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Editorial

Un nuevo ciclo para los inversores

La vuelta tras el periodo veraniego es el momento que eligen muchos inversores para revisar sus estrategias y la composición de sus carteras de renta variable. A pesar de las incertidumbres provenientes de Oriente Próximo, el principal nubarrón sobre la economía, los datos invitan a pensar que el curso que ahora empieza será el último de la larga y dramática crisis que ya transita por su séptimo año.

La economía española ha tomado la salida de la recesión, conforme a los cálculos adelantados esta misma semana por el Gobierno. Si los datos de recuperación en el resto de países europeos se siguen confirmando, los expertos consideran que se acerca la hora de retirarse de los valores defensivos que venían aconsejando los últimos tiempos para empezar a tomar posiciones en los valores cíclicos.

En este escenario, la Bolsa europea se manifiesta como vencedora frente a la estadounidense, según los analistas, que consideran al Ibex como un mercado destacado entre las grandes plazas europeas para encontrar buenas oportunidades de inversión. Estas, además, incorporan un plus de confianza que viene dado por la moderación de la prima de riesgo, especialmente al compararla con el inicio del pasado curso, cuando solo fue capaz de frenar su escalada tras los decididos mensajes del BCE.

Después más de dos años a cuestas con la prima de riesgo, este verano el mercado de deuda pública ha dado un respiro y la banca puede resultar la gran beneficiada. El sector financiero ve más cerca la resolución del binomio entre riesgo país y riesgo bancario, algo que previsiblemente no se va a dar hasta que la Unión Europea no ponga en marcha de una vez la unión bancaria. Mientras, en los dos últimos meses los valores bancarios del Ibex han subido de media un 30%. Si en los próximos meses continúa la estabilidad, y los datos evidencian la mejora de la situación económica, empezará el despegue tras la gran purga de 2012 a la que, eso sí, aún le quedan flecos.

Los importantes movimientos corporativos, especialmente notables en el sector de las telecomunicaciones, también son un caldo de cultivo para las oportunidades. Igual que ocurre con las compañías petroleras, a las que la tensión al alza del precio del petróleo ya ha empezado a beneficiar, justo lo contrario que ocurrirá con las aerolíneas o los valores ligados al turismo si la crisis de Oriente Próximo no se resuelve con prontitud. Los valores de compañías con intereses importantes en el exterior son otro campo de posibilidades, como ocurre en la construcción y las concesiones o los grandes grupos de distribución con presencia fuera. Todo indica que el curso que empieza ahora trae por fin de la mano un nuevo y estimulante ciclo inversor, algo que no ocurría hace más de un lustro.

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