_
_
_
_
_
Claves

Quién gana y quién pierde con la subida de tipos

La subida de tipos decretada hoy por el BCE tiene premio para unos colectivos y castigo para otros, especialmente los particulares y empresas con deudas.

Todo movimiento en los tipos de interés, suponga encarecimiento o abaratamiento del precio del dinero, tiene efectos contradictorios. Una subida como la aprobada ahora por el Banco Central Europeo beneficia a los ahorradores, y perjudica a todos cuanto tienen deudas, desde el Tesoro público hasta los hipotecados, pasando por las empresas con proyectos que financian con recursos ajenos. Además, perjudica también a los inversores de renta variable, porque el renovado atractivo de los depósitos detrae recursos de las Bolsas y les resta potencial de crecimiento. En cuanto a la banca, gana en la recomposición del margen, pero pierde en la captación de financiación.

Ganan los bancos que prestan. Una subida de los tipos directores del BCE como la practicada hoy desplaza automáticamente toda la curva de tipos de interés, sobre todo en los plazos cortos. Esa subida de los tipos recompone el margen de intermediación (margen de intereses) de los bancos, que reaccionan siempre con celeridad radical en la actualización de los tipos de activo, y de forma mucho más lenta en la de los tipos de pasivo, de ahorro. La referencia que primero se desplazará al alza será el propio euribor a un año, que marcha la línea a partir de la cual están referenciadas prácticamente todas las hipotecas a tipo variable en España, y las revisiones venideras de los pagos suponen una inyección paulatina para la banca.

Ahora los bancos y cajas captan los depósitos a un tipo medio del 1,71%, mientras que prestan a un coste medio del 4,07%.

Ganan los ahorradores. En España hay unos 859.000 millones de euros en depósitos, de forma mayoritaria en simples cuentas corrientes, aunque de manera creciente en los últimos años se ha alojado mucho dinero en productos a plazo con remuneraciones muy altas. Aunque con gran lentitud, los bancos y cajas terminan desplazando la referencia de remuneración del pasivo en paralelo, aunque con menos intensidad, a las subidas del tipo director del Banco Central Europeo.

Pierden los hipotecados. Los endeudados en general son las grandes víctimas de las subidas de tipos de interés, sobre todo las familias con hipoteca, puesto que de forma muy mayoritaria tienen indizado el coste de financiación al euríbor. Este indicador es el mejor termómetro del comportamiento de los tipos de interés, y reacciona por anticipado a los movimientos que de forma bastante explícita anuncia el propio presidente del BCE cada mes. Así, nada más advertir hace un mes una nueva subida, el euríbor repuntó y se colocó ya por encima del 2%, lo que supone que descuenta incluso subidas adicionales en el medio plazo. Más del 80% de las hipotecas en España están firmadas a tipo variable, y de forma casi unánime indizadas al euribor; en total, la carga financiera de las hipotecados puede elevarse en unos 16 euros al mes. Los préstamos tomados por los hogares suponen ahora 902.000 millones de euros, según los datos del Banco de España, y de ellos, 868.300 lo son a largo plazo, generalmente contratados para la financiación de sus viviendas.

Pierde el Tesoro. El Tesoro público, el agente en el que más rápidamente está creciendo el endeudamiento en los últimos años (a razón de un punto sobre PIB cada mes en los dos últimos años), tendrá que pagar más por sus emisiones con la subida de la curva de tipos. Bien es cierto que con la crisis de la deuda soberana existe un notable desacoplamiento entre las decisiones del BCE y el comportamiento de los tipos en el mercado primero y secundario de la deuda. Pero el Tesoro nacional y las cajas de recursos de las comunidades autónomas y ayuntamientos tienen una carga financiera de unos 650.000 millones de euros que deben refinanciar en los plazos convenidos, ya con tipos normalmente superiores, salvo que las reformas del Gobierno devuelvan la confianza a los mercados sobre España y la prima de riesgo se relaje.

Pierden los inversores. El renovado atractivo de los depósitos desplaza recursos desde la renta variable al ahorro, y resta potencial a la bolsa y con ello a las plusvalías esperadas por los inversores.

Y pierden los bancos que captan recursos en el interbancario. Aunque de manera mayoritaria la banca capta los recursos para hacer su negocio entre el ahorro de la gente, en una proporción nada desdeñable tienen que acudir al mercado interbancario para cubrir sus necesidades. Ahora, y dada la escasa liquidez existente en el mercado, los tipos de captación son más altos, y la banca española tiene un volumen de vencimientos nada despreciable por los que tendrán que abonar un sobrecoste, elevado de nuevo hoy por el BCE con su tipo director y su tipo de capacidad marginal de préstamo y de depósito.

Archivado En

_
_