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Oportunidad para los fondos y el mercado inmobiliario

Las apuestas de inversión con las nuevas cuentas

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Los inversores lo tienen claro. España ha tocado fondo, lo que significa haber dejado atrás lo peor de la crisis y haber iniciado una trabajosa recuperación que tiene su primer reflejo en la mejora de las exportaciones y de la balanza por cuenta corriente y que, en el terreno financiero, se traduce en el descenso de la prima de riesgo y en la subida de la Bolsa. Aplauden que el Gobierno esté abordando las reformas que le ha requerido Bruselas –primero reforma laboral y, recién salida del horno, reforma de las pensiones públicas–, a cambio de no asfixiar la economía con un exigente calendario de recorte del déficit público. Y destacan que ya afrontó el pasado año el problema que puso entonces al país a los pies de los caballos de los mercados: la reforma de una banca consumida por el exceso de riesgo inmobiliario.

La aspiración del ejecutivo es desprenderse ya de la tutela de la troika que impone la concesión del rescate bancario, para lo que argumenta una incipiente mejoría económica y su compromiso con los objetivos de recorte del déficit, al 6,5% este año y al 5,8% el próximo. Y para ello anticipó el viernes un cuadro macroeconómico con un crecimiento del PIB en 2014 del 0,7% y un ligero descenso del paro al 25,9%. Fue la antesala de los presupuestos generales del Estado que se anuncian el lunes. Deberán conquistar a Bruselas y a los inversores, un requisito necesario para asegurar la continuidad de la mejora de la prima de riesgo y para así intentar cerrar el círculo: un menor coste de financiación del Estado y de las empresas que permita ir alimentando el crecimiento económico.

No en vano, el aprobado de los inversores internacionales es decisivo para obtener la financiación necesaria para el despegue de la economía, que los bancos siguen sin conceder. Así, los recelos de las firmas de inversión siguen teniendo a la banca en el punto de mira. Para Bank of America Merrill Lynch, la economía española va recuperándose, pero con pies de plomo. “Reconocemos que lo peor de la recesión puede haber quedado atrás, pero nuestro escenario central implica una lenta y frágil recuperación económica”, apunta la firma estadounidense. En su opinión, las cuestiones que aún rodean a la banca española, como el avance de la morosidad o la escasez de crédito, elevan los riesgos en un escenario de recuperación económica ya de por sí apagado. “Seríamos más optimistas si las exportaciones continúan sorprendiendo y si el BCE logra reactivar el crédito a las pymes antes de lo que preveemos”, añade. Su estimación es que la economía española crezca en 2014 el 0,5%, dos décimas por debajo de la previsión del Gobierno, y que el déficit público termine 2013 en el 7% y 2014, en el 6,3%, echando por tierra el compromiso con Bruselas. Deutsche Bank sí espera en cambio que España cumpla con sus compromisos fiscales, aunque también prevé un alza del PIB para 2014 más moderado, del 0,5%. Y esta divergencia de opiniones sobre el déficit pone de relieve el gran desafío al que, en opinión de los inversores, los presupuestos deberán dar respuesta: cómo lograr crecimiento económico con ajuste del gasto y sin aumento de impuestos.

“Lo que ha hecho España es tocar suelo. Habrá un crecimiento muy moderado durante años, no hay más remedio. Seguimos sin contar con el crecimiento del crédito ni con la mejora del consumo interno, a la vista del elevado paro y del alto endeudamiento de las familias”, es el crudo diagnóstico de Alberto Spagnolo, director de inversiones en España de la firma de banca privada Julius Baer, para quien la clave estará en el estímulo de las exportaciones y de la inversión extranjera y en la “reducción del gasto público no productivo”. Una hoja de ruta compartida por el conjunto de los expertos y que definirá el calado de las oportunidades de inversión en activos españoles.

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Los depósitos asoman la cabeza

Los depósitos fueron durante la mayor parte de la crisis el gran recurso empleado por los bancos para captar liquidez. Las entidades buscaron atraer o mantener clientes ofreciendo elevadas rentabilidades en sus depósitos, con el consiguiente deterioro de sus márgenes.Por esta razón, el Banco de España decidió poner límites a esta guerra del pasivo estableciendo un tope de rentabilidad del 1,5% para los depósitos a 12 meses, del 2% para depósitos de hasta dos años y del 2,5% para los que sobrepasen este plazo. Todos los bancos aplicaron esos máximos impuestos por el regulador y la rentabilidad de los depósitos a 12 meses cayó hasta el 1,44% en mes de julio, frente al 3% de un año antes.

