_
_
_
_
_
El futuro modelo aeroportuario

Un nuevo órdago entre AENA y el sindicato USCA pone en jaque el tráfico aéreo

Las pésimas relaciones que mantienen AENA y su plantilla de controladores aéreos volvieron ayer de nuevo a poner en riesgo la estabilidad de todo el tráfico aéreo nacional. Ayer, los directamente afectados fueron los más de 300 vuelos con llegada y salida de los aeropuertos canarios, que acumularon retrasos medios superiores a las tres horas. Al final ambas partes pactaron rebajar la tensión, llegaron a un acuerdo y se juramentaron colaborar en la resolución del conflicto.

Un problema aparentemente menor relacionado con la necesaria formación que los controladores aéreos del Centro de Control Aéreo de Las Palmas están obligados a recibir, respecto a unas modificaciones desarrolladas por AENA en los procedimientos de salidas y llegadas de aeronaves del espacio aéreo canario, fue el detonante para que ambas partes sacaran a relucir toda su artillería dialéctica y pusieran en jaque la operativa de los aeropuertos canarios y el sobrevuelo de los aviones transoceánicos que atravesaban esa zona.

La chispa saltó en la tarde noche del miércoles. AENA decidió que esos nuevos procedimientos entrarían en vigor ayer mismo, cuando inicialmente estaba previsto que lo hicieran a mediados del mes que viene. Los controladores se plantaron con el argumento de que no toda la plantilla que entraba ayer a trabajar había recibido la formación necesaria e imprescindible para trabajar en las condiciones de seguridad requeridas.

Las negociaciones entre ambas partes se dilataron durante toda la noche. La inflexibilidad de unos y otros provocó que, a primera hora de la mañana de ayer, la negociación mutara en órdagos. Los controladores se negaron a trabajar sin formación y AENA amenazó con medidas disciplinarias a todos aquellos que no trabajaran.

AENA acusó a los controladores de chantaje y el USCA dijo que estaba sufriendo una provocación intolerable

Ante la gravedad de la situación, el sindicato de los controladores convocó asambleas permanentes en todos los centros de control aéreos españoles. Y lanzó su órdago: si se producía un solo despido o medida disciplinaria en el centro de Las Palmas, inmediatamente propondría a sus afiliados parar el tráfico en toda España.

La situación estuvo lejos de calmarse a lo largo de la mañana de ayer. Los cruces de acusaciones y amenazas se sucedían pendientes de las cuatro de la tarde, hora en la que se produce el relevo de los controladores en el centro de Las Palmas, ya que de proseguir la negativa a trabajar todo el tráfico aéreo insular se vería paralizado.

En una nota pública colgada en su página web, AENA acusó a los controladores de, "con el único objetivo de mantener sus privilegios, ejercer un chantaje intolerable a la sociedad canaria". Defendió que los controladores que no habían recibido formación no estaban adscritos ayer a las zonas en las que los procedimientos aéreos habían cambiado, por lo que entendía que podían trabajar sin mayores problemas y que la negativa obedecía a otras razones. "Su objetivo hoy es Canarias -proseguía la nota- en un momento en el que la interrupción del tráfico aéreo puede causar especiales perjuicios para el sector turístico, esencial para el archipiélago canario".

Formación imprescindible

El sindicato de los controladores, USCA, negó en todo momento la mayor y mantuvo que para trabajar con garantías de seguridad en el centro de control de Las Palmas, todos los controladores estaban obligados a contar con la formación necesaria. Llegó a calificar de "absoluta barbaridad, contraria a cualquier sistema de seguridad aéreo" lo que pretendía llevar a cabo AENA en el espacio aéreo canario. Y mantuvo en los centros de control de toda España a todos los controladores que salían de turno con el objetivo de "hacer entender a la dirección de AENA que éste no es el camino". Incluso llegó a proponer una solución de urgencia que pasaba porque un grupo de controladores ya formados entrara de inmediato a trabajar, sin que esas horas de trabajo adicionales se contabilizaran como horas extra.

Al final, la cordura se impuso. AENA dio marcha atrás y los controladores rebajaron la tensión. Y lo que en un principio parecía que se iba a transformar en un conflicto épico, a la luz de las duras declaraciones de ambos bandos, mutó en un pacto a primeras horas de la tarde.

Las partes alumbraron y firmaron un acuerdo que pretendía "devolver la normalidad al tráfico aéreo en Canarias", con un contenido sin tensión.

AENA se comprometió a "agilizar la implantación de la formación de aquellos controladores que aún no la han completado, tras la entrada ayer en vigor de nuevas maniobras de aproximación de las aeronaves al aeropuerto de Gran Canaria".

Y el sindicato de los controladores aéreos se comprometió a promover la participación activa de la plantilla para intentar cubrir cuantos servicios sean necesarios en el Centro de Control de Canarias".

El segundo encontronazo en menos de una semana

Desde que AENA y los controladores firmaran el acuerdo de mínimos del pasado verano, que pretendía reducir la tensión y reconducir las diferencias de ambas partes por la vía de la negociación, ha sucedido todo lo contrario. Quizás porque la paciencia de unos y otros ya ha enseñado sus límites, la situación no ha hecho sino empeorar.El pasado viernes, en el Centro de Control de Madrid, volvieron a saltar las chispas cuando AENA envió sin previo aviso un equipo de auditores a la sala de control para fiscalizar el trabajo de los controladores. æpermil;stos reaccionaron con contundencia y exigieron que salieran de inmediato de las instalaciones, amenazando con tomar medidas si no lo hacían. Al final, AENA cedió.

Los paganos: las aerolíneas y sus clientes

El conflicto canario provocó ayer que Iberia se viera obligada a desviar todos sus tráficos oceánicos con destino a Sudamérica a través de África, para evitar en la medida de lo posible las fuertes regulaciones de tráfico que el enfrentamiento de AENA con sus controladores estaba provocando. La aerolínea dirigida por Antonio Vázquez reconoció que el conflicto le iba a ocasionar un significativo incremento de costes debido a la escalada en horas de navegación, y por consiguiente mayor consumo de combustible, necesarias para sortear el espacio aéreo del archipiélago. Iberia reconoció que las demoras en sus vuelos a los aeropuertos canarios superaron las tres horas y se lamentó de que los paganos de estas situaciones siempre son los mismos.

El cambio de una radio ayuda, origen de la crisis

La decisión de AENA de llevar a cabo ayer la sustitución de una radio ayuda para la navegación en la isla de Gran Canaria es la que obliga a modificar los procedimientos aéreos. Los trabajos necesarios para el diseño de las maniobras alternativas durante el cambio de este instrumento, aseguró AENA, empezaron en el mes de abril y concluyeron el 9 de septiembre. A partir de ahí, la entrada en vigor de las nuevas maniobras debía producirse el 21 de octubre. La entidad dirigida porJuan Ignacio Lema reiteró que los controladores afectados tenían toda la formación necesaria impartida. Los controladores reconocieron que los trabajos se ajustaban a la normativa, pero negaron que esa formación existiera para todos; y de ahí el plante.

Tensión

El conflicto entre AENA y sus controladores llegó a adquirir caracteres dramáticos. El enfrentamiento entre ambas partes provocó una escalada de tensión que hizo que todo el mundo enseñara sus dientes y se llegase a hablar de paralizar el tráfico aéreo en toda España.

Economía y empresas

El análisis de la actualidad económica y las noticias financieras más relevantes
Recíbela

Más información

Archivado En

_
_