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Por el miedo al contagio y la aversión al riesgo

Fitch advierte de la presión sobre la banca mediana española

La agencia de rating resta importancia a la tenencia de deuda soberana y a la exposición de los bancos, pero pone el énfasis en riesgos de segundo orden. Los pequeños y medianos bancos españoles, muy dependientes del BCE, son los más amenazados tras Irlanda y Portugal.

La agencia de calificación crediticia Fitch ha salido hoy al paso de los temores por los posibles efectos secundarios de la deuda soberana griega con una nota de optimismo. "La exposición de los principales bancos comerciales europeos al riesgo soberano griego no es en sí misma lo suficientemente grande como para justificar algunas de las preocupaciones del mercado sobre las implicaciones de solvencia bancaria en caso de la restructuración griega o el refinanciamiento", ha señalado hoy en un comunicado.

Para Fitch, la principal preocupación acerca de Grecia, Irlanda y Portugal -a los que denomina bajo las siglas GIP- es en realidad el riesgo de una espiral de contagio desordenado, "evidenciada por un fuerte aumento de la aversión al riesgo de los acreedores a los bancos europeos". La agencia considera que, siempre que los riesgos de contagio se puedan contener relativamente rápido, la mayoría de los principales bancos de Europa serían capaces de absorber los riesgos inmediatos de crédito, mercado y liquidez, "con pocas o ninguna decisión de calificación negativa a IDR y calificaciones individuales".

La decisión de calificación negativa se limitaría, añaden, a bancos más débiles en otros países donde una restructuración griega podría dar lugar a una calificación soberana negativa, "posiblemente a Chipre o a bancos españoles más pequeños, donde la exposición griega o los riesgos de refinanciamiento son altos". Sin embargo, muchos bancos europeos correrían el riesgo de recibir calificaciones negativas "si los riesgos de contagio se amplifican y dan lugar a un periodo prolongado de severa aversión a los bancos y/o a los riesgos soberanos". Los más afectados serían en este caso los bancos de mayor financiación con exposición directa al riesgo de la periferia de la eurozona y los bancos aún en rehabilitación.

Implicación de la mediana banca española

Los temores de contagio y una extrema aversión al riesgo en el mercado representan los riesgos principales para los bancos europeos ante la quiebra griega, insiste Fitch. "Para la mayoría de los grandes bancos europeos, el impacto directo sobre la solvencia de una restructuración o financiamiento de la deuda griega sería limitado". No obstante, añaden, "tiene potencial para crear una presión incremental inmediata sobre los riesgos soberanos y bancarios de Irlanda y Portugal, agravando la ya alta aversión a los riesgos de los inversores hacia estas entidades".

Un efecto de contagio podría entonces causar que la liquidez se contrajera fuertemente en los mercados críticos monetarios y de capital. Fitch señala que, después de Irlanda y Portugal, son España e Italia los que acaparan la mayor parte de la presión. "La preocupación se centraría en los pequeños y medianos bancos españoles que han sido debilitados por la crisis inmobiliaria y están luchando por desligarse del riesgo, reducir el apalancamiento y refinanciarse", especifican. Y mencionan el incremento por parte de estas entidades en la utilización de fondos del BCE -gran parte de los hasta 57.000 millones del sector bancario español a finales de mayo, desde los 24.000 de marzo.

Exposición del Santander y el Popular en Portugal

Además del británico Barclays -con un libro de préstamos portugués de unos 7.000 millones-, Fitch cita a varios bancos españoles como los más expuestos al riesgo de préstamos portugués. En primer lugar está el Santander, a través de su filial Totta, con una cartera de préstamos de 30.000 millones (el 4% del grupo). Su ratio de 90 días sin cartera vencida sigue moderado en un 2,4%, pero Fitch advierte de la probabilidad de deteriorarse como consecuencia de la débil perspectiva económica para la economía portuguesa.

En segundo lugar, el Banco Popular tiene cerca de 8.000 millones de exposición bancaria comercial en su filial portuguesa. Además, proporciona financiación transfronteriza en cerca de un 50%, lo que le une más estrechamente a los riesgos portugueses. Fitch estima la exposición del Popular a Portugal en un 10%, muy por encima del 2% del BBVA.

Exposición de la banca europea a los 'GIP', según Fitch

Grecia: Fitch ha identificado aproximadamente 37.000 millones de euros de la deuda soberana griega en manos de 34 grandes bancos comerciales europeos no domiciliados en Grecia. En total, estas tenencias son equivalentes a una fracción pequeña -aproximadamente el 4%- del Tier 1 capital agregado de estos bancos. Un impago de la deuda soberana griega tendría consecuencias directas menores para la solvencia de la mayoría de bancos europeos. Por el contrario, los bancos griegos más importantes tienen 45.000 millones de euros de deuda soberana griega. Esto equivale al 160% de su capital total, por lo que sus perfiles de riesgo están estrechamente ligados al riesgo soberano griego. La exposición transfronteriza de los bancos europeos a los bancos griegos es muy baja, lo que significa que las pérdidas de crédito resultantes serian insignificantes desde esta fuente en el caso de que una quiebra soberano griega desencadenara un impago de los bancos griegos.Irlanda: A excepción de los bancos irlandeses, la exposición directa de los principales bancos europeos al riesgo soberano de Irlanda es baja, con cerca de 6.000 millones de euros en manos de 32 bancos. Las exposiciones de bancos corporativos y minoristas representan una fuente de riesgo potencial moderado para unos pocos bancos (por ejemplo, Lloyds Banking Group, The Royal Bank of Scotland (RBS), KBC Grupo y Danske Bank), pero la exposición transfronteriza a los bancos irlandeses es muy pequeña.Portugal: Los bancos portugueses son los más expuestos a la deuda soberana portuguesa -los cinco principales tenían alrededor de 17.000 millones de euros de exposición a finales de 2010. Por otro lado, cerca de 20.000 millones de exposición a la deuda soberana de Portugal están en manos de 31 grandes bancos europeos con Tier 1 capital agregado de 900.000 millones. Algunos bancos españoles y Barclays Bank tienen operaciones bancarias en Portugal, con el Banco Santander como el más expuesto mediante Santander Totta SGPS.

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