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Mañana se retomará la negociación

Corbacho da como máximo ocho días de plazo para cerrar la reforma laboral

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, afirmó hoy que el plazo para concluir la negociación de la reforma laboral no será superior a siete u ocho días, con o sin acuerdo de sindicatos y empresarios, aunque confió en que finalmente sea posible el entendimiento. En todo caso, garantizó que, pase lo que pase, habrá reforma laboral este mes de junio.

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho.
El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho.Reuters

"No más allá de siete u ocho días deberemos concluir este proceso. Una vez concluido, esperemos que con acuerdo, deberá de pasar por el Consejo de Ministros", aseguró el ministro, que se refirió a las fechas de 11 y 18 de junio como "referentes" de cuándo podría ser aprobada la reforma laboral por el Gobierno.

Corbacho, en declaraciones a TVE recogidas por Europa Press, subrayó que el Gobierno quiere apurar al máximo la negociación , porque "una reforma pactada siempre será mejor que una reforma impuesta".

Nueva reunión mañana

El Gobierno, la patronal y los sindicatos han decidido que volverán a reunirse mañana por la tarde para continuar con las negociaciones de la reforma laboral, confirmaron a Efe fuentes cercanas a la negociación, que dijeron que, en principio, la cita es a las 19.30 horas. Además, no descartaron más reuniones la próxima semana.

Ahora bien, el ministro precisó que, pasado el tiempo de la negociación, apurado éste al máximo, si no hubiera acuerdo y el Gobierno aprobara la reforma por decreto, "ya no sería la voluntad de una imposición, sino que ante la imposibilidad de un acuerdo, de la que no queremos culpabilizar a nadie, el Gobierno estaría abocado a tomar una decisión".

Corbacho señaló que, de no terminar el proceso en un pacto, el Ejecutivo "procurará no hacer medidas que dañen" los derechos fundamentales de los trabajadores y afirmó que, aunque se tendrán en cuenta las opiniones de sindicatos y empresarios, se adoptarán aquellas iniciativas que el Gobierno considere mejores para el país, sin tener en cuenta si eso le beneficia o perjudica electoralmente o si habrá o no una huelga general como consecuencia de la aprobación de alguna medida concreta.

"Al Gobierno no le preocupa si con una medida ganamos medio punto de soporte electoral o lo perdemos", indicó el ministro, que también aclaró que la reforma laboral que se haga en España no será la que dicte Bruselas u otros organismos internacionales, sino la que "le vaya bien" al país. "El FMI no es el que está presidiendo la mesa de negociación", aclaró.

El titular de Trabajo reconoció que las dificultades en la negociación entre empresarios y sindicatos se hallan en el despido y apuntó que la intención del Gobierno es "hacer más atractivo" el contrato de fomento del empleo estable, cuya indemnización por despido improcedente es de 33 días por año trabajado, y "acotar jurídicamente" la contratación temporal, porque el mercado laboral español tiene un "grave problema" en su dualización.

"Hay cuatro millones de personas en este país que tienen contratos temporales y hay cuatro millones de personas que están en paro y que aspiran a trabajar. El 90% de esos cuatro millones que encuentren empleo en el futuro será con un contrato temporal. El objetivo del Gobierno es que no todo ese nuevo empleo sea temporal, sino más estable", explicó.

Contrato de 33 días

Para ello, el ministro dijo que hay que hacer más atractivo el contrato de 33 días, "que es una referencia a estudiar, pero no como elemento sustitutivo" del contrato indefinido ordinario, que contempla una indemnización por despido de 45 días por año.

Al mismo tiempo, señaló que debe actuarse para ir limitando jurídicamente las condiciones de los contratos temporales, porque, a su juicio, "no es lógico que haya personas que lleven seis años enganchadas a la temporalidad" por el encadenamiento de contratos temporales.

Corbacho afirmó que el Ejecutivo entiende que es mejor que a una persona en paro que encuentre empleo se la haga un contrato estable en vez de uno temporal, cuya indemnización por finalización de contrato es incluso menor que la del contrato de fomento (8 días de despido frente a 33 días).

El ministro recordó que los empresarios, al iniciarse la negociación, querían un contrato único que empezara con una indemnización de 12 días y terminara en una indemnización de 20 días a los tres años. En una segunda fase, la CEOE reclamó en la mesa un contrato para tres años con una indemnización de 20 días.

El Gobierno, entonces, puso sobre la mesa el contrato de 33 días, creado por los agentes sociales en la reforma de 1997, cuya utilización, según el ministro, "es pequeña porque es un contrato engorroso en su interpretación y no tiene certeza en la finalización del mismo". Eso es lo que se está discutiendo en la mesa y no los contratos únicos con despidos de 20 días propuestos por la CEOE.

Corbacho reconoció que hay diferencias entre patronal y sindicatos sobre cómo debe ser ese contrato final de 33 días y apuntó que el Gobierno está trabajando para ver si es capaz de acercar posiciones entre ambas partes.

El modelo alemán irá en la reforma

El ministro, que pidió que la reforma del sistema financiero debería situarse en el mismo plano de intensidad que la reforma laboral, afirmó además que el 'modelo alemán' (que combina la reducción de jornada con compensaciones externas) irá en el Real Decreto Ley del Gobierno si finalmente el acuerdo no es posible.

"La cultura que hay en muchos países europeos es que cuando llega una crisis y hay que hacer ajustes, en el último eslabón de la cadena se pone el despido", afirmó Corbacho, que explicó que en Alemania se habrían quedado en la calle 700.000 trabajadores si no se hubiera aplicado el modelo de reducciones horarias.

En otro orden de cosas, el ministro dijo "no sentirse desautorizado por nadie". "El día que alguien intentara desautorizarme estaría dos minutos. Hasta ahora no he tenido esa sensación, porque el único que me puede desautorizar es quien me nombró y hasta la fecha lo único que ha hecho ha sido darme apoyo y soporte", indicó.

Por su parte, el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, afirmó hoy que el Gobierno no puede estar esperando "indefinidamente" a que los agentes sociales lleguen a un acuerdo sobre la reforma laboral, y subrayó que el Ejecutivo hará todos los esfuerzos que estén en su mano para conseguirlo.

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