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Efectos del crac inmobiliario

Se impone comprar piso sin hipoteca

Solo el 43% de las operaciones requirió crédito

Las hipotecas pasaron en pocos años de ser la panacea a la pesadilla de millones de españoles. Primero, la facilidad con que concedían crédito las entidades hizo caer a muchas familias en la locura por tener no ya una vivienda, sino una segunda. Y en algunos casos financiaron con cargo al ladrillo gastos de consumo como el coche, las vacaciones y otros. Aquel frenesí ya se sabe en qué ha desembocado: en un sector financiero muy tocado por el crac inmobiliario, miles de desahuciados y unos mercados que no se fían de la solvencia de España como país. Se ha pasado de despachar casas como si fueran lechugas a no lograr vender un piso ni regalando los muebles. Las familias parecen haber aprendido la lección y, según los últimos indicadores, han dado un giro en su comportamiento a la hora de comprar vivienda. Comienzan a ser los menos quienes adquieren su casa mediante hipoteca. A finales del primer trimestre de este año, solo un 43% de los compradores de casa pidió un préstamo al banco para financiarla, según datos del nuevo centro de información estadística del notariado.

Con casi 60.000 desahucios en España en 2011 y una tasa de morosidad del 8,95%, más de la mitad vinculada al ladrillo, "los compradores naturales de viviendas, aquellos con hipotecas, ya no están en el mercado", explica el abogado y socio de Albiñana & Suárez de Lezo Javier Torre de Silva. "La alternativa más habitual a la hipoteca es el cash", declara Torre de Silva. "Los que compraban al contado antes de la crisis siguen estando ahí. Son extranjeros o españoles con alta capacidad adquisitiva que aprovechan la coyuntura", añade. Los precios han caído más del 20%, según las zonas.

El portal inmobiliario Idealista.com encuentra tres razones para este cambio de coyuntura: la dificultad de acceso al crédito, la incertidumbre sobre la situación económica y la dificultad de vender la propia vivienda. "Hace tiempo que nuestros agentes observan que cada vez se realizan más operaciones al contado", explica Juan Villén, director del área de hipotecas en Idealista.com. "El inmobiliario se ha convertido en un sector de inversión a medio plazo", añade Villén, que encuentra que muchos clientes que tienen efectivo prefieren invertir en vivienda porque ahora encuentran precios mucho más competitivos.

La caída de los precios es, a juicio de Jaime Cabrero, presidente del Consejo General de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, lo que propicia la financiación alternativa a la hipoteca. "Al haber menos demanda, la oferta baja y esta caída de precios puede facilitar la autofinanciación", explica. Pero, matiza: "No creo que sea positivo porque un país se tiene que fundar sobre la financiación. Esto deriva de la necesidad de los bancos de cerrar el grifo del crédito. Y eso no es bueno".

Préstamos personales e incluso letras

Las alternativas a la hipoteca no son solo los pagos en efectivo. Una opción son los préstamos personales, aunque acaben resultando aún más caros. "Cuestan más porque los bancos aplican un interés mucho más elevado", apunta Torre de Silva. La compra a plazos directamente al propietario "es una vuelta a las antiguas letras, un retroceso de la economía", valora este experto, quien advierte de sus riesgos en caso de conflicto.Una tercera posibilidad es el alquiler con opción de compra, muy usual en el norte de Europa pero aún poco arraigada en España. Consiste en un contrato de alquiler con una cláusula que fija el precio de una eventual venta. "No es difícil de obtener porque muchos de los que arriendan su piso lo hacen porque no lograron venderlo", agrega.

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