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Más votos tras la supresión de los blindajes

Con la escalada en el capital de Repsol, aunque sea a través de sindicar acciones con otro partícipe, Sacyr Vallehermoso no ha hecho más que confirmar su apuesta por la que es su gran participación industrial. De hecho, ambas partes se han comprometido a no vender o disponer total o parcialmente de sus acciones en Repsol durante un periodo de tres años, salvo si cualquiera de los instrumentos de cobertura contratados para el mantenimiento de la participación en la petrolera así lo exigiera.

El movimiento de Sacyr llega dos meses después de que entrara en vigor, el pasado 1 de julio, la supresión de las limitaciones a los derechos de voto en las compañías cotizadas.

Repsol, como Iberdrola o Telefónica, ha de adaptar sus estatutos a la ley y aprobar en junta de accionistas la eliminación de cualquier tipo de blindaje. La petrolera tiene el 10% como techo a los derechos de voto, lo que hacía que Sacyr (20% del capital) y CaixaBank (12,97%) pesaran lo mismo. Pemex, con el 4,8% y BBVA, que conserva un 3,9%, son los otros dos accionistas con peso en el capital.

Pese a la dureza de sus reivindicaciones, ni Sacyr Vallehermoso ni su aliado mexicano han explicitado la exigencia de un relevo al frente de la dirección de Repsol. Portavoces de la petrolera eludieron ayer hacer comentarios respecto al inesperado golpe de timón ejecutado por su primer partícipe.

Inversión millonaria

Para hacer válido el pacto entre accionistas, la mexicana Pemex se ha dado un plazo de 30 días para elevar su participación desde el actual 4,8% de Repsol hasta un 9,8%. El 5% en cuestión está valorado en 1.153 millones a precios de mercado.

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