_
_
_
_
_

Cinco cuestiones importantes sobre la crisis

Esta crisis financiera que vivimos ha traído consigo grandes debates en la sociedad. Algunas cuestiones son controvertidas, así que para tratar de simplificar un la situación pongamos en grandes titulares algunos puntos que me parecen, personalmente, muy relevantes:

1.- En esencia, la crisis actual es una crisis de deuda. También es una crisis de otras muchas cosas, pero la raíz del problema es el elevado endeudamiento. En España la deuda la mantienen los hogares y las empresas (incluido los bancos) y como consecuencia de ello también se ha ido endeudando el Estado. Para amortizar dichas deudas hacen falta dos cosas: tiempo y dinero. Mientras conseguimos ese dinero a través de nuevos ingresos, alguien debe prestárnoslo y para que los intereses de dichas deudas no destruyan nuestra capacidad de recuperación, hay que evitar por todos los medios endeudarse más de lo que ya estamos.

Para ilustrar el problema, tenemos la siguiente gráfica donde aparece España como uno de los países de mayor deuda agregada (Hogares, empresas financieras y no financieras, y Gobierno), con el handicap añadido de que carecemos de soberanía monetaria frente a los otros dos países más endeudados, Japón y Reino Unido, que sí que son dueños de sus políticas monetarias. Nuestra deuda total, contabiliza más de un 350% del PIB.

2.- Puesto que nuestras cuentas no cuadran, si pretendemos no agrandar aún más nuestro problema (endeudamiento), deberemos hacer un planteamiento realista de ingresos y gastos, no gastando más de lo que ingresamos. Esto no significa que no debamos gastar sino que debemos gastar sólo aquello de lo que disponemos y debemos hacerlo de mejor manera, poniendo énfasis en dedicar recursos dirigidos a mejorar nuestra productividad y favorecer nuestros ingresos futuros. Por ejemplo, invertir en tecnología, en conocimiento y educación orientados a nuevas tareas productivas sería una gran idea. Hay que evitar gastar en aquello que sea prescindible y que no reporte ningún retorno.

3.- El sistema bancario es necesario para todos y nos atañe a todos. Por tanto, debe contenerse el afán de revancha contra los bancos y eludirse las teorías absurdas que abogan por un nuevo escenario "sin bancos" o "sin mercados". Aunque muchos no lo crean, a todos nos va mucho en ello. Algunos ciudadanos financian con sus ahorros este sistema en forma de capital (acciones) y otros lo hacen en forma de depósitos u otros tipos de deuda. Pero todos, casi todos sin excepción, utilizamos sus servicios libremente: solicitamos sus préstamos o hipotecas para adquirir bienes o servicios que de otro modo no tendríamos, utilizamos el crédito que nos conceden, depositamos y transferimos fondos con altos estándares de seguridad, nos custodian y remuneran nuestro ahorro, etc... No será beneficioso para nadie que ningún banco quiebre y se lleve por delante los fondos de nadie, cualesquiera que sean las personas que resulten damnificadas. Eso pondría en peligro la estabilidad del sistema y el coste podría resultar aún mayor. Los que desean su quiebra no piensan en las consecuencias ni directas ni indirectas de ello. Es necesario colocar de nuevo al sistema bancario en una situación saneada y con un adecuado nivel de capital, para que vuelva a ejercer su función natural: tomar ahorro prestado y canalizarlo hacia la economía productiva. Eso lo más conveniente para todos.

4.- Resulta imprescindible buscar nuevas fórmulas para cambiar el modelo productivo español, hasta ahora muy dependiente de la construcción, hacia otro que se adapte al nuevo contexto económico global. Ya no viviremos de la construcción nunca más, al menos no en las dimensiones alcanzadas en 2008. Urge meditar sobre nuestras capacidades para enfocarlas hacia las necesidades actuales de los consumidores de todo nuestro entorno, potenciando la búsqueda y entrada en nuevos mercados.

5.- Una situación excepcional, requiere medidas excepcionales. La clase política tiene el deber de aunar esfuerzos y trabajar en favor de los ciudadanos, dejando a un lado sus diferencias. Deben comunicar a la población la realidad de las cosas, sin demagogias ni falsos argumentos electoralistas. Sólo habiendo comprendido la gravedad y las causas de la situación actual podremos, con el esfuerzo de todos, salvar esta situación. Los ciudadanos deben asumir su parte de responsabilidad por el proceso de endeudamiento carente de sensatez en el que se embarcaron, y entender que toca trabajar más y mejor a cambio de menos para reconducir nuestra situación financiera y la de nuestras familias. No hay que alarmarse por ello, ni tirar la toalla. Ser conscientes de esta problemática es muy necesario para comenzar a reequilibrar esta complicada situación económica y financiera.

No debemos engañarnos: la digestión de todo este proceso será muy larga y pesada, a pesar de que ciertas medidas sean dolorosas no veremos sus resultados inmediatamente. Sin embargo, tomando la dirección adecuada, con tesón y esfuerzo se volverá a la senda del crecimiento.

Alejandro Varela, Gestor de Fondos en Renta 4 Banco

@AVarela_Madrid

Archivado En

_
_