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Nuevo mapa bancario

El vía crucis bursátil de la banca española

Ampliaciones y menos dividendos dibujan un escenario poco alentador para el inversor

Inversión
InversiónThinkStock

Más nubarrones sobre el sector financiero. Cuando aún retumba con fuerza la crisis de la deuda soberana europea y la amenaza cada vez más cercana de una recesión económica, las entidades financieras afrontan ahora un nuevo reto: prepararse a toda prisa para una segunda ronda de fusiones, vacunar sus balances del riesgo inmobiliario (el nuevo Ejecutivo estima que las provisiones adicionales necesarias rondan los 50.000 millones) y captar el capital suficiente para cumplir con las exigencias marcadas por la Autoridad Bancaria Europea (ABE) para el próximo julio. Una fecha que coincide con el calendario fijado por el Gobierno de Mariano Rajoy como tope para que se haya culminado la reordenación del sector financiero español.

Este incierto panorama, junto al hecho de que el negocio bancario esté en dique seco desde que estalló la crisis, hace cuatro años, y a las previsiones de que el beneficio del sector siga estancado o registre a lo sumo ligeros crecimientos, dibujan un escenario poco atractivo para el inversor particular. Bankia Bolsa afirma que "los niveles históricamente bajos de algunos ratios bursátiles -el sector cotiza a 0,43 veces su valor en libros- y las atractivas rentabilidades por dividendo (7,3%) no servirán como criterio de inversión hasta que haya más visibilidad sobre la validez y estabilidad de los valores contables y beneficios implícitos en estos ratios".

Las previsibles ampliaciones de capital que tendrá que acometer el sector, tanto para alcanzar los requisitos europeos como para absorber a las entidades en apuros, se llevarán a cabo con importantes descuentos, lo que deslucirá aún más al sector en Bolsa al provocar una dilución de su beneficio por acción. A ello se suma el más que probable descenso o incluso eliminación de la retribución anual a los accionistas, señalan los expertos. De hecho, muchas entidades han comenzado ya a tomar medidas con el canje de preferentes por acciones, con el consiguiente impacto negativo en sus cotizaciones, como ha ocurrido en Santander o Sabadell, o el pago de sus dividendos en especie (entrega de nuevos títulos) en lugar de efectivo.

Para conseguir capital, Ahorro Corporación apunta que existen cinco vías: desinversiones, desapalancamiento rentable, suspensión del dividendo, cambios en la política retributiva y adelgazamiento de costes. La firma considera que esto supone un colchón para generar entre 130 y 260 puntos básicos de capital al sector, frente a los requerimientos de la ABE, cifrados en unos 120 puntos básicos de capital adicional. En esta carrera, Ahorro Corporación estima que las entidades mejor posicionadas son CaixaBank, Santander y BBVA, mientras que la más presionada es Popular.

Pero, sin duda, el principal foco de incertidumbre para la banca española proviene de su elevada exposición al sector inmobiliario. Destaca Bankia, con más de 15.000 millones de activos problemáticos, Popular (8.700) y Sabadell (7.500). Santander y BBVA, con carteras más abultadas de ladrillo debido a su tamaño, tienen como contrapeso su negocio exterior.

La fragilidad de algunas entidades y la urgencia por cerrar página en la reestructuración del sector es la que ha llevado al Gobierno a reclamar que se aceleren las fusiones también con el objetivo de que el recorte de costes compense la caída de los ingresos. Y, en este río revuelto, las quinielas sitúan a las entidades intervenidas o nacionalizadas (Unnim, Banco de Valencia, Catalunya Caixa y Novagalicia) y a las medianas abocadas a ganar tamaño para sobrevivir en este escenario (Ibercaja, Kutxabank, Banca Cívica, BMN, Unicaja, Liberbank o Bankinter) en el pelotón de cabeza para protagonizar las primeras operaciones. También se esperan movimientos entre los grandes, con Bankia en primera línea de fuego como posible presa de alguno de sus tres principales competidores: Santander, BBVA o CaixaBank.

"Las fusiones vienen porque los balances no aguantan y hay una necesidad imperiosa de fortalecerlos y ganar eficiencia. El futuro para el accionista no puede ser más incierto debido a la falta de información sobre la que será la estrategia de cada una de las nuevas entidades y si tendrá éxito, pero también porque el sector está en crisis y le va a ser imposible recuperar las tasas de crecimiento y rentabilidad vistas en la pasada década", afirma Félix González, socio director general de Capitalia Familiar. Este experto añade que las uniones no se van a regir por "criterios estrictamente técnicos o estratégicos sino políticos y de influencia". Y advierte que fusiones como CaixaBank y Bankia "supondrían el dar a luz a un error más de los que dieron lugar a la crisis de 2007, esto es, el crear otro monstruo de riesgo sistémico".

Pese a estas incertidumbres, 2012 podría ser el punto de inflexión de la crisis. Banesto Bolsa baraja un descenso del crédito del 0,2%2, fruto del proceso de desapalancamiento en el que están inmersas las entidades, y una mejora del resultado medio del 12%, después de cuatro años consecutivos de descensos.

Ajustes

El Gobierno estima que el sector financiero español deberá hacer un ajuste adicional del 20% de su capacidad instalada, es decir, reducir en este porcentaje su actual red de oficinas y de plantilla dentro del actual proceso de reestructuración.

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