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Presupuestos 2012
Tribuna
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Crear país

El Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas es lo suficientemente serio como para decir que ha sido el parto de los montes, pero seguramente los Presupuestos Generales del Estado 2012 pasarán a la historia económica española como los más difíciles de elaborar por la situación de gravedad financiera, por la necesidad de recortes drásticos y por el tremendo peso de la desconfianza y falta de credibilidad internacional hacia nuestro país a la hora de darles comienzo. Y casi antes de nacer se ha podido escuchar de todo: una gran mentira, fraudulentos, ineficaces, insolidarios… Pero no nos engañemos; en España, lo verdaderamente insolidario y antisocial es la cola con casi cinco largos millones de parados y la mayor ineficacia es tener a uno de cada cuatro trabajadores sin empleo y a la mitad de nuestros menores de 25 años liderando una escalofriante cifra de paro juvenil.

Se podrán poner todos los calificativos imaginables, pero el Gobierno, desde la más absoluta responsabilidad, ha presentado unas cuentas públicas duras y muy restrictivas, con medidas extraordinarias de reducción del gasto y de incrementos de ingresos que, como bien dijo el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no han sido fáciles de implementar, pero que son las que cabía hacer para intentar salir de este agujero negro en el que, desgraciadamente, nos hallamos metidos.

Los Presupuestos Generales del Estado 2012 tienen como meta cumplir con el objetivo de déficit, el único camino posible para recuperar lo que se ha ido perdiendo en los últimos años -entre otras razones, por unas políticas erradas que primaron el gasto libre e irresponsable-. Hoy toca pagar lo que se debe y sufrir por aquello que gastamos de más y no teníamos.

Toca llevar a cabo un ajuste de 27.300 millones de euros, el esfuerzo de consolidación más grande de la democracia. Pero a este Gobierno del que hoy formo parte no le va a temblar el pulso si de lo que se trata es de volver a crecer y crear empleo; sin embargo, de nada servirán los esfuerzos si no se logra rebajar el déficit, nada se conseguirá si no somos capaces de ser realistas, teniendo bien presente que partimos hacia un deseado futuro de recuperación tras el bache ceñidos en la recesión, con una caída de la economía que nos hace temblar y con Europa esperando que cumplamos con nuestra obligaciones, que vienen impuestas por nuestra pertenencia a la Unión.

La bondad o maldad de los Presupuestos Generales del Estado 2012 se verá solo si el país es capaz de inspirar confianza, si al final de ese camino que acabamos de empezar se consigue crear empleo y mejorar el bienestar de los ciudadanos. Por eso no se han pintado cifras ni partidas imaginarias; por eso no vamos a trabajar con entelequias; por eso mismo también no se va a dejar que los más desfavorecidos de la sociedad sufran. Por eso, no se dejan sin financiación las partidas prioritarias y por ello el Gobierno ha revalorizado el poder adquisitivo de los pensionistas y llevado a cabo una reducción del gasto público que no recorta derechos sociales. Estos son unos Presupuestos para salir de la crisis y también los que van a convencer a Bruselas de que en España el Gobierno tiene la seriedad, el músculo y la seguridad de hacer lo que tiene que hacer para el bien general.

Las cifras están ahí, la puesta en blanco y negro no ha sido fácil y el esfuerzo estamos seguros no será en balde. Con ellas, con la disposición y la voluntad de cumplir, estamos seguros que podremos generar la confianza en los mercados que nos hace falta. Sabemos que tenemos que gastar menos y vivir de acuerdo a nuestras posibilidades. Sabemos que tenemos que hacer reformas y ahí están ya muchas de ellas. Es el momento de tomar decisiones y de que las comunidades autónomas sean asimismo conscientes de la realidad. Ha llegado el momento de volver a crear país.

Marta Fernández Currás. Secretaria de Estado de presupuestos y Gastos

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