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Bruselas da el primer paso hacia la unión bancaria pese a la inquietud de Berlín

El BCE asumirá por fases la supervisión de todas las entidades europeas

La Comisión Europea presentará hoy un proyecto de reglamento que obligará a los países de la zona euro a transferir al Banco Central Europeo (BCE) la supervisión de sus respectivas entidades financieras. La propuesta, primer paso hacia una unión bancaria europea, provoca reticencias en Berlín y preocupación entre los países de la UE con divisa propia.

La prima de riesgo se desploma ante la intervención ilimitada del BCE
La prima de riesgo se desploma ante la intervención ilimitada del BCEBLOOMBERG

El reglamento prevé que el BCE asuma gradualmente la supervisión de las entidades financieras. En los primeros seis meses, de las que hayan recibido ayudas públicas o en las que el emisor detecte un riesgo sistémico. Y un año después de la entrada en vigor de la norma, las 6.000 entidades que operan en la zona euro habrán quedado bajo la tutela de Fráncfort.

Esa omnipotencia del BCE constituye uno de los puntos más polémicos del reglamento. Alemania, en concreto, se opone tajantemente a transferir la supervisión de todos sus bancos al organismo presidido por Mario Draghi. El Gobierno de Merkel quiere que el BCE solo vigile a las entidades más grandes, lo que dejaría fuera de su escrutinio a los bancos públicos de las regiones alemanas, cuya salud financiera genera muchas dudas entre inversores y analistas.

Bruselas ha optado por hacer frente a la resistencia de Berlín tras constatar que el riesgo sistémico de una entidad no depende solo de su volumen de negocio o su expansión territorial. La CE considera, además, que una supervisión a dos niveles (europea y nacional) generaría inestabilidad y movimientos de los ahorradores o inversores hacia las entidades de uno u otro segmento.

El choque entre Bruselas y Berlín augura una complicada negociación, aunque la CE aspira a que el reglamento entre en vigor el próximo 1 de enero.

España es uno de los países más interesados en que la tramitación sea lo más rápida posible, porque la creación de un supervisor único es condición imprescindible para que el fondo de rescate pueda inyectar capital directamente en las entidades financieras.

De esa manera, el erario público español se libraría de la factura de hasta 100.000 millones de euros que asumirá con el fondo a partir del próximo mes con el fin de completar la recapitalización o desmantelamiento de las entidades en dificultades.

Disputas y calendario aparte, parece claro que la nueva norma inicia el camino hacia la unión bancaria, la mayor transformación económica de la Unión Europea desde el nacimiento del euro. Y una vez completada, desaparecerá la etiqueta de "banco nacional" y será sustituida por la de "banco europeo".

Como primer paso, el BCE se convertirá en la máxima autoridad financiera del continente que los expertos del Comité Lamfalussy (del que formó parte el fallecido Luis Ángel Rojo) pergeñaron en 2001 pero no se atrevieron todavía a proponer. Alexandre Lamfalussy confesaba poco después a CincoDías, con motivo del nacimiento físico del euro, su convencimiento de que la figura del supervisor único acabaría resultando imprescindible. La visión del respetado profesor belga (nacido en Hungría) parece a punto de hacerse realidad una década después de aquella entrevista.

Sin embargo, el supervisor único no nacerá del llamado comité Lamfalussy, convertido a raíz de la crisis en la Autoridad Bancaria Europea (ABE). El BCE ha arrebatado ese honor a la ABE, un órgano con sede en Londres que seguirá limitándose a la actividad normativa y la mediación entre reguladores nacionales en caso de conflicto.

La centralización en Fráncfort provoca resquemor en el Gobierno de David Cameron, temeroso de las consecuencias para la City londinense. Y la aparición de un supervisor único inquieta también a los países de Europa Central y del Este, que todavía tienen su propia moneda pero cuyo sector financiero es en gran parte una mera filial de entidades de la zona euro. El reglamento tiene que ser aprobado por unanimidad de los 27 socios de la UE, lo que abre la posibilidad de 10 vetos fuera de la zona euro.

Los bancos pagan

Los nuevos poderes en el sector financiero obligarán al BCE a aumentar su plantilla (1.440 empleados a finales de 2011). El reglamento aprobado hoy por la CE establece que los bancos tendrán que sufragar, con una tasa, la factura de su supervisión.

Un fondo de garantía y un FROB europeos

La creación de un supervisor financiero único es solo el primer paso hacia la unión bancaria europea. El proyecto requiere también la creación de un fondo europeo de garantía de depósitos y un fondo europeo de resolución bancaria (similar al FROB español).El reglamento aprobado hoy conferirá al BCE poderes para intervenir preventivamente una entidad. Pero el proceso de saneamiento o liquidación de la entidad seguirá siendo competencia nacional mientras no exista un FROB europeo. En los próximos meses o años, la CE espera proponer ese fondo de resolución.La garantía de depósitos (hasta 100.000 euros) también seguirá siendo de momento nacional. La última reforma presentada por Bruselas solo prevé la obligación de crear esos mecanismos a nivel nacional. Y, de momento, el departamento de Michael Barnier, comisario de Mercado Interior, no ha anunciado una plan para su integración.

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