La rentabilidad del bono español se elevó cuatro centésimas hasta el 4,222% y la del bono germano bajó cuatro centésimas hasta el 2,472%.
De este modo, el precio de estos bonos, que suele evolucionar en sentido contrario a su rendimiento, se situaba en el 105,02% en el caso del bono español, en tanto que el alemán cerraba en el 98,07%.
Los seguros de impago de deuda (credit default swap o CDS) relativos a España, o la prima de riesgo de invertir en el país, se elevaban hasta los 232.000 dólares anuales para cubrir la posibilidad de impago de 10 millones de dólares en bonos españoles a 10 años.
En cuanto al resto de países periféricos de la zona del euro, el diferencial entre el "bund" alemán y el griego se elevaba hasta 809 puntos básicos, al igual que el diferencial irlandés, que aumentaba hasta 450 puntos básicos.
El diferencial entre el bono alemán y el portugués se situaba en los 353 puntos básicos.