Coches a cambio de flexibilidad
La flexibilidad demostrada en los últimos meses por las plantas de automóviles en España es la evidencia de que la adaptación es la mejor forma de éxito. La fábrica de Mercedes en Vitoria podría hacerse con un nuevo modelo de furgoneta y Nissan anunciará hoy si Barcelona recibirá el encargo de una pick-up. Se suman así a Seat y Renault, que también se han adjudicado la producción de nuevos modelos recientemente. Los acuerdos con los trabajadores, cediendo en muchos casos condiciones salariales, ha sido determinante para hacerse con los proyectos que compiten internamente con otras plantas del mismo grupo en países con salarios más bajos.
La fortaleza del euro exige que las factorías europeas compensen la pérdida de competitividad por el tipo de cambio, reduciendo costes salariales y aumentando la productividad de las plantas. Es una ecuación de la que no se puede escapar, algo que comprenden bien las plantillas en España. Lo contrario habría supuesto el riesgo de quedar al margen de la producción para el próximo repunte del consumo mundial de automóviles -ya que el mercado español sigue débil-, una mejora que ha permitido un incremento del 10% de la producción de las plantas españolas en 2010. Ahora está en juego la carga de trabajo para los próximos años.