Confianza y control fiscal

El Consejo Económico de Política Fiscal y Financiera se reúne hoy en medio de un escenario marcado por la continua tensión que está sufriendo la prima de riesgo en los mercados. Todo apunta a que el Ministerio de Hacienda dará por buenos los planes de ajuste presupuestario de la mayor parte de las comunidades autónomas, con la posible excepción de alguna región -es el caso de Asturias- cuyo veredicto aún suscita dudas. El respaldo firme a las cuentas de las comunidades autónomas resulta un gesto obligado en estos momentos, dado el hostigamiento que España recibe en los mercados y el agravamiento de la crisis de deuda en toda la eurozona. Pero la reunión de hoy debería saldarse, además, con dos grandes compromisos. El primero, por parte de las regiones, que deben dejar bien clara -sin peros ni matices- su voluntad de cumplir a rajatabla con sus respectivos planes de ajuste. El segundo, por parte del Gobierno central, que tiene que garantizar que el control y la vigilancia sobre las cuentas regionales será llevado a cabo con severidad y sin fisuras. Las indisciplinadas cuentas públicas con las que buena parte de las regiones cerraron 2011 constituye un ejemplo de que la confianza por sí sola no basta si no va acompañada de una mano de hierro en la supervisión y el control de la ejecución presupuestaria.