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España recupera atractivo para los inversores

Los economistas tratamos de responder repetidamente las cuestiones sobre el fin de la crisis que vivimos desde hace cinco años. En estos momentos las preguntas de moda que interesan a los ciudadanos son algunas de las siguientes: ¿España ha iniciado la recuperación? ¿Hemos tocado fondo? ¿Se ha terminado la crisis? ¿Se crearán puestos de trabajo?¿Cuántos? ¿Bajarán los impuestos?...

Lamentablemente, la Economía es una ciencia inexacta. Los modelos económicos nos aproximan resultados en forma de previsiones que arrojan cifras en función de muchas variables relacionadas entre sí, pero es casi imposible determinar los efectos concretos de determinadas políticas o cuantificar exactamente con qué intensidad mejorarán unas variables en función de otras. Sin embargo, estas preguntas complejas pueden responderse de un modo sencillo mientras no tratemos de exigir una predicción extremadamente precisa.

España se encuentra en mejor situación que hace dos años, financiándose de manera autónoma en los mercados a tipos de interés “admisibles” a medio plazo. Aunque España ha seguido la línea marcada por Bruselas en su agenda reformista, se han evitado los detalles en la hoja de ruta que podrían haber supuesto sacrificios mucho más dolorosos que los ya padecidos por los españoles. Las reformas realizadas, incluso sin haber llegado a tener la profundidad suficiente, han permitido a pesar de todo vislumbrar la luz al final del túnel.

La reordenación y recapitalización del sector financiero español, es probablemente uno de los aspectos más valorados por los inversores extranjeros, que hasta ahora han observado con recelo y cierta preocupación la posibilidad de que España pudiera mantener contra viento y marea una banca zombi al estilo japonés, lo que hubiera resultado letal para el país. La clara mejora que está viviendo el sector bancario en bolsa en 2013 (Bankinter +77%, Popular +33%, Caixabank +10%, BBVA +8,88%...) es el vivo reflejo de esta situación.

Otras reformas mucho más descafeinadas, como la reforma laboral, la reforma de las pensiones o la reforma energética, han enviado la señal a nuestros acreedores y a la comunidad inversora de que el Gobierno ha entendido el mensaje de los mercados y está dispuesta a ponerse manos a la obra. Esto nos ha proporcionado una tregua, y crédito extranjero de un modo circunstancial.

Simultáneamente se han producido ajustes en precio, como por ejemplo los precios inmobiliarios. En muchas zonas del país, hemos asistido a descensos medios del 40%-50%, que están resultando incluso mayores según el tipo de activo. Pero también el precio de la mano de obra, pues los altísimos niveles de desempleo presionan a la baja los salarios, eso sí, de los nuevos trabajadores. En fin, los ajustes están ahí, y son ajustes en todos los sentidos.

Esto ha hecho que España haya recobrado el interés de la inversión extranjera, quizá de momento de aquellos que se dedican al negocio “distressed” (buscando chollos o gangas), pero no tardarán en llegar otro tipo de inversores al calor de éstos primeros. Ya vimos como grandes multinacionales volvieron a confiar a España sus líneas de producción, como por ejemplo Ford. Otras como Hyundai, han destacado recientemente que nuestro país les resulta atractivo para fabricar coches. También la pasada semana hemos conocido que fondos extranjeros como los americanos Cerberus o TPG están invirtiendo en la gestión de las filiales inmobiliarias de Bankia (Bankiahabitat) y Caixabank (Servihabitat), en uno de los sectores más “tocados” por la crisis. Otro fondo americano, Apollo Management Internacional se perfila como nuevo dueño de EVO Banco, y muy recientemente, también, el grupo mejicano ADO se hacía con la titularidad del grupo español de transportes Avanza, antiguo Auto-Res y no sería de extrañar que veamos a más grupos extranjeros entrar en busca de oportunidades en España.

Parece claro que nuestro país está viviendo desde comienzos del verano un cierto punto de inflexión, al menos, en lo que a sentimiento inversor se refiere. El Ibex 35, el termómetro de nuestra bolsa acumula ya una subida del 15% desde los mínimos del mes de junio cerca de los 7.500 puntos. Es también muy significativo.

La crisis no ha terminado, desde luego, ni España está en condiciones de crear empleo neto mientras no disminuya el acoso a los contribuyentes, comience el crédito a crecer, se reequilibren las cuentas públicas y el modelo se haga mucho más flexible y favorable para la inversión.

A España le faltan un buen puñado de reformas críticas por hacer: una fuerte reestructuración de las Administraciones, una reforma del modelo de coberturas sociales que sea justo pero incentive la búsqueda de empleo, una reforma fiscal que aflore la economía sumergida y preserve los rendimientos del trabajo, y un sinfín de medidas para estimular la iniciativa empresarial. Nada de esto debe dejarse para más adelante.

Queda un largo camino por tanto, para salir realmente de la crisis, lo que podría suponer varios años más de esfuerzo. Sin embargo, por algo se empieza, y el retorno del interés extranjero por nuestro país es una gran noticia que debemos celebrar.

Jugar la baza de la recuperación en nuestras inversiones financieras es posible con una amplia gama de fondos de Renta 4 con diferentes características para cada tipología de inversor. El Renta 4 Bolsa (+ 11% en 2013) es el fondo para el inversor tolerante, el Renta 4 Cartera Selección dividendo (+4,8% en 2013) es el fondo para inversores a medio plazo que buscan el margen de seguridad que proporciona la retribución al accionista, y el fondo Alhambra FI (+3% en 2013) es el fondo conservador que invierte en España para todos aquellos que buscan rentabilidad con un riesgo limitado.

Alejandro Varela, Gestor del fondo Renta 4 Latinoamérica

@AVarela_Madrid

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