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Análisis

Cuando los ricos piden pagar más impuestos

Ante la crisis, Reino Unido, Francia o Italia han subido la tributación a las rentas altas. En España se podría actuar sobre el IRPF o el patrimonio

Dejad de mimar a los superricos". La frase, que podría parecer sacada de la pancarta de un manifestante indignado, corresponde en realidad al título de un artículo publicado en The New York Times por Warren Buffett, multimillonario inversor y dueño de la tercera mayor riqueza del mundo, según el ranking anual de la revista Forbes. Con un patrimonio que ronda los 50.000 millones de dólares, Buffett reclama al Gobierno de Estados Unidos que haga real su proyecto de salir de la crisis gracias a un "sacrificio compartido" y suba los impuestos a las grandes fortunas para que estas compartan con la clase media el coste de la factura. Aunque la iniciativa del magnate pueda resultar insólita, no es un caso aislado. Otros multimillonarios se han ofrecido a sus Estados a arrimar el hombro, y algunos Gobiernos han impulsado cargas fiscales excepcionales para las rentas más altas. En España, sin embargo, ni unos ni otros se han pronunciado en este sentido.

El caso más reciente, y uno de los más sonados, es el francés. El pasado martes, la mujer más rica del país y propietaria del grupo cosmético L'Oréal, Liliane Bettencourt, y los dueños de otras 15 grandes fortunas -del director general del banco Société Générale, Frédéric Oudéa, al responsable de France Télécom, Stéphane Richard, pasando por el presidente de Peugeot, Philippe Varin- firmaron un texto similar al de Buffett en el semanal Nouvel Observateur. Reclamaban "que se instaure una contribución excepcional que afectaría a los contribuyentes franceses más favorecidos". Un día después, el presidente galo, Nicolás Sarkozy, anunciaba la creación de un impuesto especial que grava al 3% los ingresos que excedan de 500.000 euros hasta 2013.

El Ejecutivo de Silvio Berlusconi ya avanzó en esta línea a comienzos de mes, cuando el Gobierno italiano aprobó el llamado "impuesto solidario", que durará hasta 2013 o 2014 en función de los ingresos requeridos. La norma grava con un 5% la parte de la renta que exceda los 90.000 anuales, y con el 10% la cuantía que supere los 150.000 euros.

Grandes fortunas galas y americanas reclaman un alza impositiva

Aunque la carrera por cumplir con el compromiso de déficit marcado por Bruselas ha impulsado esta vía recaudatoria en varios países, esta política no es nueva. Ya en 2009, el Gobierno británico acabó con tres décadas de benevolencia impositiva heredadas de Margaret Thatcher. Esta había establecido una carga del 40% como máximo. Una barrera que Reino Unido elevó desde 2010 hasta el 50% para aquellas rentas superiores a las 150.000 libras anuales.

La expresión "impuesto para ricos", sin embargo, ya fue usada en 2007 en Alemania, donde Angela Merkel elevó la tributación mínima sobre la renta del 42% al 45% para aquellas personas con ingresos superiores a 250.000 euros al año.

"Parece que últimamente ha comenzado a revertirse la tendencia que ha dominado las últimas tres décadas, en las que, de forma bastante generalizada, se ha ido reduciendo la tributación de las grandes rentas, mientras que han subido los impuestos indirectos", explica Miguel Ángel García, jefe del servicio de estudios de CC OO. "Que se hiciera en EE UU sería emblemático, sobre todo con su amplio déficit, cercano al 10%, que podría reducirse en una tercera parte solo con que se revirtieran las medidas de rebaja de tributación a rentas altas que tomó George W. Bush", estima. Sin embargo, pese a la petición de Buffett, o al apoyo que ha dado Mark Zuckerberg, dueño de Facebook, a una carga de este tipo, la Administración Obama no ha dado el paso.

La creación de un impuesto especial no ha sido reclamada en España por ninguna de las grandes fortunas, ni adoptada por el Gobierno. La medida más parecida se tomó el pasado ejercicio, cuando la tasa máxima de IRPF, antes del 43%, se elevó al 45% para las rentas superiores a 175.000 euros. Un porcentaje que varía según la comunidad autónoma, siendo el más alto el 49% de Cataluña.

"En España podrían aplicarse dos vías. Una es generar un nuevo tramo de IRPF, que eleve, por ejemplo, del 45% al 47% para las rentas que superen los 200.000 o los 300.000 euros", expone el investigador de la Universidad Autónoma de Madrid César Martínez. La otra opción, defendida por el profesor en un reciente informe presentado de la mano de la Fundación Alternativas (un think tank del PSOE) sería recuperar el impuesto de patrimonio, que el Gobierno socialista eliminó en 2008. Se trata de un tributo que no tiene en cuenta los ingresos anuales, sino la riqueza que atesora una persona. Según los cálculos del profesor si se elevara el patrimonio mínimo exento de los 117.000 euros que había establecidos, hasta los 600.000, -en Francia está en 790.000 euros- se seguiría recaudando el 80% de lo que se obtenía con el antiguo corte (1.470 millones en 2007).

¿Hay riesgo de fuga de capitales?

La oposición de algunos colectivos a que se recupere el impuesto sobre patrimonio como parte de la política de aumento de los ingresos se basa en la amenaza de una "fuga de capitales". Un debate "del todo falso", según sostiene el investigador de la Universidad Autónoma de Madrid César Martínez, dado que el grueso de la tasa se obtiene sobre bienes inmuebles, "que como su nombre indica no pueden llevarse a otro país". Además, expone, "ya llevaba 25 años implantando y nadie se ha ido", concluye.

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