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El avance del PIB se reducirá hasta el 3,7% en 2012

La economía de América Latina se contagia de la incertidumbre mundial

América Latina no saldrá indemne del deterioro de la economía mundial, a pesar de que, de momento, está resistiendo bien los envites de la crisis que azota a los países desarrollados. Los analistas ya están recortando las previsiones de crecimiento para la región, cuyo PIB avanzará a un ritmo del 4,4% este año y bajará al 3,7% en 2012.

Los países emergentes, y América Latina en particular, han sido meros espectadores en los últimos dos años de la crisis financiera. No solo no les ha perjudicado sino que, incluso, han salido reforzadas al atraer capital. Sin embargo, los últimos datos económicos ya muestran de forma evidente que la economía de América Latina se frena tras crecer un 6,3% en 2010.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que el PIB de la región se desacelerará este año y avanzará a un ritmo del 4,4%, uno de los niveles más bajos entre las economías emergentes. Y, para el próximo año, todo apunta que esa tendencia se agudizará todavía más. El servicio de estudios del BBVA prevé que el PIB crezca un 3,7% en 2012.

Así, la crisis de deuda que sufre la Unión Europea ya se empieza a sentir al otro lado del atlántico. En cualquier caso, a diferencia de las décadas precedentes, la dependencia de la economía latinoamericana respecto a Europa y a Estados Unidos cada vez es menor a medida que crecen las relaciones con China, que se han triplicado en la última década. El gigante asiático es un gran consumidor de materias primas, el sector sobre el que pivotan las economías latinoamericanas. "La demanda constante de China ayudó a amortiguar la crisis, no se sabe si la región tendrá tanta suerte en el futuro", señala Irene Klinger, directora del Departamento de Asuntos Internacionales de la Organización de Estados Americanos (OEA).

De hecho, no es del todo cierto que América Latina haya sido inmune a la crisis internacional. Tras la caída de Lehman Brothers, en 2008, la región entró en recesión debido, sobre todo, al descenso del precio de las materias primas. Sin embargo, la fuerte inflación iniciada en 2010 sobre los productos agrícolas permitió que la región recuperara tasas de crecimiento superiores al 5% mientras que en las zonas desarrolladas se desataba el pánico.

En este sentido, el servicio de estudios del BBVA alerta de que "una fuerte disminución de la actividad mundial podría añadir presión bajista al descenso de los precios de la materias primas". A corto plazo, los analistas prevén un "aterrizaje suave" de la economía latinoamericana, aunque existen variable que podrían acelerar el proceso. "El aumento de la aversión global al riesgo puede suponer un abrupto final de los flujos de capital", señala BBVA. La mayoría de países latinoamericanos mantiene altos tipos de interés, en torno del 10%, que atraen a inversores de todo el mundo.

Sin embargo, la posibilidad de rebajar el precio oficial del dinero para reactivar la economía choca con la alta inflación que sufre la región, que este año superará el 10% y se mantendrá en un nivel similar el próximo año.

A día de hoy, este es el principal debate en los grandes países latinoamericanos. Brasil, la primera economía de la región, crecerá este ejercicio solo un 3,2% tras registrar un incremento de la actividad del 7,5%. Y, sin embargo, los precios escalarán por encima del 6%. En México, la situación es más estable en la medida que la inflación está relativamente controlada, y todo apunta que la economía cerrará el año con un avance cercano al 4%, 1,4 puntos por debajo del año anterior. En cambio, Argentina logrará cerrar el año -gracias sobre todo las exportaciones de materias primas- con un aumento del PIB del 8,7%. Sin embargo, el próximo año, esa cifra caerá a la mitad en un momento en que se espera que la inflación se mantenga en el 10%. "La desaceleración en la región es una evidencia", sentencia José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citi en España. Y, visto los resultados en el otro lado del Atlántico, los Gobiernos latinoamericanos deberán buscar sus propias recetas.

Unas finanzas robustas con margen para actuar

La actual crisis ha dejado una imagen que era difícil de imaginar diez años atrás. Mientras los países europeos se enfrentan a elevados desequilibrios fiscales y a un endeudamiento excesivo, los países latinoamericanos pueden presumir de mantener unas cuentas relativamente robustas. ¿Qué ha sucedido? "Los países de América Latina aprovecharon el periodo de bonanza en la economía (2003-2008) para sanear sus cuentas públicas, aumentar sus reservas internacionales y reducir y mejorar el perfil de su endeudamiento externo", sostiene un informe de la Cepal.El organismo internacional entiende que ello permitió que cuando arreció la crisis financiera global, América Latina contará con "un espacio fiscal" adecuado para afrontar la tempestad "sin poner en peligro la solvencia".

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