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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El ladrillo pesa en los balances de la banca

Después de tres años de crisis, la radiografía del crédito destinado al ladrillo en España se mantiene en similares términos que cuando se desataron las primeras turbulencias financieras internacionales. Los últimos datos al respecto, facilitados por el Banco de España y correspondientes a diciembre de 2010, revelan que el sector financiero acumulaba a final de año en sus balances una deuda de 430.000 millones de euros -prácticamente la misma cifra que en junio del año 2007- con promotoras y constructoras.

Pese a la dura contracción experimentada por el sector -las principales inmobiliarias españolas afirman que la venta de viviendas caerá más del 8% este año-, el peso de esa deuda en los balances prácticamente no ha disminuido en estos tres últimos años. Bancos y cajas han tenido una capacidad de reacción desigual respecto a la financiación del sector. Mientras los primeros alcanzaron su tope en la concesión de estos créditos un año después del inicio de la crisis, las segundas continuaron otro año más aumentando su cartera. Sin embargo, el ajuste ha tenido un ritmo extremadamente lento en ambos grupos de entidades financieras.

La explicación a esa aparente paradoja -mantener vivo el saldo del crédito destinado a un sector que continúa en retroceso- está en las refinanciaciones de deuda. En un intento por evitar que los préstamos entren en mora, las entidades financieras han optado en estos últimos años por alargar los plazos de pago al sector, a la espera de una recuperación económica que impulsase de nuevo la compra de viviendas. Una estrategia cuya aplicación no ha dado el resultado deseado en la práctica, puesto que la esperada recuperación no ha llegado, y a la vista de las perspectivas que mantienen las empresas del sector, no tiene visos de hacerlo a corto plazo.

Con el sistema financiero inmerso en un imprescindible proceso de reforma y saneamiento, que resulta vital para la recuperación de la confianza de los mercados, el peso del crédito del ladrillo en los balances bancarios supone un lastre muy difícil de arrastrar. En la coyuntura que atraviesa en estos momentos la economía española, refinanciar los créditos al sector inmobiliario no deja de ser más que una forma de retrasar un problema y, a medida que pasa el tiempo sin que el mercado se recupere, también de agravarlo de manera harto peligrosa. No en vano, mientras el sector financiero español no culmine su actual proceso de saneamiento, el grifo del crédito continuará cerrado a familias y a empresas y la economía española seguirá sumida en el estancamiento, puesto que sin financiación no puede haber el menor atisbo de crecimiento. Un círculo vicioso que resulta urgente romper cuanto antes.

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