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Pide aprobar las medidas del Gobierno

Ordóñez confía en una reacción de Irlanda y de la UE para disipar las inquietudes

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, afirmó hoy que cabe esperar que una adecuada reacción por parte de Irlanda, así como las clarificaciones efectuadas por los ministros europeos en el marco del G-20 sobre el alcance de los mecanismos de resolución de crisis en la UE, "ayuden a calmar los mercados y disipar inquietudes infundadas".

El gobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez
El gobernador del Banco de España, Miguel Fernández OrdóñezEfe

En el X Encuentro Financiero Internacional de Caja Madrid, organizado por la entidad y el diario El Pais, el gobernador se refería de esta manera a las nuevas incertidumbres surgidas en las últimas semanas sobre la situación fiscal y bancaria en Irlanda, así como a las dudas sobre el diseño del mecanismo permanente de resolución de crisis. "Creo que Irlanda debe tomar la decisión adecuada. No soy yo quien debe tomar la decisión. Es Irlanda la que debe tomar la decisión adecuada. Espero que la tome", recalcó.

El gobernador hizo hincapié en que la situación de los mercados ante las incertidumbres surgidas sobre el escenario fiscal y bancario en Irlanda "ha sido muy negativa" debido "a la falta de decisión final" de este país, aunque también a causa de "las dudas respecto al mecanismo permanente de ayuda", al mecanismo de rescate.

Afirmó que los ministros de Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y España han hecho clarificaciones en el marco de las reuniones del G-20 en Seúl, y consideró importante subrayar que los cambios que se podrían incluir en dichos mecanismos de resolución de crisis no tendrán efecto antes de 2013, y por lo tanto no afectarán ni a la deuda viva actual ni a los programas que se aborden con los instrumentos vigentes.

Pide aprobar las medidas del Gobierno

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, dijo hoy que el Parlamento debería apoyar la "reciente" política del Gobierno, basada en la austeridad presupuestaria y las reformas estructurales, para salir de la crisis.

Por eso, a pesar de que reconoció que la coyuntura actual "puede hacer más atractivo proponer aumentar los gastos, reducir ingresos o retrasar las reformas", instó a reguladores y supervisores a aplicar con diligencia lo que el Gobierno y el Parlamento han aprobado.

También se mostró convencido de que las entidades españolas tienen suficiente fortaleza para absorber las pérdidas hipotéticas derivadas de su elevada exposición al sector inmobiliario, como demostraron las pruebas de solvencia publicadas el pasado verano.

En el lado más positivo, destacó que "no cabe esperar" que las nuevas exigencias de mayores capitales que supondrá Basilea III "tengan un impacto insoportable", aunque sí advirtió de que hay que mejorar la transparencia del conjunto del sistema.

Para Ordóñez estos y otros cambios regulatorios, tratados en la reciente cumbre del G-20, demandarán un importante esfuerzo al sector bancario español, aunque hay factores que deberían contribuir a que su impacto sobre la banca española sea limitado, entre los que citó el modelo de negocio, orientado a la banca minorista y menos arriesgado que la banca de inversión.

Asimismo, en el contexto de la discusión que se produjo en el G-20 sobre las entidades internacionales de gran tamaño -como el Santander y el BBVA- aseguró que la estructura de éstos es un activo positivo, ya que sus actividades en el exterior se desarrollan sobre todo mediante filiales, que cuentan con autonomía financiera.

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