En las últimas semanas, sin embargo, algunas entidades han empezado a ofertar depósitos al 3%, por encima del tope máximo del 2,5%, aprovechando el resquicio que existe para dar más interés al 15% de la cartera que vence. Popular ofrece una rentabilidad del 3% para un depósito a cuatro meses renovable hasta tres veces con 30.000 euros como importe mínimo. Bankinter oferta un depósito a 13 meses con una rentabilidad del 3% y un importe mínimo de 10.000 euros. Estas entidades exigen domiciliar la nómina.

Estos casos pueden ser preludio de la tendencia futura de la rentabilidad de los depósitos, que subirán en el primer trimestre de 2014, según creen los expertos (aunque sin llegar a los niveles anteriores) por la tendencia al alza del euríbor, el dinero que los bancos deben devolver al BCE por su barra de liquidez y las señales de recuperación económica. Lo esperable es que en este escenario la banca vuelva a conceder más crédito, por lo que necesitará más liquidez vía depósitos.

El gran momento de los fondos de inversión

Hacía más de un lustro que la industria de los fondos de inversión no vivía un momento tan dulce. La renta variable de los países desarrollados está en máximos, las Bolsas de los emergentes no se han desfondando tanto como se preveía y la renta fija estatal y corporativa aún tiene recorrido. Todo ello se ha traducido en que el dinero está volviendo a fluir con fuerza a los fondos, especialmente en el caso de ahorros procedentes de depósitos, cuya rentabilidad está limitada por la decisión del Banco de España.

Entre las familias de fondos que más se han beneficiado de la incipiente mejoría de la economía nacional están los que concentran sus activos en renta variable española. De acuerdo con los últimos datos de Inverco, este tipo de fondos ha logrado una rentabilidad del 21% durante los últimos 12 meses. Mejor aún ha sido en rendimiento (hasta el 31 de agosto), de los fondos que invierten en renta variable europea (+24%). En las últimas semanas, la evolución de la Bolsa española ha sido mejor que la europea, con lo que los fondos de renta variable nacional probablemente son los que mejor rentabilidad acumulan.

Dentro de la familia de renta variable europea, el fondo BBVABolsa Europa Finanzas encabeza la clasificación, con un rendimiento del 27,3% y en Bolsa española destaca EDM Inversión (administrado por una pequeña gestora independiente) y que ha conseguido una rentabilidad del 36,2% durante el último año.

Fachada de edificios con carteles de pisos a la venta
Fachada de edificios con carteles de pisos a la ventaPablo Monge

El mercado de vivienda vuelve a respirar

El mercado de vivienda, una inversión denostada tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, viene recuperando cierto vigor en los últimos meses con la entrada de nuevos compradores. “Lo que está ocurriendo es que hay un interés por posicionarse en España por parte de inversores extranjeros”, expone Daniel Miquel, director de desarrollo de negocio residencial de Knight Frank. “El año pasado había unos 1.000 millones de euros para invertir en el país, y este hay unos 14.000 millones”, prosigue, defendiendo que aunque mientras no se recupere el crédito los particulares seguirán teniendo muy complicado acceder a una vivienda, “se aprecian síntomas de cambio” entre los inversores de calado. “No sabemos si aún queda caída de precios, pero en cualquier caso, por primera vez están invirtiendo en residencial”, aduce. De momento, el precio del metro cuadrado de vivienda ha caído un 29% desde el pico de los 2.101,4 euros de media que costaba a inicios de 2008 a los 1.481,7 euros registrados este último verano, según los datos recogidos por el Ministerio de Fomento.

“El inversor, con 500.000 o un millón de euros, centrado en el sector residencial más que buscar rentas busca una buena evolución de precios. En estos momentos han bajado y, principalmente en zonas de costa, hay oportunidades muy buenas”, aporta Ignacio Fonseca, experto en inversiones de la consultora inmobiliaria CB Richard Ellis, que expone que para buscar revalorización hay que invertir “a cinco o siete años”, puesto que “el mercado de vivienda no se va a activar hasta que se reactive la economía, el empleo y la financiación”. Otra opción recuerda es buscar el negocio por la vía de las rentas de vivienda, “se puede obtener entre un 4% y un 8%, o entrar en grandes superficies, oficinas y sucursales, negocios seguros con interesantes retornos y una salida rentable en unos años.

