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Columna
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Los 10 retos pendientes del sector bancario español

Joaquin Maudos

Cómo afecta la crisis al sector bancario español y qué debe hacer este en consecuencia? Esa es la principal cuestión a la que responde el informe El sector bancario español en el contexto internacional: el impacto de la crisis que se presentó ayer y que, para ello, analiza la evolución reciente de las entidades de crédito españolas en comparación con otros países. El estudio se centra en aspectos como la rentabilidad, la eficiencia, la solvencia, la morosidad o la expansión del crédito, por citar solo algunos. Además de revisar el origen de los problemas actuales, el informe, realizado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) en colaboración con el IVIE, valora las distintas medidas que se han adoptado para hacer frente a la crisis, así como los retos pendientes a los que se enfrenta la banca española. Es a este último punto al que quiero dedicar esta tribuna, y lo expondré en forma de decálogo. Así pues, y partiendo de los datos del estudio que he dirigido, la banca española debe:

1) Acelerar la reestructuración para materializar las ventajas asociadas a las economías de escala que emergen en los procesos de fusión. Las nuevas fusiones que se produzcan permitirán aflorar reservas, si bien estas son insuficientes para hacer frente a todos los saneamientos pendientes. Dado el aumento de la concentración del mercado, es necesario valorar su impacto sobre la rivalidad competitiva y sobre el carácter sistémico de las entidades resultantes.

2) Reducir aún más la capacidad instalada para reducir costes: cerrar oficinas, aligerar plantillas, consolidar servicios centrales y reducir las estructuras y el número de órganos de gobierno de las cajas involucradas en fusiones. Del valor máximo alcanzado en 2008 se han cerrado 5.461 oficinas en España, si bien el ajuste no es suficiente. Para volver a la situación anterior al periodo de expansión quedan pendientes de cierre unas 1.400 oficinas. A esta cifra hay que añadir las vinculadas al proceso de reestructuración de las cajas y a las nuevas fusiones que se van a producir.

3) Sanear en mayor medida el activo, ya que el mercado desconfía de que el volumen de provisiones realizadas sea suficiente para hacer frente a mayores pérdidas. Si bien el ministro de Economía ha anunciado una cifra de 50.000 millones de euros de saneamientos pendientes, es necesario dar detalles de esa estimación. Reconocer más pérdidas incentivaría la reducción del precio de los inmuebles necesaria para eliminar el exceso de oferta existente, permitiría liquidar activos improductivos, reduciría los costes de financiación para la banca (al limpiar el balance) y reactivaría el crédito. Pero ese saneamiento tiene el gran inconveniente de que requiere la obtención de los recursos necesarios para financiarlo. Es necesario detallar cuanto antes la hoja de ruta a seguir y la vía de financiación.

4) Materializar cuanto antes el plan de recapitalización exigido por la Autoridad Bancaria Europea. Las necesidades de capital exigidas a los bancos sistémicos españoles (26.171 millones de euros) suponen un elemento de presión desigual por entidades, que situará en desventaja comparativa al resto de entidades si se sitúan en inferiores niveles de capitalización.

5) Mejorar el acceso a los mercados mayoristas. Los 131.000 millones de euros de vencimientos de deuda en 2012 explican la guerra del pasivo y la creciente apelación al Eurosistema. Los problemas se han aliviado con la actuación del Banco Central Europeo, aunque este no puede ser la solución definitiva, que exige resolver el verdadero origen del problema: la crisis de la deuda soberana. Además, una excesiva dependencia de la financiación del Eurosistema puede actuar como un estigma.

6) Mejorar la gobernanza de las entidades. Es necesario que se produzca una renovación de la gestión en aquellas entidades en las que la crisis ha impactado con mayor virulencia y han recibido ayudas públicas. Además, conviene seguir avanzando en el proceso ya iniciado de despolitización de las cajas de ahorros.

7) Incrementar la calidad de la supervisión, ya que la experiencia ha demostrado que se han detectado con retraso los problemas de algunas entidades, por lo que es necesario que la supervisión sea más intensa y anticipativa.

8) Aumentar aún más la transparencia informativa. Es necesario demostrar que los problemas están acotados y que, de hecho, no afectan a todas las entidades. Sería conveniente que cada vez exista menos información reservada y más pública.

9) El sector bancario se enfrenta a un futuro incierto con escasa actividad y reducidos márgenes. En un contexto macroeconómico complicado en 2012, las entidades deben tener como uno de sus objetivos principales la reducción de costes y la consiguiente mejora de la eficiencia.

10) En el caso concreto de las cajas de ahorros, de cara al futuro, deben aprovechar las ventajas que les proporciona su modelo de banca relacional basado en la cercanía al cliente y su fuerte vinculación territorial, así como recuperar el valor que les da su hecho diferencial que es la función social que cumplen.

Joaquín Maudos. Catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE

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