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Australia y Londres las últimas víctimas

Los virus atacan a las bolsas

Todo el mundo ha vivido lo que es sufrir un virus informático, lo que sorprende más es que lo sufra un índice bursátil. Una situación que el viernes tuvo lugar en la bolsa de Londres y hoy mismo ha soportado la de Australia. Situaciones anecdóticas que no es la primera vez que ocurren.

Los virus informáticos atacan a las bolsas de Londres y Sidney
Los virus informáticos atacan a las bolsas de Londres y SidneyThinkstock

Cuando uno piensa en las bolsas, no cree que puedan sufrir los mismos problemas que el resto de los mortales. Una creencia que, a veces, los hechos rebaten. Un ejemplo de ello son los virus informáticos, Londres y Sidney pueden atestiguarlo.

El mercado australiano decidió cambiar de sistema informático el pasado noviembre. Hoy le ha ocurrido lo que a cualquier usuario, el programa le da problemas que no sabe a que se deben. "Algunas confirmaciones de operaciones realizadas empezaron a presentar problemas y tuvimos que suspender las cotizaciones durante media sesión", ha declarado Matthew Gibbs, máximo responsable del parqué de Sidney. Esta situación se vivió también hace un par de años en Londres.

En julio de 2009 la entonces nueva dirección del London Stock Exchange, la institución de cambio y bolsa más importante del mundo, comunicó el abandono de Windows. La plataforma creada por Microsoft había sufrido una caída de siete horas en septiembre de 2008, en un día de aumento de movimientos por la nacionalización de dos hipotecarias estadounidenses.Linux pasó a funcionar en Londres. Un cambio que no ha conseguido atajar los problemas. El viernes pasado la sesión fue suspendida por un "fallo técnico" del que no se han dado más detalles. Cinco horas de apagón y apenas explicaciones.

Pero si hay un caso sorprendente, como no, está en Italia. El pasado martes la bolsa de Milán permaneció cerrada toda la mañana a causa de una "avería técnica" no aclarada. El mercado paró durante casi seis horas ante la incredulidad de los operadores y del propio regulador que exigía una explicación. La verdadera causa llegó un poco después. La avería era el temor a un nuevo derrumbe de las acciones de las empresas italianas con intereses en Libia. Al igual que con los virus, las bolsas también pueden tener miedo.

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