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De enero a marzo han salido de las cajas ya 3.300 empleados y se han cerrado 863 oficinas

Ordóñez presiona a las cajas para que culminen el ajuste de personal y red este año

No hay tregua y sí mucha prisa. Si hace un año estaba previsto que las cajas en procesos de fusión contarían con tres e incluso cinco años para realizar sus ajustes de personal, cierre de oficinas e integración tecnológica y comercial, ahora el mensaje es otro. Todo debe concluir en los próximos meses.

Miguel Ángel Fernández Ordónez
Miguel Ángel Fernández OrdónezPablo Moreno

El Gobierno y el Banco de España están metiendo prisa a las cajas de ahorros para que la reestructuración del sector haya finalizado por completo este mismo año. Todo un récord si se tiene en cuenta que el ajuste e integración de los procesos de fusión realizados por los bancos hace una década se prolongaron casi cuatro años.

Los mensajes de los propios bancos, de las empresas y el mercado reclamando rapidez en la transformación del sistema financiero han calado de tal forma en el Banco de España y en la economía española en general que al final se ha convertido en una exigencia no escrita.

"No se quejan los mercados de que la reestructuración de las cajas se está llevando a cabo muy lentamente. Se reclamaba agilidad y rapidez, pues ahí está". Así justificaba hace unos días una fuente del sector las nuevas exigencias del Banco de España.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, también ha hecho hoy referencia a esta urgencia. Zapatero ha señalado en el Congreso de los Diputados que espera que la reestructuración de las cajas de ahorros esté terminada en los dos próximos meses, después de que el líder del PP, Mariano Rajoy, le haya reprochado la "lentitud exasperante" del proceso y el impacto en la restricción de los préstamos a familias y pymes que tendrán las exigencias de solvencia a las entidades.

El Banco de España cuenta, además de con el Gobierno, con un aliado para reclamar a las cajas rapidez, la CECA. Los responsables de la confederación también se están encargando en los dos últimos meses de lanzar este mensaje. "La restructuración con su ajuste de personal, oficinas e implantación informática y comercial deben haber finalizado este año", es el rezo que van transmitiendo, según explican varias fuentes del sector.

El objetivo es devolver la confianza a los mercados a más tardar después de la vuelta de vacaciones.

Este mensaje va unido, además, a otro complementario. Hay que agilizar la reestructuración y ampliar el ajuste. De ahí que gran parte de las cajas que ahora se encuentran a través de sus SIP en procesos de reducción de plantilla y oficinas hayan aumentado el número de salidas a través de EREs.

Destrucción masiva

No en vano, de enero a marzo la destrucción de puestos de trabajo en las cajas se ha acelerado batiendo récord. En estos tres meses han salido del sector 3.300 empleados, cifra considerada muy alta si se tiene en cuenta que hasta 2008 las cajas siempre habían creado empleo. Además, desde principios de 2009 hasta hoy el recorte ha sido de 9.631 empleados, de los que casi una tercera parte se ha producido en el primer trimestre de este año. En cuanto al cierre de oficinas, desde enero de 2009 hasta marzo de este año se han clausurado 2.593 sucursales, un 10,6% del total. De ellas, 863 se han cerrado en el primer trimestre. También todo un récod, según datos de CECA.

Casi todas también se han remangado para terminar en los próximos meses su integración tecnológica, algo que en muchas ocasiones no es tan sencillo, más si no se quiere interrumpir la actividad diaria de la entidad con el consiguiente perjuicio no solo para la caja sino para el clientes.

Bankia, Banca Cívica, Novacaixagalicia, Catalunya Caixa, el grupo encabezado por Cajastur, o Mare Nostrum son algunos ejemplos del giro que ha dado en el último mes los avances de sus respectivas integraciones en todos los aspectos. Incluso en varias de estas entidades han ampliado las salidas de empleados.

El caso de Caja España y Duero y Unicaja, en proceso de fusión, también ha sido necesaria la mediación del Banco de España para que se agilizase el calendario para ir aprobando las distintas fases de esta operación. El presidente de la caja malagueña, Aurelio Medel, de hecho, tenía previsto inicialmente que la asamblea de Unicaja aprobara la operación se celebrara más allá de septiembre, pero al final será durante los primeros días de ese mes cuando ambas cajas ratifique su unión, si por el medio no se producen nuevos tropiezos, lo que varias fuentes observadoras directas de la operación no descartan.

En este caso, el ajuste de plantilla en Caja España y Duero, donde ya el pasado año salieron unos 800 empleados, seguirá con la unión con Unicaja. Se especulaba con un nuevo recorte de 250 trabajadores en el caso de la entidad castellanoleonesa y de unos 750 en la malagueña, pero ahora varias fuentes aseguran que el ajuste en Caja España Duero será mayor.

La salida de Bankia y Banca Cívica a Bolsa prácticamente en las mismas fechas, en las primeras semanas de julio es parte también de este proceso para finalizar la reestructuración del sector en los próximos meses.

El Gobierno, Banco de España y sistema financiero, además, esperan que septiembre marcara un nuevo hito para la banca. Será cuando las cajas que no puedan subsistir por sí solas saldrán a la venta. Y la lista de compradores es amplia, pese a lo que digan, y sobre todo, si al final, como se espera el Gobierno aprobará un sistema de protección de activos para los inversores que adquieran estas entidades.

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