El Gobierno echa toda la leña al fuego de la subasta del móvil

Se acabó la partida de póker. El Gobierno ha tensado al máximo posible las exigencias en la subasta del móvil para romper la atonía.

Tras ocho jornadas de cautela e intentos de distracción del contrario en la mayor subasta de frecuencias de móvil de la historia de España, el lunes empieza la guerra de verdad. El Ministerio de Industria ha decidido levantar todas las barreras y exigir el máximo de cada operadora en sus pujas.

El efecto práctico de esta decisión envuelve conceptos como actividad requerida o puntos de elegibilidad. Palabras difícilmente entendibles que quiere decir que hasta el momento las operadoras han podido mantener ocultas muchas de sus cartas, pero que ahora tendrán que enseñarlas.

Y lo harán porque la actividad requerida se eleva al 100% a partir del lunes, lo que significa que las 11 participantes en la subasta tendrán que usar todos sus puntos de elegibilidad, que no son otra cosa que los derechos que tienen para pujar por distintos bloques. Antes de arrancar la subasta, las operadoras tuvieron que depositar avales por el precio de salida de cada bloque por el que quisieran ofertar. Esto les dio determinados puntos que son los que usan para la contienda. Al principio, bastaba con que utilizaran el 60%, así que las ofertas eran parcialmente ficticias. Es decir, muchos bloques quedaban desiertos o con pujas muy reducidas porque las compañías que en el fondo quieren hacerse con ellos preferían no revelar sus planes y esperar.

Ofertas por la totalidad

El porcentaje subió luego al 70% y se elevó hasta el 85% en la sesión del jueves. El viernes se decidió que a partir del lunes será el 100% lo que tendrá que ponerse encima de la mesa, según fuentes conocedoras del proceso, lo que implica que la subasta cogerá ritmo porque las compañías ya tendrán que hacer ofertas por todo lo que realmente quieren.

Y eso le interesa al Gobierno, que lleva una semana y media observando la cautela y la atonía de las operadoras, que arrastran los pies para pujar y que hacen que la subasta del móvil no haya llegado siquiera a los 1.300 millones de euros de recaudación tras ocho sesiones e innumerables rondas. Y eso que el viernes la jornada se animó un poco y las empresas aumentaron en casi 70 millones de euros las pujas que había el día anterior.

El objetivo del Gobierno

Pese a ello, esta cifra sigue lejos de lo que desea el Gobierno, que maneja una recaudación que podría llegar a los 2.000 millones y que llegarían en un momento crucial para las arcas del Estado. Eso sí, hasta el momento hay dos bloques desiertos importantes, uno en la banda de 800 MHz y otro en la de 900 MHz, que aumentarían en 340 millones la cifra total de ofertas en cuanto se realice la primera puja aunque solo sea por el precio de salida. Eso llevaría ya el total hasta muy cerca de los 1.650 millones.

También están en blanco muchos bloques regionales de la banda de 2,6 GHz, que podrían comenzar a despertar ahora el interés de las operadoras, que ya no podrán reservarse las pujas para el futuro.

En total, de los 58 bloques que están en venta en distintas bandas (800 y 900 MHZ y 2,6 GHz) hay 30 en blanco y solo 28 con pujas.

Por eso, todas las esperanzas están puestas en el aumento de la actividad obligatoria. Sin embargo, también existe el temor a que lo que esté mostrando la subasta no sea una estrategia medida, sino una realidad de contención de las inversiones y restricción del gasto de las operadoras, no dispuestas a arriesgar fondos en momentos tan inciertos. En ese caso, y si las ofertas no repuntan, podría significar un fracaso de la subasta.

Once operadoras

Movistar, Vodafone, Orange, Jazztel, Ono, Telecable, R, Euskaltel, Telecom Castilla-La Mancha, Opnatel de Navarra y COTA están participando en el proceso. Todas ellas han hecho ofertas cada día de la contienda, pero los datos de Industria no desvelan qué compañía ha hecho cada puja, solo la cuantía de la mejor de ellas por cada bloque al cierre de cada sesión.