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El incremento del precio del dinero del 1,25% al 1,50% amenaza con frenar la débil recuperación de la economía española

Trichet eleva los tipos y condiciona nuevas subidas a una mejora del crecimiento

El Banco Central Europeo (BCE) siguió el guion previsto y subió ayer los tipos de interés oficiales del 1,25% al 1,50% a pesar de que reconoció una "desaceleración" de la actividad de la zona euro. El presidente Jean-Claude Trichet sugirió que la política monetaria estará condicionada por el crecimiento que registre la zona euro en el segundo semestre y la evolución de los precios. En cualquier caso, abrió las puertas a nuevas subidas de tipos antes de acabar el año.

Trichet eleva los tipos y condiciona nuevas subidas a una mejora del crecimiento
Trichet eleva los tipos y condiciona nuevas subidas a una mejora del crecimientoREUTERS

Será difícil que el próximo presidente del BCE, Mario Draghi, logré articular un discurso más ambiguo del que ha hecho gala durante los últimos ocho años Jean-Claude Trichet, que abandonará el cargo en octubre. El banquero francés, que elevó el precio oficial del dinero del 1,25% al 1,50%, no sugirió una nueva subida de tipos durante este tercer trimestre. Sin embargo, dejó entrever que, a finales de año, la financiación volverá a encarecerse.

Trichet apuntó que el crecimiento de la zona euro -que en el segundo trimestre registró una desaceleración- será determinante para fijar la ruta de la política monetaria. En este sentido, se mostró confiado en que la demanda interna desencadene el avance de la economía de la UE, que en el primer trimestre creció un 0,8% frente al 0,3% registrado en los últimos tres meses de 2010.

El presidente del BCE también alertó de los riesgos inflacionistas que acechan la eurozona. Y citó el precio de la energía y la tendencia de los Estados miembros a incrementar impuestos indirectos como el IVA. De hecho, la inflación de la zona euro registró un aumento del 2,6% en marzo, seis décimas por encima del objetivo del BCE. Así, la conclusión del discurso, siempre prudente de Trichet, es que la zona euro no sufrirá un incremento inminente del precio oficial del dinero. Sin embargo, probablemente se aprobarán nuevas subidas antes de finalizar el año, ya que, según Trichet, los tipos "siguen siendo bajos".

La decisión adoptada ayer por el BCE supone una pésima noticia para la economía española, que ve como el BCE encarece la financiación en un momento en que precisa más que nunca de inversión y consumo privado. El PIB en España avanzó a un ritmo intertrimestral del 0,3% hasta marzo y todo indica que en el segundo trimestre registró una cifra menor. Y mientras la economía española avanza a trompicones otros países de la UE ya han alcanzado una velocidad de crucero, que les permite prestar más atención a los datos de inflación que a las cifras de crecimiento.

Alemania, por ejemplo, confía en cerrar el año con un avance del PIB superior al 2,6% previsto por el Ejecutivo de Angela Merkel. En el lado opuesto, países como España o Italia no logran despegar y la subida de tipos supone una nueva barrera para afianzar la recuperación. De hecho, pocos expertos confían en que la economía española crezca un 1,3% tal y como prevé el cuadro macroeconómico del Gobierno.

Tipos al 1,75% antes de acabar el año

Por otro lado, las razones que esgrimió ayer Trichet para elevar tipos no convencieron a buena parte de los analistas, que consideran que el BCE debería mantener el precio oficial del dinero a niveles más bajos hasta que se consolide la recuperación. En cualquier caso, la voz de los analistas no suele cruzar los rigurosos controles de la sede del Banco Central en Fráncfort, donde se decide la política monetaria de la zona euro. Marie Diron, economista de Ernst & Young, vaticina una nueva subida de 25 puntos básicos para octubre o diciembre. Una opinión compartida por el economista jefe de UniCredit, Marco Valli. Cuando Trichet fue nombrado presidente del BCE en noviembre de 2003, los tipos se encontraban en el 2% y, probablemente, abandonará el cargo dejando el precio del dinero a un nivel muy cercano.

En la medida que el BCE eleva la financiación, el euríbor, que refleja el precio al que los principales bancos europeos se prestan dinero entre sí, también sube. Durante la sesión de ayer superó el 2,19%, un nivel que no registraba desde febrero de 2009. En cualquier caso, el indicador al que están referenciadas la mayoría de hipotecas ya lleva meses al alza, anticipando el aumento de los tipos oficiales anunciados ayer. En junio, el euríbor cerró en el 2,144%, 0,863 puntos por encima de la cifra registrada en el mismo mes del año anterior. Para una hipoteca de 150.000 euros a 25 años que se revise en junio, el incremento del euríbor se traduce en un encarecimiento de hasta 782 euros anuales de la cuota a pagar.

Y si los analistas están en lo cierto y el BCE sube los tipos 0,25 puntos básicos en el último trimestre de este ejercicio, la tendencia alcista de los últimos meses se mantendrá durante la segunda parte del año. Es decir, las familias hipotecadas deberán destinar más dinero al pago de su vivienda, lo que supondrá una caída de la renta disponible y reducirá las posibilidades de que el consumo se recupere.

Pertenecer a la zona euro supone aceptar estos peajes. Es decir, que la política monetaria se decida a millones de kilómetros y no se tenga en cuenta la situación económica de un país en concreto sino de la zona euro en su conjunto. Entonces, los problemas aparecen cuando un país, en este caso España, se aleja de la media europea y crece a un ritmo menor que el resto.

En otros países, son menos estrictos que en la UE en el control de la inflación. Por ejemplo, el Banco de Inglaterra determinó ayer mantener los tipos en el mínimos histórico del 0,5% a pesar de que IPC alcanzó en mayo el 4,5% en el Reino Unido. Una decisión similar sería impensable en Europa, donde el histórico pánico de Alemania a la inflación pesa, y mucho, dentro del BCE.

¿Quién gana y quién pierde?

Todo movimiento en los tipos de interés, suponga encarecimiento o abaratamiento del precio del dinero, tiene efectos contradictorios.-Gana la banca que presta. Una subida de los tipos directores del BCE como la practicada ayer desplaza automáticamente toda la curva de tipos de interés, sobre todo en los plazos cortos. Esa subida de los tipos recompone el margen de intermediación (margen de intereses) de los bancos, que reaccionan siempre con celeridad radical en la actualización de los tipos de activo, y de forma más lenta en la de los tipos de pasivo, de ahorro.-Ganan los ahorradores. En España hay unos 859.000 millones de euros en depósitos, de forma mayoritaria en simples cuentas corrientes, aunque de manera creciente en los últimos años se ha alojado mucho dinero en productos a plazo con remuneraciones muy altas.-Pierden los hipotecados. Los endeudados en general son las grandes víctimas de las subidas de tipos de interés, sobre todo las familias con hipoteca, puesto que de forma muy mayoritaria tienen indizado el coste de financiación al euríbor.-Pierde el Tesoro. El Tesoro público, el agente en el que más rápidamente está creciendo el endeudamiento en los últimos años (a razón de un punto sobre PIB cada mes en los dos últimos años), tendrá que pagar más por sus emisiones con la subida de la curva de tipos.-Pierden los inversores. El renovado atractivo de los depósitos desplaza recursos desde la renta variable al ahorro, y resta potencial a la bolsa y con ello a las plusvalías esperadas por los inversores.-Pierde la banca que pide. Aunque de manera mayoritaria la banca capta los recursos para hacer su negocio entre el ahorro de la gente, en una proporción nada desdeñable tienen que acudir al mercado interbancario para cubrir sus necesidades.

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