Un jubilado pasea con su nieto por el madrileño parque del Retiro
Un jubilado pasea con su nieto por el madrileño parque del RetiroPablo Monge

Tijera para la pensión pública, auge de la pensión privada

El Gobierno aprobó el viernes la nueva fórmula para calcular la revalorización anual de las pensiones públicas. Aunque desde el Ejecutivo se ha defendido a capa y espada que los pensionistas no perderán poder adquisitivo, lo cierto es que la memoria económica del proyecto de reforma de las pensiones calcula que el Estado se ahorrará 33.000 millones de euros entre 2014 y 2022, puesto que las pensiones se revalorizarán menos que con el modelo actual.

Ante este panorama, los expertos apuestan por el desarrollo de los planes de pensiones individuales y de empresa. De hecho, el Gobierno baraja diversas fórmulas para promover este tipo de productos, cuya contratación se ha resistido mucho durante la crisis.

El mejor gancho para revitalizarlos son los buenos rendimientos obtenidos en los últimos meses. De media, los planes de pensiones acumulan una rentabilidad anual del 9,68% en los últimos 12 meses y, para un periodo de 20 años, el rendimiento medio ha sido del 3,75% anual.

Entre los que mejor están funcionando destacan los garantizados, que han logrado un rendimiento del 14,93% en el último año, y los que invierten en renta variable (+14,05%). En el primer grupo, destaca un producto de BBVA –el Plan Revalorización Europea– que ha llegado a tocar rentabilidades anuales del 20%. En renta variable, Bestinver vuelve a encabezar el ranking con un plan de pensiones que a 30 de junio acumulaba un avance del 26,5%.

Panel con las primas de riesgo de varios países europeos
Panel con las primas de riesgo de varios países europeosEFE

Deuda pública que exprime su potencial

Los niveles casi insostenibles a los que llegó a cotizar el bono español en el verano de 2012, en que alcanzó el 7,6%, parecen a día de hoy un mal sueño. El bono a diez años ha descendido al 4,3% y la prima de riesgo, que mide el sobrecoste que exige el mercado a la deuda española frente a la alemana, se ha estabilizado en el entorno de los 250 puntos básicos, después de dispararse a los 638 en julio del pasado año. A esta mejoría contribuyó sin duda el plan de compra de deuda anunciado por Mario Draghi hace ya más de un año –capaz de persuadir a los inversores con solo el anuncio de su diseño–, pero también el guión seguido por la política económica del ejecutivo de Mariano Rajoy. Es decir, reformas estructurales y compromiso con el ajuste fiscal. Es el binomio infalible para atraer el favor de los inversores y con el que garantizar que España es capaz de hacer frente al pago de su deuda, objetivo supremo que determina las decisiones de inversión de los grandes fondos internacionales.

La caída de la rentabilidad de la deuda soberana española ha sido una fuente de ganancia en los últimos meses ya que su evolución– a la inversa de la de los precios– ha revalorizado con fuerza las carteras. Y ahora surge la duda sobre el potencial de ganancia que aún ofrece la compra de deuda pública española.

La demanda de los inversores sigue siendo fuerte y el Tesoro resuelve sin apuros cada una de sus colocaciones de deuda. Así, en lo que va de año lleva captados 101.036 millones de euros dentro del programa de emisión de deuda a medio y largo plazo, lo que supone el 83,3% de la previsión para todo el ejercicio. Y a cierre del mes de agosto, el tipo medio de emisión ha descendido desde el 3,01% de cierre de 2012 al 2,61%.

“Entre 2007 y 2011 no tuvimos en cartera nada de activos españoles. Ya a finales de 2011 y durante todo 2012, hemos invertido en deuda española pública y corporativa, pero el potencial está empezando a agotarse”, afirma Alberto Spagnolo, director de inversiones en España de Julius Baer.

Por el contrario, otras firmas aprecian ahora un atractivo nuevo para la deuda soberana española, al menos en comparación con la que sería su gran rival a la hora de captar la inversión que regresa a la periferia europea: Italia. Morgan Stanley manifestó recientemente su preferencia por la deuda española frente a la italiana. De hecho, la prima de riesgo española ya se ha colocado en línea, e incluso por debajo, de la transalpina, afectada por la inestabilidad política del país.

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