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Tribuna
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La fusión entre NYSE Euronext y Deutsche Börse nos afecta a todos

El proyecto de fusión entre NYSE Euronext y Deutsche Börse es objeto a menudo de comentarios muy técnicos que sólo los expertos pueden entender. Sin embargo, es importante explicar de la forma más sencilla lo que está en juego. La columna vertebral de cualquier economía es un mercado de capital líquido, transparente y bien regulado. Sin embargo, en los últimos años los mercados se han fragmentado y se han hecho más opacos, mientras que la regulación es cada vez más complicada.

La desregulación ha afectado a los mercados financieros, permitiendo el desarrollo de nuevas plataformas de negociación, que han adquirido posiciones envidiables en un plazo muy corto. Por desgracia, al mismo tiempo los mercados han pasado a estar extremadamente fragmentados. Europa cuenta ahora con más de 130 plataformas de negociación, en general con el apoyo de grandes bancos. Esto ha tenido el efecto lógico de la disminución de la reserva de liquidez hasta el punto en el que se ha vuelto difícil para un inversor comprar o vender acciones sin influir en su precio.

La opacidad se ha incrementado. En particular, un número importante y creciente de las operaciones se están transfiriendo de los mercados regulados a los mercados extrabursátiles. Según un estudio reciente del Parlamento Europeo, casi el 40% del volumen de las operaciones de mercado en efectivo se ejecuta ahora en mercados europeos no transparentes y el 90% del valor de las operaciones de derivados se realiza en mercados extrabursátiles. Como resultado, los inversores y los reguladores no saben a menudo dónde se han ejecutado sus órdenes ni, en algunos casos, a qué precio. Los emisores, por su parte, se quejan de que no saben quién tiene sus acciones de un día para otro.

El aumento de nuevos participantes del mercado y de operaciones extrabursátiles, ha provocado que la supervisión del mercado sea más incierta y heterogénea. Pero una de las lecciones más importantes de la crisis financiera de 2008, a la que se ha comprometido el G-20, es que deben promoverse los mercados transparentes y regulados, tanto para los inversores como para los reguladores.

La fusión entre NYSE Euronext y Deutsche Börse es una respuesta a estos problemas. El nuevo grupo formará el conjunto más grande de liquidez de Europa para la negociación de acciones y derivados, y lo hará en un entorno regulado. Contra la creciente marea de operaciones extrabursátiles, generará un mayor flujo de operaciones totalmente transparentes. Su mayor influencia le permitirá presionar sobre una mayor regulación de los mercados y motivar a los países de mercados emergentes para que adopten normas de seguridad similares y un marco jurídico seguro.

No hay nada esotérico en este debate. La fusión puede servir a los intereses de la economía europea en un momento en que está profundizando en la recesión. Me gustaría citar tres ejemplos:

- La actual escasez de crédito está afectando con especial intensidad a las empresas europeas, ya que obtienen el 70% de su financiación de los bancos y el 30% de los mercados financieros, mientras que las proporciones se invierten en EE UU. Las nuevas exigencias en materia de capital enrarecerán los mercados de crédito aún más. Se está convirtiendo en imprescindible que los mercados financieros intervengan y abran nuevas fuentes de financiación de capital -en vez de financiación de la deuda- para las empresas europeas. El nuevo grupo, debido a su tamaño y a la reducción en los costes de operación, será capaz de reequilibrar las fuentes de financiación de la economía europea.

- Esto es particularmente cierto para las PYME. Todavía no tienen suficiente acceso al capital, y, sin embargo, son los motores del empleo en Europa. Los nuevos operadores de mercado que han aparecido en los últimos años han ignorado en gran parte a las PYME, ya que la negociación con sus acciones es menos rentable. Esta es otra razón para que la fusión de NYSE Euronext y Deutsche Börse haga de las PYME su objetivo prioritario.

- Por último, la fusión constituirá un hito clave en la integración financiera europea: los intercambios del nuevo grupo servirán para cuatro de cada cinco europeos. La creación de Euronext dio lugar a un aumento considerable en las operaciones transfronterizas entre los países miembros, y cada nueva fase ha impulsado el crecimiento.

Las autoridades de la competencia están estudiando en gran detalle la fusión entre NYSE Euronext y Deutsche Börse. Esto es normal y legítimo. Sin embargo, no hay que perder de vista los aspectos estratégicos de la fusión propuesta, que puede ser un catalizador bienvenido para el crecimiento económico europeo y está alineada con los que están trabajando para lograr una mejor regulación de los mercados.

Una especie de carrera para crear grandes mercados financieros se está desarrollando en todos los continentes. Los mercados "emergentes" están empezando a internacionalizarse, crecen y son cada vez más activos (Brasil y China están empezando a captar capital de empresas europeas). ¿Dónde se sitúa Europa en este cambio radical? Es muy importante para el futuro de Europa que sea capaz de posicionarse en esta carrera para consolidar las estructuras financieras.

Si Europa no toma iniciativas para convertirse en un gran centro financiero internacional, junto con EE UU, corre el riesgo de fragmentarse de forma continua y de perder influencia. La fusión entre NYSE Euronext y Deutsche Börse va directamente en contra de esta tendencia, y contribuirá a crear un gran mercado financiero transatlántico.

Jacques de Larosière es Director de la fundación NYSE Euronext. Fue Director General del FMI de 1978 a 1987 y Presidente del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo de 1993 a 1998. También es ex gobernador del Banco de Francia. Más recientemente ha asesorado a la Comisión Europa acerca de la supervisión financiera y sobre cómo controlar los riesgos sistémicos para la estabilidad financiera.

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