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A fondo

Malos tiempos para el FROB para buscar capital

El sector financiero cree que habrá dinero público para apuntalar bien las cajas

Los mercados han sacado esta semana una tarjeta amarilla al Reino de España. ¿Cómo? ¿Cuándo? La cartulina ha quedado representada por el mediocre resultado de la emisión que protagonizó el lunes el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). La operación distó de ser un desastre pero ha supuesto una llamada de atención para el país.

A grandes rasgos, esta es la interpretación que dan varios directivos del sector financiero de la emisión protagonizada por el organismo público constituido para apuntalar las entidades de crédito en apuros.

Apelación al mercado

El FROB apeló a los mercados con una emisión de bonos a cinco años. Oficialmente aspiraba a recabar 2.000 millones de euros, pero fuentes sectoriales señalan que su ambición de partida era lograr 3.000 millones. Al final reunió 1.750 millones.

En la nota de prensa, el organismo dependiente del Banco de España y del Ministerio de Economía se felicitaba por el "respaldo continuo de los mercados al FROB" y afirmaba que la transacción "confirma que sigue gozando del acceso a la comunidad inversora internacional". Los títulos acabaron ofertando una rentabilidad del 5,5%. Es decir, 80 puntos básicos sobre el bono español a cinco años.

Los directivos de banca consultados no ven raro que las emisiones del FROB resulten algo más caras que las del propio Estado porque, aunque cuenta con plena garantía pública, siempre conlleva un poco más de riesgo que un bono soberano estándar.

Pero también recuerdan que hay que comparar el coste de esta emisión no solo con operaciones pasadas, sino con futuras. Y se da la circunstancia de que el Tesoro volverá a medir el atractivo de España entre los inversores internacionales hoy mismo, cuando busque colocar 3.000 millones.

En la emisión del FROB fueron atendidas las peticiones de 110 inversores. Pero lo más llamativo es dónde han ido a parar los bonos. Ni más ni menos que 1.103 millones de euros, un 63% del total, se han quedado en manos españolas. Es decir, los inversores foráneos solo han aceptado quedarse con el 37% (647 millones).

"Claramente es un signo de que España pierde credibilidad. Es tan simple como eso", sentencia un ejecutivo financiero. Otro directivo concuerda con su diagnóstico. "El resultado de la operación muestra la enorme dificultad de España para conseguir financiación. Si esta es una entidad con garantía explícita del Estado, ¿cómo será emitir deuda para una compañía privada?", asevera.

A los 1.750 millones recién emitidos, el FROB suma 4.800 millones de los que ya disponía y la línea de crédito de 3.000 millones abierta con entidades nacionales. Por tanto, tiene dinero para acometer las primeras recapitalizaciones que se le presenten.

El FROB fue constituido en 2009 para engrasar las fusiones de cajas ante la llegada de la crisis. En un principio, sus ayudas se plasmaron en la compra de preferentes. Demandaba una remuneración del 7,75%. Pero ante la necesidad de reforzar el balance de varias firmas, fue autorizado este año a convertirse en accionista de grupos incapaces de lograr capital privado.

En el sector se da por descontado que CAM recibirá los 2.800 millones que requiere este mismo mes.

Para después del verano quedan las inyecciones a Novacaixagalicia (que podría necesitar hasta 2.622 millones), Catalunya Caixa (1.718 millones), Unnim (568 millones) y, tal vez, BMN (637 millones). Y será cuando se acerque septiembre cuando el FROB deba volver a apelar al mercado.

Coste de apuntalar a las cajas

Para que el organismo sea capaz de cumplir su función será clave el coste final de la reestructuración financiera. El Banco de España la cifra en unos 18.000 millones, pero Moody's eleva el importe hasta los 50.000 millones.

Como toda ayuda pública, el FROB tiene como mandato que todo préstamo que conceda o inversión que realice resulte rentable para el erario público. Por eso, que ahora deba pagar un cupón del 5,5% implica que deberá drenar más recursos de las entidades que auxilie.

Los expertos concuerdan que, si bien es motivo de preocupación el alto coste de su última emisión, la situación dista de ser desesperada. Algunos lo aducen a problemas coyunturales del mercado y recuerdan que el país se ha puesto manos a la obra para evitar el destino de Grecia, Irlanda o Portugal. Pero otros son más estrictos y apuntan la necesidad acelerar las reformas en y evitar adormecerse por la proximidad de elecciones generales.

¿Y qué reformas hacen falta? Agilizar el mercado laboral para crear empleo, incrementar los ingresos del Estado con una subida impositiva y reducir el gasto público imponiendo mayores controles sobre la administración regional, reduciendo el número de funcionarios y acotando el coste de la reestructuración financiera.

De momento, las ayudas públicas concedidas en España a la banca han sido significativamente menores a las repartidas en Reino Unido, Holanda o Alemania cuando se desató la crisis financiera. Que siga siendo así depende del resultado de los test de estrés que se conocerán en unos días así como de la implicación de los inversores privados en la recapitalización de las cajas, sobre todo de aquellas a punto de salir a Bolsa como Bankia y Banca Cívica.

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