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Los tipos a corto también se disparan

El bono luso a diez años rebasa el 8%

El bono luso a diez años ya rebasa el 8%, un nivel que hasta ahora en la Eurozona solo ha sido superado por Grecia e Irlanda, ambos rescatados.

Portugal continúa replicando el camino seguido anteriormente por Grecia e Irlanda. Al bono luso a 10 años ya se le exige una rentabilidad del 8%, un porcentaje que, al contrario de lo habitual, se incrementa en los títulos con vencimiento a menor plazo. Los inversores que compran deuda a cinco años ya pagan un 9%, casi un punto porcentual más que por los títulos a una década. Esta situación deja en evidencia que los operadores dan por descontado la inminencia del rescate, exigiendo más garantías para invertir a corto.

"Además del rescate, el mercado también empieza a dar por hecho que los bonos sufrirán una quita", comenta Daniel Pingarrón de IG Markets. Es decir, se empieza a contar como seguro que los propietarios de los títulos de deuda tendrán que compartir parte de las pérdidas por impago con las arcas públicas. Una posibilidad en la que insisten los operadores a pesar de las repetidas negativas del Banco Central Europeo (BCE). En los títulos a dos años ya se prevé un descuento del 5% del principal, porcentaje que sube hasta el 9% en los bonos a un lustro y que se dispara hasta el 27% para el papel a diez años.

¿Cuándo se anunciará el rescate?

Ante esta situación, los analistas consultados tienen claro que el rescate es inminente e ineludible. La pregunta que surge ahora es, ¿cuándo se anunciará? Si se toma como modelo el caso griego, la solución podría llegar de forma inminente.

El primer ministro heleno, Yorgos Papandreu, decidió solicitar la activación del mecanismo de rescate el 23 de abril de 2010, justo dos días después de que su prima de riesgo alcanzase el 8,093%. Eso sí, el Eurogrupo no aprobó de forma definitiva conceder la ayuda de 100.000 millones de euros (de los cuales 30.000 fueron aportados por el FMI) hasta el 3 de mayo. Entonces la rentabilidad ya sobrepasaba el 9%. Días después se consiguió reducir hasta el 7,2%, un espejismo fugaz, desde entonces la escalada ha sido imparable. Hoy los inversores exigen a Grecia un 12,643% por comprar deuda con vencimiento a una década, una situación que no parece que vaya a mejorar en el medio plazo.

El caso de Irlanda tampoco insufla mucho optimismo. Desde que el gobierno de Dublín anunciase que requería de un auxilio financiero, el interés a pagar tampoco ha parado. El 10 de noviembre la deuda del país británico ya cotizaba al 8,6%. 13 días después Brian Cowen, primer ministro del país, anunciaba un duro plan de ajuste a cambio de recibir 80.000 millones de euros para reestructurar su sistema financiero. Cuatro meses más tarde, el tigre celta paga casi tres puntos porcentuales más.

A pesar de estos antecedentes, el caso luso es algo diferente. La crisis política se ha anticipado y el actual gobierno en funciones ha asegurado que no va solicitar la ayuda de la UE en su actual situación de interinidad. Por ello los mercados quedan pendientes de cuando tendrán lugar las elecciones en el país vecino para esperar las solicitudes de auxilio del nuevo Ejecutivo.

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