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A fondo

Rubalcaba inicia la táctica del desmarque

El candidato socialista lo va a tener difícil para desligarse de la gestión de Zapatero.

Rubalcaba dio el sábado, tras ser proclamado candidato socialista a la presidencia del Gobierno, el primer paso para desvincularse de la marca Zapatero, una enseña desgastada por la losa de los 5 millones de parados. "Ha llegado el momento -admitió cuando anunció que recuperará el impuesto de patrimonio- de repensar o rectificar algunas decisiones tomadas en los últimos años".

El cabeza de cartel socialista desgranó sus recetas económicas para crear empleo, salir de la crisis cuanto antes y rellenar cinco puntos de PIB con actividades al margen de la vivienda. Su tesis es que si en España la construcción de casas representaba en la parte alta del ciclo el 9% del PIB, en el resto de Europa es el 4%. España no va a recuperar dos millones de empleos en la vivienda, por tanto hay que generarlos en otros sectores de la economía, vino a decir Rubalcaba. Hay que buscarlos en las energías renovables, el cambio climático y el envejecimiento. Y en ello concentrará sus esfuerzos.

Del discurso del sábado de Rubalcaba hay que agradecer cierto grado de concreción y compromiso en algunas propuestas, como rechazar el copago sanitario, incentivar el contrato a tiempo parcial con mayor flexibilidad, desarrollar programas específicos para el primer empleo y continuar reduciendo el déficit.

La intervención estuvo marcada por el giro a la izquierda de sus mensajes, algunos claramente orientados a pescar votos en la masa de desencantados con el sistema en general y con el rumbo del PSOE en particular. Recuperar el impuesto de patrimonio para las rentas más altas (lo suprimió el PSOE), acabar con los paraísos fiscales y reclamar el establecimiento de una tasa a las transacciones financieras especulativas internacionales podrían encuadrarse en este capítulo. La banca, objeto creciente de las críticas ciudadanas, también dominó el discurso de Rubalcaba, que apostó por terminar "cuanto antes" la reforma financiera para que fluya el crédito y obligarles a que, ya que las cajas especialmente se han beneficiado de fondos públicos para su reestructuración, destinen parte de sus beneficios a crear empleo, sobre todo entre los jóvenes. El desapego tan reciente del Gobierno con los bancos obliga a relativizar este tipo de mensajes. Puesto que se ha comprobado que no existen soluciones mágicas contra el paro, está por ver que todas las propuestas enunciadas por el candidato el sábado tengan efectos apreciables.

La banca ya ha devuelto el envite a Rubalcaba. La Asociación Española de Banca (AEB) considera que la mejor forma de crear empleo juvenil es lograr un "crecimiento de la economía fuerte y sostenido", para lo que se requieren "programas económicos que generen confianza y reduzcan la prima de riesgo". En otras palabras viene a decir que actualmente estos planes no existen.

A Rubalcaba no le va a ser nada fácil desmarcarse de Zapatero ni lograr credibilidad para sus planes, habida cuenta de que ha tenido unos cuantos años en el Gobierno para ponerlos en práctica y no lo ha hecho. Es una crítica evidente, quizá un punto injusta para quien pretende explicar su programa y distanciarse de su antecesor, pero Rubalcaba tendrá que convivir con ella a diario hasta noviembre o hasta marzo, en función del calendario electoral. El candidato tendrá que convencer al electorado de que sus recetas y no las de Zapatero son las adecuadas, lo que obliga a un desmarque en toda regla. Esto provocará que al ciudadano le lleguen dos discursos, el del Gobierno y el del candidato, y es dudoso que sea una situación sostenible mucho tiempo. No podrá evitar que cada una de sus propuestas sea comparada con la actuación pasada y presente del Gobierno, lo que supone un caldo de cultivo para el adelanto electoral.

Las objeciones no han tardado en llegar. El PP ve en el programa de Rubalcaba una "enmienda a la totalidad" a la política de Zapatero. Los populares creen que las recetas del candidato del PSOE son "publicidad", ya que de lo contrario no entienden por qué no se han aplicado hasta ahora ni por qué "esperar hasta marzo" para ponerlas en marcha. CiU ve "humo" y un "populismo desesperante" en los mensajes de Rubalcaba. IU le ha recordado que "promete lo contrario de lo que hace", ya que rechazó la tasa Tobin, congeló las pensiones y recortó salarios.

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