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Cómo están funcionando los mercados

Divisas. El euro está muy tocado. Incluso aunque el resultado de las elecciones griegas favoreciese una solución que mantuviese la integridad de la moneda única, los problemas de la eurozona están lejos de haberse solucionado. El euro ha caído un 6,3% desde febrero y cotiza a 1,26 dólares, el mismo nivel al que llegó a caer en la primavera de 2010, cuando Grecia inauguró la crisis soberana al reconocer que sus cuentas públicas estaban falseadas.

Oro. El oro es un activo refugio clásico contra inflación y también contra la incertidumbre. En el mercado, el oro lleva 11 años consecutivos de subida, con una revalorización próxima al 500% en todo ese lapso de tiempo, si bien la ganancia se ve reducida al 365% si se mide en euros. La política compradora reemprendida por distintos bancos centrales, especialmente los asiáticos, es una corriente de fondo que apoya al metal. Eso sí, el oro cede un 9% desde los máximos históricos de febrero, cuando cotizó a 1.784 dólares por onza.

Petróleo. La incertidumbre económica está afectando rápidamente al precio del petróleo. El barril de Brent, la referencia europea, se ha depreciado casi un 25% desde los máximos de marzo, pasando de 126 a menos de 100 dólares por barril. Son los precios más bajos desde comienzos de 2011 y suponen un alivio para una Europa asediada por la crisis bancaria. Al contrario de lo que ocurrió en 2008, las materias primas ya no funcionan en esta ocasión como alternativa de inversión a los activos tradicionales.

Las Bolsas europeas. Pese a lo que pueda parecer a primera vista, el panorama bursátil en Europa ha mejorado sustancialmente en junio. El Ibex aún pierde un 20% en el año, pero se ha revalorizado más de un 11% en dos semanas. El Dax, en contraste, es el único gran índice que cae en junio. Es prematuro hablar de cambio de tendencia, pero sí cabe hablar de una frágil estabilización de los mercados.

Deuda soberana. Quedan pocas dudas de que los bonos soberanos refugio, como el alemán o el estadounidense, están sobrecalentados, no ofrecen ningún rendimiento al inversor y corren el riesgo de corregir. Lo mismo puede decirse, pero al revés, de la deuda española e italiana. La renta fija se ha convertido en un instrumento demasiado volátil.

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