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Sectores baratos o trampas de valor

Durante los últimos años estamos asistiendo a un comportamiento muy dispar de los diferentes sectores y empresas en Europa. No es algo raro, cada momento de la historia tiene determinados negocios que sufren por las propias tendencias geográficas, tecnológicas, etc, y otras empresas que se benefician.

Las empresas consideradas trampas de valor se caracterizan por aparentar estar a valoraciones muy baratas en la actualidad, pero que el futuro más predecible no les va a permitir conseguir replicar la misma cuenta de resultados que en años pasados.

Como comenté en un artículo de hace unos meses Value Investing, invertir en valor: El valor futuro de los activos y la generación de caja de la empresa, es la clave para saber cual va a ser el futuro comportamiento de los resultados empresariales y por ende, de las acciones. Sin embargo, el valor futuro de una empresa es desconocido y hay que estimarlo, por lo que aparece la subjetividad del gestor o analista a la hora de valorar correctamente el valor intrínseco de una empresa” .

Hay cuatro sectores que considero que tienen características preocupantes para convertirse en trampas de valor. Obviamente hay excepciones empresariales en cada sector que han conseguido diferenciarse de la tendencia del negocio en cuestión.

Los dos sectores más obvios son el sector de telecomunicaciones y el sector eléctrico, pero hay riesgo de que el sector petrolero y el sector de distribución de alimentación entren en este tipo de empresas. Veamos:

El sector eléctrico europeo lleva invirtiendo una gran cantidad de capital la última década en nuevas tecnologías como la energía renovable y los ciclos combinados. La liberalización del mercado eléctrico, la puesta en marcha de estos nuevos activos, la sobre capacidad y la caída de la demanda eléctrica en Europa por el escenario recesivo, ha provocado una caída en el precio de generación eléctrica que prácticamente es la mitad que hace unos años. Caída de los precios, bajadas de los márgenes, altas necesidades de inversión, elevado endeudamiento y altos dividendos comprometidos, han reducido sustancialmente la generación de caja de las empresas. ¿Qué está provocando? Que la mayoría de empresas eléctricas tengan que revisar a la baja sus expectativas de ingresos y beneficios, que hayan recortado los dividendos a repartir y que hayan puesto a la venta muchos activos para mejorar sus balances. Una trampa de valor en toda regla.

El sector de telecomunicaciones europeo tiene un escenario de alta competencia sectorial en prácticamente todos los países europeos, que está presionando los precios a la baja, se enfrentan en general a altas necesidades de inversión para adaptar las nuevas tecnologías (fibra, smartphones, capacidad de las redes, velocidad de conexión, etc). El sector también se encuentra con un balance bastante apalancado, y los dividendos comprometidos también son elevados. La conclusión es que la generación de caja se va reduciendo a mayor velocidad incluso que la caída de los ingresos y los beneficios. Otra trampa de valor en toda regla. Desde mi punto de vista, el sector en Europa necesita consolidarse, y es el mayor riesgo al alza. Las sinergias de costes e ingresos son evidentes desde el minuto 0 de una operación de adquisición, y además reduciría el panorama competitivo.

El sector petrolero a nivel mundial se enfrenta a un nuevo ciclo inversor para compensar la caída de las reservas, los proyectos son más costosos que en el pasado y necesitan de precios del petróleo más altos para conseguir rentabilidades sobre el capital empleado de doble dígito. El margen de rentabilidad ha bajado y existe mayor riesgo que en el pasado de que una caída del precio del petróleo les afecte notablemente a la rentabilidad de los proyectos en evolución. Es un sector que históricamente ha remunerado generosamente a sus accionistas, pero las necesidades de incremento de inversión en los próximos años, están reduciendo la generación de caja de las compañías. Por el lado positivo, el nivel de endeudamiento es muy bajo, por lo que pueden acometer las inversiones sin tensionar el balance. Eso sí, que no se caiga el precio del petróleo.

Por último, el sector de distribución de alimentación ha visto reducido el beneficio en un 12% en la última década, el crecimiento esperado sigue siendo negativo en tanto en cuanto, el consumo privado siga debilitándose. La competencia es alta y la capacidad de diferenciarse de la competencia solo se puede hacer vía precios lo que hace muy difícil hacer crecer el beneficio y el cash flow. El nivel de endeudamiento, en general, también es demasiado elevado. Solo una subida de los tipos de interés, ya que son compañías con circulantes positivos, o plan de recorte de costes agresivo, puede dar algo de margen a la mejora de los resultados.

A nivel inversor, podríamos considerar que a día de hoy son sectores para invertir en sus bonos, porque generan suficiente caja como para repagar su deuda aunque sea a costa de cancelar el dividendo, pero no son sectores para ser accionista al no cumplir el primer criterio básico de crecimiento del beneficio por acción de toda inversión accionarial.

Javier Galán

Gestor de Fondos en Renta 4 Banco

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