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La polémica por el control de Vivo

Portugal veta a Telefónica

Telefónica arrasó. Dos meses de pelea con Portugal Telecom y una oferta de último minuto de 7.150 millones por la parte portuguesa de la brasileña Vivo dieron sus frutos. No sirvió de nada. Telefónica ganó la junta, pero el Gobierno luso se interpuso. En una acción sin precedentes, Portugal se ha echado encima a la crítica nacional e internacional al usar su golden share contra Telefónica.n El Gobierno portugués hace uso de su 'acción de oro' para prohibir la venta

Portugal Telecom no quería que se usara. La operadora y sus directivos podían haber amenazado con su utilización, pero desde el principio dejaron claro que la venta de Vivo no era materia para ella. Telefónica nunca creyó que fuera posible sacar a relucir un vestigio del proteccionismo pasado en pleno siglo XXI. La Comisión Europea la ha declarado ilegal y el Tribunal de la UE sentenciará en ese sentido, con toda probabilidad, dentro de ocho días. Los accionistas de PT creían que la voz de sus votos sería la que hablaría.

Pero no fue así. Portugal se convirtió ayer en el primer país europeo en usar de forma efectiva la acción de oro, su poder para vetar operaciones en empresas nacionales privatizadas. Y no lo hizo frente a una opa hostil, sino con la venta de una filial de Portugal Telecom.

La damnificada es Telefónica. Después de casi dos meses de batalla, la operadora española arrasó en la crucial junta celebrada ayer para decidir el futuro de la operadora de móvil brasileña Vivo. La subida de la oferta a 7.150 millones de euros, anunciada en la medianoche del martes al miércoles, hizo el milagro y cambió el voto de varios accionistas, incluso de miembros del núcleo duro portugués. Después de algo más de dos horas de asamblea e incluso sin poder votar con la mayoría de sus acciones -se vetó el sufragio de un 6%, pero pudo pronunciarse con un 4%-, Telefónica logró el respaldo del 74% de los votos emitidos de los presentes en la junta, quitando las abstenciones. El 26% votó en contra. Con una participación en la asamblea del 68,7% del capital y un voto efectivo del 62,9%, las cifras parciales implican que un 42% del capital real de Portugal Telecom apoyó a Telefónica. Sólo un 15% no lo hizo y eso que el 36% está en manos portuguesas. El núcleo duro luso controla el 24%, lo que significa que varios de ellos -Banco Espírito Santo y Ongoing- o se abstuvieron o votaron a favor de Telefónica.

El resultado fue mucho más holgado de lo que esperaba la operadora española, sobre todo porque la jornada comenzó mal, con una participación récord, pero menor de lo esperado, y la imposibilidad de votar por sus acciones.

Pero Telefónica no pudo disfrutar la victoria. Antes de conocerse el recuento comenzó a propagarse la información de que Portugal ejercería su golden share. Al fin y al cabo, el Gobierno usó su capacidad para intervenir en la junta y mostró su rechazo a la venta de Vivo. El presidente de Portugal Telecom, Henrique Granadeiro, no lo interpretó como un veto, ya que daba por hecho que no era posible usar la acción de oro en la junta de ayer. El presidente de la asamblea, António Menezes, no opinó lo mismo. Este profesor de derecho es la máxima autoridad en la junta y su veredicto fue que Portugal estaba usando su poder de veto.

"Vamos a dejar que los accionistas decidan. Cualquiera que sea su decisión, la respetaremos", había dicho el consejero delegado de PT, Zeinal Bava, el martes. El primer ministro portugués, José Sócrates, no lo permitió: "La acción de oro está ahí para ser usada cuando es necesario. Cuando el Gobierno habla, lo hace interpretando los intereses nacionales y del país", sentenció ayer.

Una oferta que supera el valor en Bolsa de Portugal Telecom

Telefónica sabía que iba a perder la junta de ayer. Por eso, poco antes de que comenzara el día, en plena medianoche, lanzó su órdago. Subió la oferta a 7.150 millones, 650 millones más que la última propuesta y 1.450 millones por encima de la primera, realizada el 6 de mayo.Pese a que Telefónica había repetido hasta la saciedad que las dos ofertas eran "finales", el rechazo de Portugal Telecom consiguió que la española renunciara públicamente a su palabra y subiera su propuesta incluso más de lo que pedían la mayoría de los bancos de inversión y analistas.Quería que su golpe fuera ganador. Los 7.150 millones suponen 770 millones más que la capitalización en Bolsa de todo PT y más del doble de lo que vale el capital que tiene en Vivo.Por si acaso, Telefónica se había asegurado del respaldo de varios accionistas, incluso portugueses. Le faltó consultar con el Gobierno.

TPG pudo votar; la española, Mediobanca y SG, no

La Comisión de la Bolsa de Portugal hizo un análisis exhaustivo de la operación de venta del 8% del capital de Telefónica en PT que hizo la española la semana pasada para intentar sortear el veto a su participación en la junta. El presidente de la asamblea de Portugal Telecom usó esta información e interpretó la ley portuguesa que impide votar a los accionistas con conflicto de intereses.Se daba por hecho que el resultado sería el veto al 10% del capital titularidad de Telefónica, pero no fue así. No votó el 2% que mantiene la española de forma directa, ni el 4% que vendió a Mediobanca -su socia en Telecom Italia- y a Société Générale, porque se considera que Telefónica realizó un esquema triangular que convertía la venta en un aparcamiento.Pero sí se dejó votar a TPG-Axon, que compró un 4,24% a Telefónica, porque se concluyó que la situación era distinta.

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