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El nuevo orden económico

China acapara el interés de América Latina desbancando a la UE

América Latina observa con atención el impacto de la crisis mundial en China. Con menos dependencia de las inversiones europeas, desplazadas por el gigante asiático, la región posa la mirada en la economía china y en las consecuencias que traería su desaceleración.

La atención en China llevó a que la bolsa de Buenos Aires sintiera la semana pasada un efecto negativo -según los analistas- ante la prudencia de los inversores por los datos que alientan los temores de una desaceleración de la economía de ese país, con una estimación de crecimiento del 8,2%, según el Banco Mundial.

La tendencia se revierte. Una década atrás la alta dependencia de las inversiones europeas y norteamericanas harían temblar a las economías emergentes latinoamericanas en una crisis como la actual. Sin embargo ahora el foco de la atención está puesto en Asia.

¿Por qué los latinoamericanos se preocupan por China? Una espiral de los efectos de la crisis hace temer que si China deja de crecer, frenará la compra de materia prima o bajarán los precios de la materia prima, generando así un desequilibrio en la balanza comercial, especialmente de los países Sudamericanos que son sus principales socios.

Nadie desconoce la relevancia que ha tomado China en la última década en América Latina y el Caribe, y su presencia ha motivado el quiebre de la dependencia de inversiones de Estados Unidos y la Unión Europea. Ya en 2009 la relación comercial de la región con China fue evaluada como una ayuda indispensable para una recuperación rápida de los países latinoamericanos de la crisis mundial.

El Banco Mundial en su informe de 2011 Crecimiento a largo plazo de América Latina y el Caribe: ¿Hecho en China? afirma que en la región se presentan escenarios "relativamente benignos" en el contexto de crisis global ayudada sobretodo por China, aunque considera que los crecientes vínculos comerciales entre ambos tendrían un futuro poco alentador para el crecimiento de largo plazo de la productividad de la región americana.

El organismo ha señalado que el "crecimiento robusto" de la región en la última década "es un reflejo de las conexiones de la región con China, tanto de forma directa (a través del comercio y, cada vez más, a través de la IED) como de forma indirecta (principalmente a través del impacto que tiene China sobre los precios de los bienes primarios en los mercados internacionales)".

En tanto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su informe anual de inversión extranjera ha señalado que "se prevé que los intercambios comerciales con China sigan creciendo en el futuro inmediato y que el país pase a ser el segundo mayor mercado de exportación de la región en 2014 y la segunda mayor fuente de importaciones en 2015, superando en ambos casos a la Unión Europea y solo detrás de los Estados Unidos".

Tal es el crecimiento del vínculo de China y América Latina que se convirtió en el principal socio comercial de Brasil y Chile, y el segundo de Argentina y Perú.

China se asoma entre los principales inversores directos en América Latina y el Caribe. En 2010 -según un informe de la Cepal- se posicionó en tercer lugar con el 9% de las inversiones, detrás de EEUU (17%) y Países Bajos (13%), mientras que Canadá, España y el Reino Unido quedaron detrás con el 4% de inversión cada uno.

Las inversiones en activos y empresas con presencia en la región tuvieron a China como protagonista de grandes inversiones con la adquisición de acciones en Repsol YPF Brasil a través de Sinopec Group, activos en la petrolera Bridas Corporation instalada en Argentina mediante CNOOC, y acciones en el área de servicios y minería en Brasil. Mientras que de manera más reciente firmó acuerdos con Argentina por tierras productivas para plantar soja y extracción de recursos minerales.

China destinó 15.000 millones de dólares (11.310 millones de euros) de inversión a los países latinoamericanos en 2010. Para el gigante asiático representa sólo el 15% de lo que destina fuera de sus fronteras, pero acumula poder en sectores clave con presencia en empresas petroleras, mineras, industria tecnológica, tierras fértiles y alianzas estratégicas en compañías regionales, además de ofrecer créditos.

La incipiente inversión China abrió además la puerta para introducir productos latinos en su mercado y así se ha convertido en el principal destino de las exportaciones de varios países entre ellos Brasil, la sexta economía mundial que en 2011 exportó a China productos por 44.315 millones de dólares (33.430 millones de euros), un 43,9% más que en 2010.

El valor total de los intercambios comerciales entre China y América Latina alcanzó los 241.500 millones de dólares en 2011 (182.160 millones de euros), lo que representó una subida interanual del 31,5%, reveló el Ministerio de Comercio de China. Así, las exportaciones chinas a la región estuvieron valoradas en 121.700 millones de dólares (91.800 millones de euros), mientras que las importaciones totalizaron los 119.000 millones de dólares (89.760 millones de euros).

Sólo en el Mercosur (cuyos principales miembros son Brasil y Argentina) en 2010 registraron una subida del 8,4% de las exportaciones a China, mientras que el intercambio comercial a la Unión Europea tuvo una caída del 26%, aunque en ingresos sigue siendo superior. En tanto, en Chile -que no integra el bloque comercial- las ventas a China ya han superado a las emitidas a la UE por una diferencia de más de 3.000 millones de euros en 2010.

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