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Krugman anticipa un rechazo republicano al plan de Obama

El Congreso de EE UU tiene la palabra para la recuperación mundial

Con el fantasma de la doble recesión llamando a la puerta y el desempleo en un histórico 9,1% tras un agosto que no creó un solo puesto de trabajo, el plan para combatir el paro y estimular la economía del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tendrá un duro pase por el Congreso.

Las voces que llevan meses clamando para que el problema del paro en Estados Unidos pase a la primera línea de la preocupación política han sido escuchadas. El presidente estadounidense hizo anoche de la creación de empleo su caballo de batalla y rindió pleitesía a las tesis que afirman que sin más puestos de trabajo será imposible recuperar un ritmo de crecimiento sano en la economía del país.

El plan de choque anunciado por Obama no decepcionó a quienes pedían abrir esta vía. El premio Nobel Paul Krugman fue uno de los primeros en mostrar su agrado: "Me ha sorprendido favorablemente. Es significativamente más audaz y mejor de lo esperado". Eso sí, para el economista se queda un poco corto ("no es tan audaz como el plan que me gustaría en un mundo ideal"), pero lo da por bueno: "Si finalmente se convierte en ley, es probable que tenga un efecto significativo en el desempleo".

Pero ahí está el problema: en que el plan de Obama se convierta en ley. Y también las opiniones están encontradas en este punto. "Parece una amalgama de cosas que ya hemos visto", señalaba anoche Stephen Stanley, economista jefe de Pierpont Securities, en declaraciones a Bloomberg. "No sé por qué se demanda una sesión conjunta del Congreso para presentar un paquete tan pedestre."

Esta línea de pensamiento argumenta que Obama ha creado un programa basado en refritos de planes antiguos, que ya han sido debatidos y que pueden ganarse fácilmente el respaldo de los dos grandes partidos de la cámara, el Demócrata y el Republicano.

Pero no se trata de una opinión mayoritaria. Después de alabar el plan de Obama, Krugman no deja lugar a la duda: "Por supuesto, no es probable que se convierta en ley, gracias a la oposición del Partido Republicano. Ni es probable que pase nada que haga algo por ayudar a los 14 millones de estadounidenses sin trabajo. Y eso es una tragedia y un ultraje".

Otros son más comedidos. "Me parece un plan bien balanceado. Tiene algo para cada uno", señalaba a Reuters otro analista desde Washington. "Si el Congreso no puede llegar a un acuerdo en un tema como este, entonces es que no hay ninguna esperanza de que la parálisis vaya a terminar".

Pero ningún experto olvida que Estados Unidos tiene elecciones presidenciales en 14 meses y que un respaldo a un plan de éxito de Obama puede ayudarle en su carrera a la reelección. También, que la reticencia de los republicanos a planes de estímulo es absoluta.

Un rechazo hurtaría a la economía estadounidense de una ayuda extra al crecimiento. El consenso de los expertos recogido por Reuters apunta a que el plan puede impulsar el PIB estadounidense entre uno y tres puntos porcentuales el año que viene y crear un millón de empleos.

Eso robustecería la economía de uno de los motores mundiales, alejaría el fantasma de la doble recesión y saltaría el Atlántico en forma de beneficios para el resto de los países desarrollados, según los expertos. Y no solo por el efecto contagio de un mayor crecimiento en Estados Unidos, sino por que mostraría que los países que pueden soportarlo apuestan por recuperar los planes de estímulo para evitar un nuevo parón económico, como reclamaba a finales de agosto la directora gerente del FMI, Christine Lagarde.

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