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Decisión adoptada por España, Francia, Italia y Bélgica

Bruselas ve con buenos ojos el veto a las ventas a corto

La decisión que España, Francia, Italia y Belgica adoptaron ayer de prohibir temporalmente las ventas a corto para poner freno a la especulación ha sido bien recibida por la Comisión Europea y por países como Alemania, que aboga por extenderla al resto de Europa.

La decisión adoptada la noche del jueves por varios países europeos -a saber, España, Francia, Italia y Bélgica- de prohibir temporalmente las ventas a corto sobre valores financieros ha despertado, no poco previsiblemente, opiniones de todos los colores.

La teoría que sustenta el veto -de 15 días- es la necesidad de frenar la ola de especulación que lastra a las Bolsas y que en los últimos días se ha cebado con las entidades financieras, especialmente las francesas, con Société Générale a la cabeza de la lista de damnificados. Pero no todo el mundo está de acuerdo con que esta práctica tenga un impacto negativo.

La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, ha avanzado que además de España, Francia, Italia y Bélgica, "hay otros países que han manifestado su acuerdo" con la prohibición de vender posiciones a corto y "podrían sumarse en los próximos días" a esta medida. Según Salgado, la medida responde a la necesidad de aliviar la "presión" en aquellos valores en los que se había concentrado en los últimos días, especialmente en el caso de Francia, e indicó que la decisión "ha sido bien recibida en el sector".

Frente a los que sostienen que las ventas a corto fomentan la especulación salvaje, otra facción de los entendidos apunta precisamente a lo contrario: que este mecanismo proporciona transparencia al mercado y alienta las inversiones.

Muchos de los analistas que creen que hay que parar los pies a los especuladores, opinan, no obstante, que el hecho de que esta medida esté limitada en el tiempo reduce su capacidad de curar las heridas de la economía.

La estrategia de las ventas a corto consiste en arrendar acciones de un tercero para venderlas, con el compromiso de volverlas a comprar en el futuro. Llegado el momento de la readquisición, la diferencia en el precio de esas acciones marcará las ganancias -o las pérdidas- de la operación.

La Comisión Europea se posiciona a favor de la prohibición temporal. El objetivo de Bruselas es, de hecho, diseñar cuanto antes un marco para coordinar las acciones de los Estados miembro "cuando sea necesario" y crear un plan aplicable a toda Europa.

"Las negociaciones han mejorado enormemente en los últimos meses", ha explicado hoy la portavoz comunitaria, Chantal Hughes, en rueda de prensa en Bruselas. "Estamos muy cerca de llegar a un acuerdo y quisiéramos instar a los reguladores, a los Estados miembro y al Parlamento europeo a dar los últimos pasos que permitan llegar a un acuerdo en septiembre", ha añadido.

Expertos como Lothar Menthel, jefe de inversiones de Octopus Investments, han señalado que si los reguladores nacionales no imponen una serie de medidas coordinadas el veto a las ventas a corto podría no surtir efecto.

El rumor de una posible prohibición ya surgió ayer por la tarde. Y se ha cumplido, pero con la diferencia de que se creía que la imposición provendría de la Autoridad Europea de Mercados Financieros (ESMA, por sus siglas en inglés), mientras que han sido los organismos reguladores -en el caso de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)-, quienes han impuesto la medida.

ESMA ya dio un paso adelante ayer, después de que se lanzaran los rumores, para aclarar que no posee competencia sobre todo el ámbito europeo. Su papel, en último extremo, podría ser el de coordinador.

Los Estados miembro se posicionan

Alemania defiende que la medida se extienda a todos los países europeos, mientras que para Reino Unido, Holanda y Austria, esta decisión no viene a cuento. No hay necesidad de actuar, dicen.

"Es alentador que la prohibición se extienda a otros países de la eurozona", apuntó el portavoz de Finanzas del grupo parlamentario conservador germano, Klaus-Peter Flosbach, para recordar que Alemania ya aprobó el año pasado medidas para "meter en cintura" a los especuladores.

Los técnicos del Ministerio de Hacienda español (Gestha) están más que satisfechos con la medida, y han solicitado que se extienda durante dos meses y que se aplique también a la deuda y a compañías de sectores estratégicos, como la energía, los transportes y las telecomunicaciones.

"Hoy en día nadie duda que las ventas a corto en las Bolsas son una expresión de la especulación en los mercados, ya que perjudican a las empresas por la dificultad o imposibilidad de financiarse, especialmente cuando se difunden falsos rumores u opiniones infundadas", ha subrayado el secretario general de Gestha, José María Mollinedo.

Las mismas medidas, ¿para paliar los mismos problemas?

En 2008, diversos países, incluido España, ya adoptaron la misma decisión para intentar detener las consecuencias de la entonces joven crisis. La prohibición no solo se impuso en Europa, sino también en países como Estados Unidos. Los resultados fueron criticados por no haber frenado la caída de las acciones de las entidades financieras como se pretendía.

Los analistas no han dudado en comprar la situación de entonces con la de ahora, cuestionando el valor que esta nueva prohibición puede aportar a la coyuntura económica.

La pasada semana, Turquía, Grecia y Corea del Sur ya vedaron las ventas a corto temporalmente, adelantándose a la decisión de ayer.

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