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Crisis bancaria en la zona euro

Bruselas plantea que la ayuda al sector no pase por el contribuyente

Propone la creación de un fondo con aportaciones de las entidades financieras para hacer frente a posibles quiebras.

Bruselas presentó ayer la propuesta para crear fondos de resolución nacionales para hacer frente a eventuales quiebras de bancos con las contribuciones de las propias entidades.

El objetivo es, según señaló el comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, "evitar en el futuro situaciones similares" a las acontecidas durante esta crisis, en referencia a las quiebras de Lehman Brothers y Bear Stearns en EE UU; Northern Rock en Reino Unido; el francobelga Dexia o el reciente rescate de Bankia.

El coste de los rescates o reestructuraciones ha supuesto ya una factura de dinero público para los gobiernos europeos entre 2008 y 2011 de 4,5 billones de euros, una cifra equivalente al 37% del PIB comunitario.

De momento, no se ha podido constituir un fondo europeo, pero se ha planteado el embrión para ello.

Los fondos nacionales funcionarán a partir de 2015 y podrán prestarse mutuamente, sobre todo en crisis transfronterizas.

Se financiarán mediante las aportaciones de los bancos para reunir el equivalente a un 1% de los depósitos bancarios cubiertos durante 10 diez años. Según la propuesta, los fondos se emplearán exclusivamente para apoyar la reorganización y resolución ordenada de los bancos y nunca para un rescate.

Los sistemas de garantías de depósitos aportarán recursos para proteger los ahorros y los países podrán decidir si los fusionan con los fondos de resolución nacionales.

Para que sean los accionistas y acreedores quienes paguen la factura, existirá la reestructuración o el rescate interno, denominada bail-in, que prevé una recapitalización mediante la cancelación o la dilución de las participaciones y quitas de la deuda en mano de acreedores o la conversión de la deuda en acciones.

Las entidades financieras tendrán que destinar un porcentaje mínimo de su pasivo y se procederá a las quitas sobre los pasivos con una "jerarquía" preestablecida, empezando por las acciones, luego la deuda subordinada y por último sobre deuda sénior.

Esta medida no afectará a los depósitos protegidos ni los activos de los clientes y no entrará en vigor hasta 2018.

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