publicado el hecho relevante.

Las propuestas de quita tan elevadas han soliviantado a parte de la banca acreedora del grupo gallego. De acuerdo a fuentes financieras, quitas tan elevadas como las propuestas podrían derivar en la liquidación de Pescanova, una solución de la que ya son partidarias algunas de las entidades. De momento, no obstante, la banca, liderada por el conocido como G7 (Sabadell, Novagalicia, Popular, Bankia, CaixaBank, Santander y BBVA), continúa con las negociaciones y hoy volverán a celebrar una conference call para analizar las propuestas. La banca española ha sido partidaria de apoyar la viabilidad de la empresa, si bien entre las entidades extranjeras (el número de acreedores supera el centenar) siempre han sido reticentes. El administrador concursal, Deloitte, trata de acordar cuanto antes un preacuerdo de convenio con el que evitar la liquidación.

El proceso de ofertas por el grupo ha recibido duras críticas de accionistas minoritarios. El miércoles el fondo Cartesian, con el 5% del grupo, que ha presentado una querella contra BDO, auditor durante la última década de las cuentas de Pescanova, a través de Aemec, asociación de pequeños accionistas representados legalmente por el despacho Cremades & Calvo Sotelo, advirtió que “no tolerará acciones que beneficien a un accionista singular en perjuicio del resto”. Los minoritarios alertan así sobre la posibilidad de que la oferta de Damm –que además de controlar el consejo de Pescanova es el primer accionista del grupo, con el 7,8% del capital– suponga que el valor de sus acciones se diluya si se efectuara una operación acordeón reduciendo Pescanova su capital a cero para posteriormente ejecutar una ampliación de capital.

La oferta de Damm y Luxempart contempla una inyección de 250 millones para hacerse con el 51% de la compañía y que la banca, tras asumir una quita en la deuda cercana al 80%, se quede con el 49%. “De producirse ese hecho”, advirtieron los minoritarios “se estudiaría exigir las responsabilidades civiles o incluso penales de esos consejeros”.

Deloitte estimó en su informe concursal que la deuda de la compañía ascendía a 3.660 millones. El miércoles la CNMV publicó las cuentas reformuladas de Pescanova de 2012 en las que se recogía que la deuda total de la empresa asciende a 4.218 millones.

Operaciones que no tenían “sustancia económica”

En las cuentas de 2012 de Pescanova publicadas el miércoles por la CNMV, la administración concursal de la compañía, Deloitte, explica que durante el pasado ejercicio “y anteriores la sociedad dominante y ciertas sociedades del grupo registraron un gran número de operaciones de compra y venta que no tenían sustancia económica real ni movimiento de mercancía”. Estas transacciones, indica Deloitte, “tenían por objeto la obtención de financiación bancaria que se conseguía mediante el descuento de los pagarés recibidos por estas operaciones”. La administración concursal de Pescanova señala que en las nuevas cuentas de 2012 se ha eliminado cualquier saldo adicional “relacionado con esta operativa” ya que los importes pendientes en cada cierre “solo se atendían con nuevos descuentos de facturas similares y que el flujo de cuentas a cobrar y pagar no era más que un reflejo de la operativa recurrente y sin sustancia económica que se paralizó al entrar Pescanova en el proceso concursal”.

La crisis de Pescanova se destapó el pasado 28 de febrero cuando el grupo comunicó a la CNMV que no formulaba las cuentas de 2012 y que valoraba solicitar concurso de acreedores. La compañía solicitó su entrada en concurso de acreedores a principios de abril. El 3 de abril el grupo comunicó a la CNMV que el juzgado mercantil número uno de Pontevedra declaraba el concurso de Pescanova, suspendiendo las facultades de administración del anterior consejo del grupo. En septiembre en junta de accionistas la familia Carceller hizo valer su propuesta de consejo de administración y nombró nuevo presidente de la compañía a Juan Manuel Urgoiti.

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