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La revisión del marco fiscal

España ingresa por IVA el 5,5% de su PIB, el menor nivel de toda la Unión Europea

El Gobierno cuenta con ciertos argumentos para justificar el más que probable incremento del IVA. Los últimos datos publicados por Eurostat indican que, de los 27 países que conforman la UE, España es el que menos ingresa por el principal impuesto indirecto. La recaudación por IVA en 2010 se elevó al 5,5% del PIB, una cifra que incluso países como Grecia superan.

La Comisión Europea lleva años insistiendo en la necesidad de elevar los ingresos derivados por IVA ante la evidencia del poco rendimiento que obtiene España de este impuesto. De hecho, es el país de la UE que menos recauda en términos de PIB (5,5%) y, respecto al total de la recaudación fiscal, el peso de los ingresos por IVA también se sitúa entre los más bajos (ver gráfico). Hasta ahora, el Gobierno se había negado a elevar este tributo alegando que ello agudizaría la recesión. Sin embargo, Moncloa ya ha empezado a capitular.

El Ejecutivo tiene razón cuando asegura que Bruselas no exige una subida de los tipos del IVA sino una "ampliación de las bases imponibles". Si bien no es exactamente lo mismo, la consecuencia última es idéntica: el contribuyente pagará más.

A la Comisión Europea le da lo mismo si el incremento de los ingresos por IVA se logra subiendo el tipo general del 18% al 20% o reformando el impuesto para que bienes y servicios que ahora tributan al tipo superreducido del 4% o al reducido del 8% apliquen el gravamen general del 18%. Hacienda, de momento, estudia esta segunda opción y reconoce que "está analizando con sentido crítico" la estructura del IVA, donde España es el país en el que los tipos superreducidos y reducidos tienen un mayor peso sobre la base imponible total.

Entrar en un bar y tomar una cerveza implica pagar un IVA del 8% en España. Un gravamen que en Alemania alcanza el 19%, en el Reino Unido el 20% o en Portugal el 13%. Solo Francia, Luxemburgo y Holanda aplican un IVA menor que el español en los bares y restaurantes. El sector turístico teme que el Ejecutivo, ante la presión de Bruselas, elimine los servicios en hoteles, bares y restaurantes del listado de productos que aplican el tipo reducido del 8%. Si bien ello permitiría elevar los ingresos, también supondría un duro golpe a uno de los sectores que todavía tiene posibilidades de crecer y crear empleo en España. De hecho, el Ministerio de Hacienda y, en particular, su máximo responsable, Cristóbal Montoro, intenta por todos los medios evitar un aumento del impuesto. Una medida de este tipo en un escenario económico adverso (el Ejecutivo prevé que la demanda interna caerá más de un 4% este año) puede ser contraproducente, ya que el perjuicio sobre el consumo puede llegar a no compensar el posible incremento de ingresos. De hecho, el PP proponía en su programa electoral rebajar el IVA del turismo al tipo del 4%, una medida que difícilmente aceptaría Bruselas y que la delicada situación financiera de España tampoco aconsejaba.

Otra diferencia sustancial de España con el resto de la UE es el IVA que se aplica a la compraventa de vivienda, que el anterior Gobierno rebajó de forma temporal del 8% al 4% en 2011 y que el actual Ejecutivo de Mariano Rajoy prorrogó para este año. Así, adquirir una casa en España supone abonar un IVA del 4%, un cifra muy inferior al 10% de Alemania, al 19,6% de Francia o al 23% de Portugal. De hecho, Bruselas ya ha criticado con inusitada dureza esta rebaja fiscal, por lo que, con toda seguridad, volverá a gravarse con un 8% y no puede descartarse que sea una de los productos que pase a tributar al 18%.

De hecho, la Comisión Europea defiende acabar con los gravámenes reducidos y superreducidos, una concesión que aceptó Bruselas ante la presión de algunos estados. Cualquier cambio en la normativa fiscal requiere del acuerdo conjunto de los Estados miembros y, de momento, parece improbable que acepten cambiar el régimen actual.

En el caso español, el pan, la leche, los huevos, las frutas, verduras, material escolar o los medicamentos tributan al 4%, mientras que los alimentos elaborados, el agua, el transporte de viajeros, la peluquería, las lentillas y gafas graduadas y las entradas de cine aplican el tipo reducido del 8%. Hacienda reconoce que todo este esquema está ahora bajo revisión.

A diferencia de lo que sucede con el IVA, España ocupa el sexto lugar en el ranking de países que más ingresa por cotizaciones sociales, punto que exaspera a la patronal CEOE, que lleva reclamando una rebaja desde hace muchos años. En este punto, el próximo aumento del IVA -que puede producirse ya este verano o como muy tarde en 2013- se acompañará de una reducción de la cuotas que soportan las empresas. Ahora bien, la subida del tributo será mayor que la rebaja de las cotizaciones.

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